Cuento Lite

Hace mucho tiempo, en el reino de los cielos, cuando se creía que no existía ningún otro ser divino, vivió Nuriel uno de los ángeles más queridos de dios, ella era su luz divina.

Nuriel, a pesar de haber vivido ya varios siglos seguía siendo joven y muy curiosa, por eso le encantaba conocer más sobre el ser humano a lo largo de la historia, sobre su evolución desde la creación de Dios. Sin embargo, había algo en su interior que le decía que fuera más allá, que saciara su curiosidad y descubriera todo aquello de lo que Dios no quería hablar.

Dios no quería ocultarles cosas a sus siervos, sin embargo, muy en su interior era egoísta, pues no le agrada la idea de saber qué pasaría si la humanidad y los ángeles supieran que aún existían esos dioses que en su momento fueron venerados con tanta devoción. El creía que seres vanidosos, sin modales, violentos y agresivos como ellos nunca debieron existir, un claro ejemplo y el más aborrecido por Dios era Ares, pues ¿Qué tenía de bueno crear guerras dónde la brutalidad y la violencia eran las bases para los más grandes horrores? Era algo inimaginable e imperdonable para él. Así que lo mejor sería que todos pensaran que esos seres ya no existían ni tenían poder sobre los hombres de dios. Solos loa ángeles de mayor rango tenían conocimiento sobre ellos para vigilarlos y actuar en caso de que quisieran mostrarse antes el mundo nuevamente.

Nuriel como todos los ángeles tenia misiones y tareas que hacer para ayudar a Dios con la paz del mundo, sin embargo, eran muy pocos los ángeles que podían ir a Grecia, pues entre ellos se corría el rumor de que ahí habitada un ser tan maligno como el mismísimo Diablo. A Nuriel no le importaría este lugar si no hubiera sido por que Dios le prohibió ir con extremo énfasis en que era muy peligroso para ella. Los ángeles le decían que ahí habitaba un ser tan maligno como el mismo Diablo, aunque esto le parecía ilógico y tonto, ¿Por qué Dios permitiría que un ser tan maligno habitara n la tierra? Esto realmente llamaba su curiosidad pues también había tenido sueños donde visitaba estas tierras y conocía un hombre tan magnifico y perfecto como Dios que la llamaba a gobernar la tierra a su lado, jurándole un eterno amor.

¿Por qué tendría ella este tipo de sueños en la tierra prohibida por Dios? ¿Por qué solo ella tenía prohibido visitar estas tierras? Eran preguntas que la carcomían en las madrugadas que se levantaba después de tener tan extraños sueños.

Un día decidió terminar con esa curiosidad que tanto la atormentaba. Así que sin que nadie se diera cuenta bajo del cielo rumbo a Grecia, para explorar y tener la posibilidad de conocer que es lo que habitaba ahí y resguardaban con tanto énfasis.

Al llegar no noto nada extraño en esas tierras, había humanos haciendo sus actividades de lo más normal hasta que una presencia llamo su atención.

Era un joven de complexión alta y musculosa, no parecía superar los 25 años, con una belleza exquisita y confianza bruta, sin embargo, no fue eso lo que llamo su atención, aquel joven poseía un aura tan grande y resplandeciente como solo Dios tenía la suya. Eso la desconcertó mucho, ¿Cómo era posible que un simple mortal tuviera ese poder que solo Dios portaba? ¿Quién era ese joven con tal aura?

Sin embargo, se dio cuenta que su escrutinio se vio interrumpido por la presencia tan cercana del joven, puesto que él la reconoció.

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