CURRICULUM

EL CURRICULUM ESCOLAR

Como hemos mencionado el proceso pedagógico se produce a través de la experiencia curricular en sus 3 niveles: formal, real y oculto, para dar lugar a la construcción comunitaria de los conocimientos, habilidades, valores y actitudes del estudiante como parte de un todo.

Díaz y Barriga (1998) mencionan que debe conducirse la organización y estructuración curricular considerando como lineamientos rectores la forma en que los alumnos van adquiriendo, construyendo y transformando el conocimiento, de acuerdo con la etapa del desarrollo cognoscitivo en que se encuentren.

Con esto entendemos que los nuevos roles del currículum oculto son aprendidos y adquiridos no por libros o documentos sino por nuestras actitudes y las relaciones sociales que establecemos con los estudiantes. Debemos preocuparnos porque nuestras acciones sean llevadas por los alumnos a sus hogares y al medio que les rodea.

Tal y como hace referencia Angulo y Nieves (1994) al mencionar que un currículum está comprendido por la vida comunicativa de un institución, el habla y los gestos por los cuales los alumnos y los profesores intercambian significados incluso cuando están en desacuerdo.

Teoría o práctica

Consideramos que el currículum tiene la capacidad de integrar la teoría con la práctica en sus diferentes expresiones, ya que integra lo que sucede en el medio exterior y lo que acontece en las aulas, por lo tanto contempla lo que debe ser y lo que verdaderamente es, pero no debemos olvidar que el entorno sociocultural de la escuela donde se ejecuta el currículum, siempre ha estado en constante cambio y ante la amenaza del exceso de información, se ha visto en la necesidad de implementar acciones que le ayuden a integrar lo que sucede en su medio y lo que acontece en las aulas, tal cual refiere Stenhouse (1991) al mencionar que el problema central del estudio del currículum es el hiato existente entre nuestras ideas y aspiraciones, y nuestras tentativas para hacerlas operar.

Por lo anterior el dilema del currículum como teoría o como práctica, es realmente reflexionar y tomar en cuenta las experiencias de los alumnos y no solo, tal cual refiere Angulo y Nieves (1994) permitir que se convierta en un documento escrito en el que se representa el alcance y la organización del programa educativo proyectado para una escuela, debemos englobar también dentro del currículum las creencias, valores, ideologías, conocimientos, experiencias como parte de un todo, que nuestras acciones sean llevadas por los alumnos a sus hogares y al medio que les rodea.

Por lo anterior mencionado, Díaz y Barriga ( 1990) refieren que hay una diferencia importante entre las propuestas curriculares “oficiales” y la práctica real y cotidiana en el salón de clases por ello se plantea la existencia de un “currículum oculto” que

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