Cuentos que curan

Cuentos que curan

Otra posibilidad de narrarnos

Por Ricardo Rafael Gómez Aguilar

Resumen

En el presente trabajo se expondrá sobre el modelo de intervención narrativa en una sala de lectura dentro de un contexto hospitalario, por parte de “Leer Contigo” PVO de México. El encuentro entre un niño, niña o adolescente con un texto literario motiva a resignificar el proceso de sanación desde su estado emocional, pues ayuda a fortalecer la identidad del sujeto, a sociabilizar con sus iguales, a su vez que se fortalecen las redes de apoyo y diálogo, contribuye a volverlos protagonistas activos de su circunstancia, a tomar decisiones, en otras palabras, la experiencia literaria y el lenguaje estético les permite a los chicos tomar el poder y narrase de manera autónoma.

Leer Contigo. Una labor diaria

Cuando eres pequeño no ves a los libros como literatura. Te acercas a ellos por la curiosidad que provoca aquel objeto misterioso que contempla mamá por la tarde, o que papá transforma en historias por la noche, o con el que reniega un hermano mayor. Las historias lectoras son tan diversas como lectores en el mundo; unas se gestan desde el vientre materno, otras crecen por el hábito, otras tantas por obligación escolar. Sin embargo, hoy hablaré sobre la experiencia lectora, casi incrédula, que nace en una habitación de hospital: la lectura que nos y se encuentra durante la enfermedad.

En esta trayectoria por compartir y acompañar con narraciones a todo tipo de personas, nunca me imaginé cumpliendo mi labor en una Institución de Salud, y ahora actúo como una voz más que entreteje ese mundo posible dotado de realidad, imaginación y mucha fortaleza y voluntad. Formo parte del equipo de “Leer Contigo” PVO México

A.C.1, quienes realizamos intervención narrativa con los niños, niñas y adolescentes hospitalizados en la Ciudad de México desde el 2010, con presencia en el Instituto Pediátrico Nacional, el Hospital Juárez de México2 y el Hospital General CMN la Raza.

1 PVO (Privated Voluntary Organization), antes Contigo Leo, es una asociación civil de carácter privado sin fin de lucro, constituida legalmente en 1988. Para el 2009, asumiendo la presidencia Alejandra Pérez Roldán y Philip Mondragón, el Consejo manifestó la necesidad de delimitar el campo de intervención institucional con base en un sector poblacional y su situación de vulnerabilidad; reflejándose ello no únicamente en una reorganización e identidad hacia al interior de PVO, sino también en un mayor impacto social. A sugerencia de la nueva Presidenta las actividades de PVO se redireccionaron hacia la lectura infantil como un medio a través del cual acompañar a niñas, niños y adolescentes en circunstancias especialmente difíciles. (Véase Modelo de intervención “Resignificando mi estancia hospitalaria”)

2 En el presente ensayo emplearé las siglas HJM cuando me refiera a este centro de salud.

3 La Convención sobre los Derechos de los Niños señala que los menores de edad tienen derecho a cuidados y asistencias especiales, dando consideración primordial al principio del interés superior de la niñez (Art. 3), sumándose a través del Artículo 31 el reconocimiento del derecho al esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad, así como a participar en la vida cultural y en las artes, conminando a los Estados Parte a propiciar oportunidades apropiadas y en condiciones de igualdad, para participar en la vida cultural, artística, recreativa y de esparcimiento

Por su parte, en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (publicada el 4 de diciembre de 2014) cabe subrayar los derechos a la identidad, a la protección de salud, a la libertad de expresión y acceso a la información, a la participación, a asociarse y reunirse, a la intimidad y al acceso a las tecnologías de la información y comunicación.

Nuestra labor se sustenta en dos puntos. Por una parte, la mediación de lectura en contexto hospitalario resulta interesante y compleja por la situación emocional de los pacientes, de sus familiares y de los grupos que conviven con ellos; por las dinámicas propias del hospital, como son los procesos de sanación y los tiempos de espera y ansiedad; y, no menos importantes, los factores socioeconómicos y culturales. Sumado a esto, me he encontrado con el erróneo argumento de que “los centros de salud no requieren de un espacio de lectura”, por parte de autoridades sanitarias.

Por otra parte, el hecho de ser niño hospitalizado no implica dejar de ejercer el derecho a la cultura, a la participación, al esparcimiento y juego, ni a la lectura3. Las dinámicas lectoras dentro de este contexto simplemente se flexibilizan y adaptan a cada paciente, por ejemplo: al leerles en voz alta o acercándoles libros pertinentes a la

motricidad del menor. De esta manera a los niños se les permite ser lectores, con lo que construyen su experiencia en algo habitable y significativo.

Por ambos puntos, en Leer Contigo nuestro principal objetivo son “niños, niñas y adolescentes que resignifican las circunstancias hospitalarias que enfrentan producto de su estado de salud, a través de prácticas de intervención narrativa propiciando con ello un cambio positivo y activo con su entorno” (Arzaluz, 2016). Esto quiere decir que, a partir de la literatura y otras actividades lúdico-creativas, la comunidad pediátrica transforme su concepto de hospitalización, que en algunos casos se traduce en tiempos largos, en otros semanales y en pacientes oncológicos resulta periódico4. Con esto, se pretende que el hospital se piense como un espacio donde se puede convivir, compartir y estar, y para ello la lectura desempeña un papel clave, pues como dice Graciela Montero “lo primero que está para leer es lo que está ahí, el enigma del mundo”.

4 La población pediátrica que se atiende en el 4to piso del HJM en promedio alcanza los 150 pacientes mensualmente, cuyas edades oscilan entre los 2 meses a los 17 años. Las especialidades atendidas agrupan pacientes de infectología, de cirugía plástica, medicina interna, terapia intensiva, nefrología, hematología y oncología, siendo estos últimos la población objetivo de mayor interés, puesto que son quienes experimentan un proceso de sanación más extendido, el cual puede ir de un año a tres, con cinco años promedio de vigilancia externa.

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