Comunicación Masiva

Índice

Introducción 3

La violencia televisiva y social 3

Efectos de la violencia televisiva en los receptores 4

Los estereotipos demográficos y ocupacionales 5

Efectos de los estereotipos demográficos y ocupacionales en los receptores. 5

La homogenización (mainstreaming) de la ideología política 6

Conclusión 7

Bibliografía 7

Anexos 8-9

Introducción

En el siguiente reporte se presentara un análisis de cultivo sobre la serie televisiva “La ley y el orden: Unidad de Victimas Especiales”. Este reporte se realizara desde la perspectiva del análisis de cultivo.

El enfoque de análisis de cultivo es uno de los que mas ha contribuido a la reconsideración de la influencia de los medios en la sociedad. Para esta corriente, la exposición al patrón total de la programación, más que géneros o programas específicos, es lo que realmente produce el efecto de la televisión: El cultivo de concepciones compartidas sobre la realidad entre públicos muy diversos. (Lozano, 124)

La serie que se analizara esta protagonizada por el grupo de élite Unidad de Víctimas Especiales de Nueva York, cuya misión es hacer que los más peligrosos delincuentes sean procesados. Es producida por Wolf Films en asociación con Studios USA Televisión, Ley y orden (Unidad de Víctimas Especiales) consta de 22 episodios, de 60 minutos cada uno, correspondientes al primer año. Bajo la dirección de Jean Desegonzac, la serie tiene como creador y productor ejecutivo a Dick Wolf; con David DeClerque y Michael Perry, como productores. Ley y orden (Unidad de Víctimas Especiales) es un impactante y emocional drama que relata la vida y los crímenes que suceden en Nueva York a través de los trabajos de la Unidad de Víctimas Especiales del Departamento de Policía de Nueva York.

En el reporte se justificara los tres puntos más recurrentes e importantes en este tipo de análisis de cultivo que son: la violencia social, los estereotipos sobre los grupos demográficos y la homogenización de la ideología política.

La violencia televisiva y social

“La televisión demuestra dramáticamente el poder de la autoridad en nuestra sociedad, así como el riesgo que involucra el violar las leyes sociales. Los programas violentos muestran quien afronta que y contra quien. Enseñan el papel de la victima y la aceptación de la violencia como una realidad social con la que tenemos que vivir o de la que tenemos que escapar” (Lozano ,126)

En la serie La ley y el orden: Unidad de victimas especiales podemos ver este argumento justificado latentemente. Dentro de los episodios de la serie el grupo elite de investigación encargado de los casos, muestran los peligros a los que nos podríamos someter si siguiéramos el patrón del atacante y además de la victima. Se muestra la violencia a la cual la victima fue sometida por ejemplo: violaciones, asesinatos, acosos, balaceras, psicosis, entre otras. Sus capítulos en mi opinión no son muy explícitos visualmente pero crean todo un escenario mental que lo llegas a sentir real. Los casos se sabe que son especiales pero pega tanto en nuestra realidad que adoptas la escena y la aceptas como una realidad que esta a la vuelta de la esquina. Así como lo mencionaba el libro adoptamos la violencia como una realidad social, la cual a veces la asimilas y en otros casos te podría crear paranoia al momentos de compararlo en el contexto en el que vives o te relacionas.

Efectos de la violencia televisiva en los receptores

El análisis de cultivo, como muchos otros enfoques sociológicos contemporáneos, considera remota la posibilidad de que al terminar de ver un programa violento en particular, el receptor se vea afectado en su conducta y realice acciones agresivas.

El contexto social tiene que ser propicio (pobreza, desempleo, carencia de educación, familia desintegrada, etc.) en un individuo para que la violencia televisiva funcione como detonador de conductas violentas.

Los episodios de la serie, en mi punto de vista muestran muy clara la realidad del caso por ejemplo siempre muestran el porque de las acciones y sus consecuencia desde las acciones de la victima, del equipo elite, del atacante, de la sociedad, de la justicia, etc. que no necesariamente podría ser un detonador de conductas violencia para sus receptores.

Pero no se puede descartar, ni subestimar la posibilidad de que en episodio donde se muestra el modus operandum de un violador de niños, los errores que comete, el proceso de cómo logran atraparlo, despierte algún institor violento en 1 de los millones de receptores de ese episodio. Claramente para que pueda ser un detonador concuerdo en el argumento del libro que tendría que ser un receptor que ya tenga algún indicio psicológico que lo lleve a adoptar la violencia como una realidad de una manera errónea.

Los estereotipos demográficos y ocupacionales

Otra de las dimensiones estudiadas por el análisis de cultivo son los estereotipos demográficos y ocupacionales que se reflejan en la programación televisiva. Hasta la actualidad, concluyen que las mujeres aparecen estereotipadas y en menor proporción que su peso demográfico.

Las minorías étnicas (negros e hispanos) también aparecen en el programa televisivo general con menor frecuencia que su proporción en la vida real: los negros en tres cuartas partes y los hispanos en una tercera parte. Por si esto fuera poco, cuando llegan a aparecer, lo hacen por lo general en roles negativos, como delincuentes o transgresores de la ley, lo cual refuerza los estereotipos prevalecientes en la sociedad estadounidense sobre la violencia en las minorías étnicas.

En los episodios de la serie muestran los estereotipos demográficos y ocupacionales al nivel que se puede comprar con la realidad que vive el receptor. Algunos de los delitos que se muestran, la mayoría del tiempo son realizados por migrantes, por otros grupos étnicos, por personas bajo nivel educativo, con problemas de violencia familiar, psicológicos, etc. que comúnmente y siendo razonable en la vida del receptor son las personas que comúnmente realizan actos violentos e ilegales.

Efectos

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