Literatura Espanola

Análisis de los móviles de las comedias:

La estrella de Sevilla, Fuenteovejuna y La vida es sueño

Parte, el presente ensayo, de un artículo aparecido en Bulletin of the Comediante

titulado “Del rey abajo, ninguno, de Rojas, estudiada a través de sus móviles”, escrito por

Carlos Ortigoza. Primero, veamos lo que trata este autor en su trabajo. Da inicio a su

exposición definiendo el término móvil según aparece en el Diccionario de la Real

Academia Española en su cuarta acepción: “lo que mueve moral o materialmente a una

cosa”. Aclara que el concepto lo emplea para referirse a la razón y origen de los impulsos

que mueven la comedia de Rojas como unidad dramática y a su protagonista en particular.

Sin entrar aun en el estudio de la comedia, el autor amplía el término móvil. Señala

que este puede ser de origen social, psicólogico, moral, filosófico, o religioso, y que el

mismo puede estar representado por un personaje, una idea, un interés, un sentimiento,

una pasión, la voluntad, o una costumbre. Además, para así poner fin a esta incursión

metaconceptual, discute la interrelación que existe entre los móviles: un móvil social se

convierte en fuerza moral y viceversa; estados como la duda y la incertidumbre mueven a

ciertos personajes hacia el sentimiento de pasión, o hacia los bienes morales.

Ya en el plano del estudio crítico de la comedia Del rey abajo, ninguno, de acuerdo

a Ortigoza, los móviles que actúan en ésta son: el patriotismo, la defensa de la fe cristiana,

la persona del rey, el espíritu caballesco, el amor, el honor y, su consecuencia inmediata, la

venganza.

El patriotismo es producto del momento histórico en que Rojas sitúa su obra. Tanto

nobles como villanos ofrecían sus vidas y sus haciendas en pro de su tierra, insentivados

por móviles de orden moral y socio-político como es el nacionalismo o patriotismo, y

también de orden religioso como la lucha por imponer la fe cristiana. Ambos móviles son

ancestrales en España debido a la invasión árabe en los albores el siglo VIII (711 AD), que

los iberos tuvieron que repeler durante ocho centurias, culminado en la llamada

Reconquista de 1492. En la comedia, el protagonista García del Castañar actúa motivado

por dichos móviles cuando se dispone a abandonar la tranquilidad bucólica de su hogar

para luchar contra los moros en Algeciras.

La persona del rey es primordial en la comedia de Rojas. El rey origina y representa

a su vez varios poderosos móviles que instan externa e internamente a los personajes,

como son: la absoluta lealtad, la obediencia, el ciego respeto y la soberana intangibilidad

de la investidura real. García concibe al monarca como el sol que desde lejos da vida, pero

que desde cerca quema. Debido a esta concepción, sin pretender ofender a su rey, es que

prefiere la vida del campo, alejado de la corte, en la cual existe la false dad. A esta

preferencia o actitud se le ha denominado “desprecio de corte y alabanza de aldea”(Del

Rio, 258). El alma del protagonista está movida por el resorte monárquico a traves de una

cadena de sentimientos abarcadora. A lo largo de esta cadena su mundo interior se hace

más complejo, por la fuerza que en él ejerce el rey (o Mendo, a quien él cree ser el

monarca), pasando por una gama de estados psicológicos que se manifiestan como

admiración, respeto, lealtad, obediencia, confusión, desconfianza, rabia, locura y desprecio

ante un rey que ha tentado manchar el honor de su humilde, pero feliz matrimonio.

El espíritu caballeresco es de notar en la comedia bajo estudio. Las órdenes de

caballeria creadas en la Edad Media dejaron sus huellas indelebles en las culturas

posteriores a ese periodo, principalmente en la manera como debería comportarse cada

hombre, y el objetivo ideal a alcanzar en la sociedad, la justicia. Nuestro personaje

demuestra dicho espíritu a través de sus actos, su razón, la sujeción de sus impulsos y

pasiones a la voluntad y la prudencia meditadas aún en momentos de ira y abatimiento.

Ortigoza anota que “este espiritu caballeresco del protagonista se debe al origen noble de

su sangre, según cierta tradición comúnmente aceptada entre los dramaturgos de la época”

(Bulletin… p 39).

El móvil del amor pertenece claramente a plano afectivo-sentimental. En la obra se

nota en el idílico romance entre García y su esposa. Ellos, movidos por su gran pasión, se

buscan como amantes, se provocan, se desean y se gozan entre sí como hombre y mujer.

De aquí se puede deducir la incongruencia y gargantual error de quien se hace pasar por el

rey, al intentar sobornar al campesino y burlar a su amada serrana.

Como la mayoría de las obras clásicas de la España renacentista y de los llamados

Siglos de Oro, el honor y la venganza son parte esencial en la comedia de Rojas. Para

Ortigoza, “el conflicto del honor que desarrolla esta comedia se eleva al nivel moral” (Ib

41). García del Castañar se halla circunscrito a las imperiosas leyes impuestas por el

código del honor, las cuales le obligan a tomar venganza mediante la espada

ensangrentada, que limpia cualquier honor mancillado, incluso hasta si el ofensor pudiera

ser el mismo rey. Aunque en la mayoría de las obras de la época, el factor celos impulsaba

al vengador del honor conyugal, nuestro protagonista no experimenta tal pathos. Sabe el

campesino que su esposa sería incapaz de serle infiel, ni siquiera con el pensamiento.

García tiene la certeza de la inocencia de su esposa. De aquí que el conflicto moral de él

fuera aun más singular, pues la fe en su amada le afirma siempre la absoluta fidelidad de

aquélla.

Sin embargo, a pesar de que el móvil de la venganza del honor en la mente del

protagonista sea relevante, a éste no le afecta sin primero sopesar todos los obstáculos que

incurren en su realización. Cuando descubre en su casa a quien él cree ser el rey,

desesperado, reflexiona en cómo vengar la falta cometida en contra de su honor. Puesto

que, según cree ser el mismo rey el ofensor, se habrá preguntado que acción habría de

tomar. Si contra el rey nada podría hacer, cómo entonces limpiar el honor de su casa.

Abrumadoramente mezclados con una serie de razonamientos filosóficos, morales,

sociales y políticos, pondera tres opciones: a) Huir de El Castañar con su mujer, lo cual no

realiza pues tal movida sería deshonrosa, ya se diría que hubo huido por miedo a la

cercana campaña a la que tendría que ir contra los moros; b) la declaración de su

verdadero origen noble, que también desecha pues pondría en riesgo su propia vida y su

mujer quedaría desamparada; c) sacrificar con su propia espada a su esposa, pues habría

sido la causante inconsciente del conflicto del honor. Increíblemente, hubo sido esta última

opción la tomaad por García, pero afortunadamente su esposa logró escapar de tal atroz y

“dilatada muerte” (Del Rey abajo, ninguno, III.2301).

Sin embargo, ya hacia el final de la obra, cuando el protagonista descubre que no

era quien el creía el rey el causante de su deshonra, sino el asistente Mendo, sin vacilar y

con pulso férreo da muerte a éste, atravesándole el corazón con un “puñal luciente” (Ib

III.2536). De esta manera limpia su honor mancillado y se enorgullece de su sacro respeto

al rey y de mantener impecable su honor:

Pero en tanto que mi cuello

Este en mis hombros robusto

No he de permitir me agravie

Del Rey abajo, ninguno (Ib III. 2551-4).

Al comenzar el análisis de los móviles de las comedias mencionadas en el título de

este trabajo, es menester advertir que habré de seguir el patrón establecido por Ortigoza al

estudiar la comedia de Rojas Zorrilla, anteriormente discutida. Ello es debido a que he

observado muchos paralelos en mis entretenidas lecturas en ratos de ocio, entre las

comedias que hube seleccionado y la del autor toledano, en cuanto a móviles se refiere.

Sin embargo debo también señalar que, difiriendo del trabajo del Bulletin, no me limitaré a

estudiar a los protagonistas exclusivamente,

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