Clases Militar

Hablar de la historia del libro y de las bibliotecas es hacer un viaje a través del tiempo, es reconocer cada esfuerzo concebido es la cultura oral y la evolución del lenguaje, en la que el hombre libera la limitante de la expresión oral y busca conservar el mensaje a través de objetos o dibujos con un valor significativo, en tablillas, piedras, papel y ahora en los recursos electrónicos.

Con los griegos el libro (biblion) no se ubicaba por un título, sólo por el nombre del autor y alguna que otra palabra del texto; con los romanos no hubo mucho cambio es una simple prolongación del libro griego al que llamaban “Codex”; en el caso de los cristianos “ el códice”, ya tomando la forma de cuaderno. Considero que un cambio más notorio se presenta en la Edad Media, quizá debido al enfrentamiento entre la sociedad analfabeta y la alfabetizada en la cual se impone el latín como lengua culta y en donde las bibliotecas como tales se perciben como recintos monásticos que poco a poco empiezan a demandar textos para el aprendizaje y como efecto se percibe el comercio del libro y la conformación de propias bibliotecas, aunque la circulación del libro va a ser muy restringida.

La historia del libro se ha saturado de disciplinas complementarias, tanto que ya no se pueden percibir sus limites, una primera época podemos situarla con aquéllos que se esforzaban por salvar y reunir la información, como son coleccionistas, bibliófilos o a lo que Fréderic Barbier (2005) identificaba con el nombre de erudición propiamente dicha.

La aparición del libro supuso la entrada de actores históricos, impresores, editores, comerciantes, etc., no bastaría con describir los textos, ni explicar los procedimientos empleados, por el contrario se requiere investigar al fenómeno libresco en sus vertientes técnicas, culturales, económicas, geográficas, sociales e interrelacionando todo. Como bien lo menciona Fernando Bouza (2005) en Bibliografía y sociología de los textos, la historia de libro, pronto dejó de ser sólo historia y sólo del libro. Estoy de acuerdo que uno puede tomar cierta temática y estudiarla de cierta forma, pero la riqueza la encontraremos cuando logremos verdaderamente relacionar todos los aspectos que la rodean y darles una aplicación, es necesario estar abierto a posibilidades de cambio y posturas de renovación.

Ahora mencionaré aspectos de la integración de las bibliotecas, desde una visión más moderna, supongamos que poco a poco cada persona va apropiándose de hojitas, que por muy sencillas que parezcan pueden contener información valiosa y con el paso del tiempo complementarlas hasta casi formar una torre de Babel, es decir ¿y para qué guardé todo esto?. Si bien así se fueron conformando las bibliotecas, claro no faltaba quien obsequiara un texto o dos, luego se veía la forma de adquisición y así controlando entradas y salidas del acervo logrado y promoverlo. Es el caso de la Biblioteca Paul Rivert, donada por la embajada de Francia en México que comenzó a constituirse en los años cuarenta y que por su gran capacidad para albergar colecciones logró la recepción de treinta mil libros de gran variedad temática, por ejemplo arte, literatura, historia, sociología, crítica económica, entre muchas más según lo refiere Jean Meyer en el informador(2009) y con todas esas obras nos podemos dar cuenta del avance, de los contextos y de la evolución a la que nos lleva la ciencia, la tecnología y las humanidades. En fin, dicen que la historia no cambia que es cuestión de interpretaciones, pues en ese caso el libro y las bibliotecas no desaparecen, sólo se transforman en tiempo y espacio y se adecuan a las necesidades del hombre.

Considero importante viajar en el tiempo, descubrir, interpretar, reflexionar, valorar logros y conseguir los propios, así que con estas frases valoremos a los griegos

...