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Como crear una novela


Enviado por   •  22 de Febrero de 2016  •  Apuntes  •  1.425 Palabras (6 Páginas)  •  216 Visitas

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Al principio son sombras sin rostro, seres de humo y espejismos a los que no alcanzamos a ver con claridad. Salvo casos de milagro comprobado, en que todo llega de golpe desde el primer intento, lo más común es descubrirlos poco a poco. En el tiempo en que son trabajados uno agradece su relativa maleabilidad, el que podamos reencaminarlos en la medida en que esto fortalezca y no disminuya la coherencia de la historia. Como todo elemento de la novela, el personaje tiene algo de escultura, es energía y tiempo concentrado. Algunos consiguen crearlos de un plumazo. A veces, los personajes se crean a partir de detalles que uno recoge en el momento más inesperado. Dice Fernando Savater que un héroe necesita dos cosas: un amigo fiel y un enemigo implacable. Aun que son seres vivos sin entrañas, como decía Valéry, los personajes nos fascinan por que se atreven a ir a donde muchos de nosotros no  iremos jamás…

Una manera de escuchar al personaje y desentrañar sus rasgos esenciales, según Linda Seger, la famosa analista de guiones cinematográficos, consiste en preguntarse que desean y por qué eso que desean les parece que representa el bien: “Ni siquiera la peor gente del mundo se ve a sí misma como malvada” dice la ensayista “creen que están trabajando para conseguir un buen fin”. A los personajes podemos escucharlos, pero también hay que verlos. Según Alejandro Jodorowsky, inventar a un personaje inolvidable equivale a realizar una operación matemática, también sugiere aplicar las técnicas del injerto o la metamorfosis para construir monstruos. Llega un momento en la escritura de una novela en que el autor comprende que tiene delante de si al grupo de seres que rigen la trama. Lo que falta es seguir a este universo   fascinante de criaturas y si la historia se detiene, someterlos a examen. Revisar si uno los mantuvo en el mismo estado en el que comenzaron la historia y si no está impidiendo que sufran una gran transformación.

Como señalo Strindberg, no hay que olvidar que los protagonistas son como los caballos que deben atravesar un horrible desfiladero: “los héroes de una historia siempre tienen los ojos vendados. De lo contrario se negarían a dar un solo paso y la acción se detendría”. Un fenómeno que ocurre con frecuencia cuando uno escribe ficción consiste en que de pronto inventamos personajes que nos recuerdan a algún conocido y decidimos protegerlo o elogiarlos: esto puede engendrar las narraciones más tediosas del mundo. La novela busca lo inesperado, lo desconocido, lo divertido y lo aterrador.

Los personajes son símbolos misteriosos incluso para su autor, vasos que solo terminaran de llenarse tiempo después de terminar la novela. El autor diseña la forma del vaso y  el lector aporta la mitad del contenido. Gracias a esto, los personajes pueden crecer y desarrollarse en la mente de cada lector durante toda la vida de este.

Cuando uno atraviesa el umbral de una novela, con frecuencia tiene la impresión de haber entrado a un canco de niebla. Poco a poco nuestros ojos se acostumbran a ese torbellino y uno descifra ese primer golpe de bruma. Lo importante es que el lector se sienta sorprendido, conmocionado, aturullado por la imagen inicial. Que lo obligue a disminuir la velocidad y a buscar la explicación del enigma. Que reconozca que ha entrado a un mundo donde todo parece más concentrado o difuso y las cosas ocurren de otra manera. Según Jean Verrier, en la edad media el titulo era considerado la primera frase del libro.

Las novelas eran leídas en voz alta por un actor profesional, y el tema se presentaba en el título, de manera que el lector supiera, desde el principio, si el material era lo que estaba esperando y valía la pena escucharlo. Tan solo en el universo en castellano aún hay autores que han continuado esta tradición. Pero hay quien demuestra que los libros pueden comenzar un poco después, en la dedicatoria. Otro recurso diminuto y poco practicado, pero no por ello menos capaz de iniciar el mecanismo de una novela es la advertencia inicial. El aviso que abre El mundo alucinante es una declaración del autor sobre la frontera entre la ficción y la realidad.

Lo importante es que desde el título, dedicatoria o advertencia, el lector sienta que ha entrado en otro tiempo y en otro lugar, que comenzó un viaje que va a cambiarle la vida. La novela implica una transformación del lector, y a fin de lograrla Salvador Elizondo sugiere que el libro que estamos leyendo ni siquiera se escribió, sino que está siendo soñado por el autor y el lector, como ocurre en el arranque de su extraordinaria novela corta Elsinore.

Los novelistas de ciencia ficción gustan de ofrecer ya no un detalle, sino todo un universo inquietante, capaz de conmocionar al lector. Entre algunos novelistas policiales casi parece una regla empezar con el día, el lugar y la hora del crimen. Pero también puede elegirse un solo elemento que condense toda la fuerza del delito. En los arranques de las novelas sobre el crimen muy pocos escapan del lugar común. Entre las altas excepciones se encuentra Bernardo Atxaga, que nos muestra hechos y personajes fantásticos como si fueran lo más natural del mundo.

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