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Clásicos de la literatura española


Enviado por   •  29 de Abril de 2020  •  Resúmenes  •  9.904 Palabras (40 Páginas)  •  208 Visitas

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El burlador de Sevilla (Tirso de Molina)

Hazañas amorosas de Juan Tenorio, que con su ingenio y buena presencia engaña a doncellas y a sus padres o pretendientes. Se narra cómo debe huir de Nápoles por una de sus afrentas y como en su viaje a Sevilla realiza otros engaños. En uno de ellos da muerte al padre de la engañada y luego el padre vuelve de la tumba para vengarse y llevarse consigo a don Juan.

Jornada primera: Isabel está con Juan Tenorio pensando que es el duque Octavio, pero al darse cuenta de que no es así da la voz de alarma y llama a los soldados. Salen don Pedro Tenorio, embajador de España y un Guarda preguntando qué pasa allí, a lo que el rey le contesta que vea quienes son esos dos que allí se encuentran. Don Juan y don Pedro platican y acaban retándose. Al final don Pedro le pregunta quién es y él le contesta que su sobrino, a lo que el tío le pregunta qué ha hecho y don Juan le cuenta del engaño. Don Pedro no sabe qué hacer, se lamenta porque don Juan hizo lo mismo en España con otra noble mujer y por ese motivo su padre lo mandó desde Castilla a Nápoles, Juan le ofrece su vida y el tío lo anima a escapar si se atreve a bajar por el balcón. Entra el rey y le pregunta si mataron a ese hombre. Don Pedro le contesta que escapó por el balcón antes que los soldados lo atraparan y que Isabela dice que es el duque Octavio, sorprendido manda a un criado para que traiga a la mujer y al no confesar manda que la encierren en la torre y que prendan al duque. Don Pedro se lleva a la duquesa y ella exclama que su afrenta no será tanta si el duque la enmienda.

Aparecen el Duque Octavio y su criado Ripio, quien dice que por qué sufre si Isabela le corresponde en su amor. Sale un criado anunciando la llegada del embajador de España, que quiere hablarle. Llega don Pedro con sus guardas y le dice a Octavio que el rey le manda a prenderlo. Octavio sorprendido le pregunta las razones y el embajador le cuenta la historia de la duquesa y que ella dice que fue él quien la gozó. Octavio no puede creer esta traición de Isabela, Don Pedro le pregunta qué va a hacer y él le contesta que escapar y embarcarse a España. Don Pedro le dice que huya por la puerta del jardín.

Aparece Tisbea, pescadora. Declama como el pescador Anfriso, al que todas desean, la pretende y ella lo rechaza. Ve como dos hombres naufragan y piden socorro. Catalinón saca a don Juan mojado, Tisbea le pide que llame a los pescadores. Ella le pregunta quién es este caballero y su nombre, él le contesta que es hijo del camarero mayor del rey y se llama don Juan Tenorio, ambos coquetean entre sí. Coridín y Anfriso los llevan a su choza donde se repondrán y su padre los recibirá contento. Don Juan le dice aparte a Catalinón que no le diga quién es él y que esta noche prepare los caballos para gozar de Tisbea. Don Juan prometiéndole que se casará con ella, la convence y Tisbea lo lleva a su cabaña para apagar su fuego. Sale Tisbea gritando y lamentándose del engaño de don Juan, que profanó su honestidad y su cama y luego huyó con sus yeguas. Ella que siempre se burlaba de los hombres, acaba por fin burlada. Coridón insta a Anfriso para que siga » al vil caballero» y temen que en su desesperación Tisbea se arroje al mar. Ella sigue lamentándose.

Jornada Segunda: El Rey de Castilla, que ya se ha enterado del incidente ocurrido en Nápoles, pretende aplacar los ánimos de las víctimas, casando a la Duquesa con Don Juan a quien iba a desterrar en un principio, y al Duque Octavio con Doña Ana de Ulloa, hija del Comendador de Calatrava. Sale un criado anunciando la llegada del duque Octavio, el rey dice que seguro supo del desatino de don Juan y viene a vengarse, sin embargo parece ser que Octavio no sabe nada. El rey se da cuenta y le dice que sabe que es inocente.

Llega el marqués de la Mota y don Juan le pregunta por las mujeres de Sevilla. Mota le habla de un amor imposible, su prima Ana la más hermosa. Juan le dice que entonces se case con ella y Mota le contesta que el rey ya la tiene casada y no se sabe con quién. Don Juan le pide a Catalinón que siga al marqués, así descubre que la muchacha cita a su primo esa a las 11 de la noche. Llega Mota y don Juan le cuenta lo del mensaje y le dice que se presente a las doce y que lleve la capa de color. Mota se lo agradece y don Juan goza la burla por dentro. Sale el marqués, de noche, con músicos, y Don Juan dice al marqués que lo reconoció por la capa, este se la presta.

Desde dentro se oye una voz que grita: « ¡Falso!, no eres el marqués, que me has engañado». Sale don Gonzalo espada en mano y Juan mata a don Gonzalo luego de una discusión, para luego uir con su cómplice. Don Juan le dice al marqués de Mota que ya puede ir a visitarla, devolviéndole la capa que le había prestado. Cuando Mota va a visitarla, la gente reconoce esa capa y hacen que le prendan; entonces sale el rey y dice que le corten la cabeza.

Batricio y Aminta se acaban de casar, todos cantan y los novios hablan de la dicha de su matrimonio. Aparece Catalinón pidiendo que los acepten de huéspedes en el desposorio. Preguntan que a quienes deben hospedar y Catalinón contesta que al noble don Juan. Se lamenta Batricio, pues dice que es de mala suerte invitar a una boda a un caballero galán. Gaseno los acepta y Batricio sigue lamentándose. Aparece don Juan y se sienta junto a la novia.

Jornada tercera: Sale Batricio declamando su mal agüero y sus celos. Don Juan le pide a Catalinón que ensille a los caballos para mañana salir hacia Lebrija, para luego hablar con la novia y decir que supuestamente habló con su esposo y padre  para ahora ser él quien se casará con ella. Aminta dice que miente, pero él acaba convenciéndola con sus promesas y Aminta se le entrega.

Mientras tanto Isabel se encuentra con la pescadora Tisbea, y ésta le dice que va a ver al rey para pedir justicia por la deshonra que sufrió. Ahora Don Juan se encuentra en Sevilla, y se encuentra con la tumba de don Gonzalo de Ulloa en un cementerio que rodea a una iglesia, sobre la tumba se encuentra una estatua de Gonzalo, a la que tira de las barbas y le desafiá a que valla esa noche a cenar con él a la posada. Asombrosamente, Gonzalo se encuentra allí para cenar y le ofrece a Don Juan que vaya a cenar al día siguiente al cementerio. Don Juan se presenta allí con Catalinón. La cena que le tiene preparada Gonzalo es de alacranes y víboras, pero Don Juan no muestra miedo ni arrepentimiento. En un momento determinado Don Gonzalo le pide que le de la mano, Don Juan se abrasa la mano y pide confesión; pero es ya es tarde y es arrastrado a los infiernos pese a su lucha contra el destino.

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