Cuento De Español

El chico de la capa verde y el lobo feroz.

Había una ves un niño pequeño que era muy enojón. Su papa le había echo una capa verde que el niño la llevaba a todas partes y lo conocían como ‘’el chico de la capa verde”.

Un día el papa le pidió que le llevara unas herramientas a su abuelo que vivía al otro lado del bosque pero el papa le advirtió que tuviera mucho cuidado pues en el bosque vivía un lobo.

Cuando el niño iba caminando por el bosque se detuvo para abrocharse una agujeta al acabar vio a un enorme lobo que estaba parado enfrente de el lobo le pregunto:

-¿Adonde vas con esa canasta? -pregunto el lobo.

-A casa de mi abuelo a llevarle unas herramientas -dijo en niño.

El lobo corrió rápido ala casa del abuelo tomando una atajo llego a la casa y se comió a el abuelo el lobo se puso su ropa y se acostó en la cama en eso el niño llega y le dice:

-¡Abuelo aquí esta la canasta con las herramientas! - dice el niño.

-Déjala por hay hijo -responde el lobo vestido del abuelo.

-Abuelo por que estas tan peludo - dice el niño.

-Es que soy el lobo gggrrrrrraaaa!!! – exclama el lobo.

El lobo se comió al niño y encontró a su abuelo en el estomago del lobo el niño encontró una espada y le rajo todo estomago al lobo así el abuelo y el niño pudieron salir.

Fin….

ADAPTACION POR: Brandon Oziel Arriaga Quintero.

Caperucita roja

Había una vez una niña muy bonita. Su madre le había hecho una capa roja y la muchachita la llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja.

Un día, su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuela que vivía al otro lado del bosque, recomendándole que no se entretuviese por el camino, pues cruzar el bosque era muy peligroso, ya que siempre andaba acechando por allí el lobo.

Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino. La niña tenía que atravesar el bosque para llegar a casa de la Abuelita, pero no le daba miedo porque allí siempre se encontraba con muchos amigos: los pájaros, las ardillas...

De repente vio al lobo, que era enorme, delante de ella.

- ¿A dónde vas, niña?- le preguntó el lobo con su voz ronca.

- A casa de mi Abuelita- le dijo Caperucita.

- No está lejos- pensó el lobo para sí, dándose media vuelta.

Caperucita puso su cesta en la hierba y se entretuvo cogiendo flores: - El lobo se ha ido -pensó-, no tengo nada

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