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Cuento: Crónica De Un Adicto


Enviado por   •  24 de Febrero de 2014  •  1.190 Palabras (5 Páginas)  •  267 Visitas

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Crónica de un adicto

Ayer nuevamente recaí, no es fácil aceptar mi destino. Hasta hace unos pocos meses era una persona normal, mi vida era como la tuya, como la de cualquiera. Mi única preocupación era Sofía, hace ya varios días descubrí que realmente la quiero.

Al principio su cuerpo lo único que me producía eran nauseas. Nunca tuve la valentía en ese entonces de hacerle saber lo fea que se veía, mucho más cuando en su cara ponía esos polvos baratos que la hacían ver como un muerto. José y Damián si eran directos; los apodos que utilizaban para referirse a ella, aunque yo nunca estuve de acuerdo que se los digieran, creo que le venían bien.

Lo único rescatable de mi poca educación fue aprender que con las palabras se lastima fácil, por eso nunca fui ofensivo verbalmente, pero la ignoraba, es quizá algo más doloroso para cualquier persona.

Muchas veces encontré mi nombre escrito en paredes y puestos del colegio, a parte de ridícula, también me parecía ofrecida: -Me gustas… -El niño más lindo del colegio… -Bebé… -Quisiera algo contigo…

Mis amigos no se hacían esperar con sus burlas, comentaban que ese tipo de frases son de viejas feas y necesitadas. -¿De qué?- En verdad no lo entendía. Días después vine a saber que literalmente “eran necesitadas de sexo”.

En ese entonces tenía catorce años, hoy tengo dieciséis y hace seis meses me cambió la vida. Un día Cholo, mi amigo, mi parcero, me preguntó:

¿Te gusta Sofía?

Al parecer había estado charlando con ella, me confesó que estaba loca por mí, pero le parecía un patán y un agrandado. Bueno en eso no estaba equivocada, eso era justamente lo que yo quería lograr en ella y parece ser que lo estaba consiguiendo.

Le pregunté a Cholo ¿Cuándo hablaste con ella? Si todo el tiempo estás conmigo en el colegio. Habían estado en el control, es un balneario cerca al barrio donde vivo, allí va la gente los fines de semana pagan $2000 y pueden estar en la piscina y bailar, se llena porque es muy barato. Ese plan me parece algo ordinario, ir a piscina a tomar orines de otros y a bailar reggaetón no va conmigo.

-Se ve muy bien en falda corta, tiene buena pierna y las teticas le están creciendo, no es tan fea como pensamos- me dijo Cholo. Jajaja… solté la risa, no lo podía creer, definitivamente le había llegado el mal de vereda a mi gran amigo -¿Cómo?- Reímos mucho esa tarde, era muy divertido escuchar hablar sandeces de las nenas a mi amigo, a veces me parecía demasiado atrevido y hasta vulgar, pero en últimas no parábamos de reír.

Días después a aquella tarde pasó algo fortuito y misterioso conmigo. Me sentí muy extraño, estaba en el colegio, me dolía fuertemente la cabeza y el cuerpo en general, una extraña sensación de frío me abrumó y me sentí triste, muy triste, ese día decidí no ingresar a clase de matemática ni a clase de religión, quería estar solo, durante gran parte de la tarde estuve sentado en una de las gradas del coliseo, de repente por mis pensamientos pasó una idea extraña: pronto tendría que morir.

Me asusté demasiado, soy muy joven para estar pensando en eso, todo parecía normal y aún había algo que sucedía en mí que me preocupaba, algo me llenaba de miedo, de pavor, sentía que mis horas de vida estaban contadas. Entonces, apreté con fuerzas los dientes, me tomé la

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