Cronica De Comunidad

Las ventajas de vivir en un conjunto cerrado son amplias. El principal motivo por el cual las familias se mudan a este tipo de lugares es por la seguridad de que sus hijos puedan salir a jugar al parque o a la cancha y no preocuparse de los peligros que les podrían suceder si vivieran en un barrio común y corriente. Otra razón es buscar un lugar amplio, como una casa de dos o más pisos, en la que puedan hacer fiestas o reuniones ya sean familiares o de negocios. Y por último, pero no menos importante, es el objetivo de ver menos vagancia, para que sus hijos crezcan y se puedan formar bien en una escuela sin tener el tipo de amigos que andan en las calles de fiesta en fiesta, que lo inducirían a cosas malas y lo desviarían a un camino que no le ayudaría para un futuro próspero.

Estos motivos ya mencionados es la causa de que mi familia y yo estemos viviendo en el conjunto residencial Cracovia. Fue extraño cambiar de un barrio lleno de edificios y de peligros, según mis padres, a un conjunto de casas donde la gente rara vez convive, como la comunidad que dicen ser.

Cracovia es un conjunto amplio que tiene aproximadamente 70 casas. Entre sus habitantes abundan más los adultos y los ancianos, se podría decir que parece un ancianato de gente pensionada. Comprende un parque con tan solo cuatro diferentes juegos, una cancha que muy pocas veces es frecuentada, un gimnasio que construyeron hace poco y está en mal estado, un salón social el cual cobran por entrar y dos tiendas no muy grandes. Alrededor se encuentra el colegio La Quinta del puente, Servientrega, Convento de las hermanitas descalzas y más arriba se encuentra los conjuntos de la ronda.

Adaptarnos a la nueva casa no ha sido fácil, tratamos de buscar y encontrar las razones mencionadas por las cuales nos mudamos pero no ha sido posible. La gente es muy amargada y poco sociable, no se puede escuchar música a alto volumen porque los vecinos llaman a la portería a quejarse sobre el bullicio, el celador, por obligación, llama inmediatamente y nos pide que por favor le bajemos al equipo o sencillamente lo apaguemos. Nosotros no esperábamos que los residentes se fueran a molestar por el ruido, pues nos gusta escuchar música a alto volumen y en donde vivíamos antes no podíamos pues eran apartamentos.

Afuera, nunca se ven niños jugando, si salen, los adultos de mayor edad los regañan, está prohibido jugar en los lugares que no sean la cancha o el parque. Me pasó muchas veces mientras crecía, junto con mis hermanos recibíamos constantes regaños y quejas, pues supuestamente “causábamos” demasiado ruido.

Las reuniones familiares no se pueden hacer en el salón social pues toca pagar una cuota de cincuenta mil pesos más otros veinte mil que se devuelven solo si dejamos el lugar ordenado como se encontraba antes de usarlo. La verdad me parece que es mucho dinero el que cobran para el uso de este lugar que se supone que es para los habitantes del conjunto, además en mi pensamiento esta la pregunta del que harán con ese dinero porque si nos ponemos a detallar el lugar, a simple vista notaríamos el mal estado en el que se encuentra, la pintura de las paredes están sucias y malgastadas, los baños se encuentran sucios y además es un lugar muy pequeño para hacer reuniones familiares, o por lo menos con mi familia que es muy grande. En fin, nosotros hacemos las reuniones en nuestra casa para ahorrarnos ese dinero.

La mensualidad por administración es de ciento veinte mil pesos, pero si se pasa de la fecha estipulada es de ciento treinta y cinco mil pesos, los cuales no se ven reflejados en ninguna inversión para el conjunto y, según la junta directiva, el dinero solo alcanza para celaduría y para el servicio del jardinero.

El parqueo de los carros es frente a la casa correspondiente de cada residente y las visitas parquean en la entrada pero, como siempre, nunca falta el imprudente

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