DIVERSIDAD LINGÜÍSTICA Y CULTURAL DE LOS PUEBLOS DEL MUNDO
itzeliitha8 de Mayo de 2012
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LENGUAS QUE SE HABLAN EN EL MUNDO
Las principales lenguas del mundo
Chino mandarín. Unos 390 millones de hablantes. Hablado principalmente en el norte de China, en particular en Pekín, sirve de base al chino estándar o lengua china común: el P´ut´unghua.
Inglés. Casi 300 millones de hablantes, de los cuales 50 usan el inglés como lengua secundaria. Se reparten de la siguiente forma: 196 millones en el Nuevo Mundo, 55 en Europa, 23 en el Pacífico, 15 en África y 8 en Asia.
Castellano. 150 millones de hablantes: 36 en España, 94 en Hispanoamérica, 9.5 en el Caribe, 2.5 en EE. UU., 0.5 en Filipinas y 0.2 en África del Norte.
Ruso. 150 millones de hablantes extendidos por casi toda Rusia, constituyendo la lengua literaria estándar.
Árabe. 130 millones de hablantes usan sus distintas formas en África de Norte, en Malta y en el Próximo Oriente. El árabe clásico es la lengua usada por la élite cultural del mundo.
Alemán. 120 millones de hablantes: 70 en las dos Alemanias, 12 en Holanda, 7 en Austria; 7 en América del norte, 5 en Bélgica (el flamenco), 4 en Suiza, 4 en África del Sur, 1.7 en Francia, 1.4 en Polonia. Un millón de personas hablan el dutch y el yiddish en el mundo entero, en particular en América latina.
Japonés. 110 millones de hablantes: 100 en el archipiélago nipón y 10 repartidos en Taiwán, Hawai, California y Brasil. Tiene tres variedades principales además de unos quince dialectos, y podría estar emparentado con las lenguas altaicas.
Hindi-Urdu. Cerca de 120 millones de hablantes en el oeste de la India y en Pakistán, así como 3 millones repartidos en África oriental y Australia, Guyana, Surinam y en las islas Figji. 30 millones de personas utilizan el hindi como lengua literaria. Este idioma se escribe en caracteres nagari. El urdu, por el contraria, se escribe en caracteres arábigo-persas.
Turco. Comprende cinco grandes variedades y reúne 80 millones de hablantes en Turquía, Irán, Afganistán, en la Unión Soviética e incluso en el Turkestán chino.
Gallego-portugués. 76 millones de hablantes: 9,1 en Portugal, 64 en Brasil, 2 en España, 0.4 en Estados Unidos, 1.5 en las antiguas provincias portuguesas en África.
Bengalí: 76 millones de hablantes en el nordeste de Judia (Calcuta) y en Bangla Desch.
Francés. 70 millones de hablantes, de los cuales 12 lo tienen como lengua secundaria; casi 50 millones en Francia, 6 en Canadá, 5 en África, 4.5 en Bélgica, 4 en Vietnam, 1 en Suiza. Además miles de hablantes en Mónaco, Italia (valle de Aosta), en las Antillas y en las islas del océano índico y Polinesia.
Italiano. 60 millones de hablantes: 47 en la península italiana, 5 en Sicilia, 1.5 en Cerdeña, 1 en Francia continental y en Córcega, 4 en Estados Unidos, 1.5 en Argentina; el resto en Suiza, en Yugoslavia, en Brasil, Canadá, Somalia, Etiopía y Libia.
LENGUAS IMPORTANTES EN LA COMUNICACIÓN EN EL MUNDO
Principalmente tienes el inglés, que es considerado el de regla internacional para turismo, tratados entre naciones, etc.
Después el Francés, Italiano, Alemán, Ruso y Chino.
Ya que estas naciones representan el foco de economías mundiales y destinos más frecuentes en líneas aéreas.
Al igual que su tecnología, influencia sobre otras naciones y demás factores que hacen que estos idiomas sean útiles de aprender.
Impacto de la escritura en la socialización del conocimiento y en la comunicación a través de tiempo.
Gracias a la escritura conoces la historia desde hace millones de años, por ella los antiguos se afanaban con el objeto de dejar testimonio de lo que era su generación, fue la manera de difundir el conocimiento, quien abre un libro, abre un mundo y no es carreta. Se mete al mundo en la aldea, no permite que seas un pusilánime, te da fuerzas para enfrentar lo que sea, a pesar de la Internet lo que te revelan los libros no tiene comparación, hace menos daño.
El impacto de la escritura en la socialización del conocimiento y en la comunicación a través del tiempo y del espacio geográfico. La escritura ocupa un lugar central en nuestra vida social: cada una de las acciones que realizamos se ven reflejadas en una documentación escrita específica. Desde nuestro nacimiento hasta la constitución de nuestra propia identidad, pasando por el acta de matrimonio o la escritura de la vivienda, siguiendo por el contrato laboral, las invitaciones, las resoluciones de la justicia, la programación del teatro, o lo que fuere, apelamos a la escritura y a la lectura. En el libro El mundo sobre el papel. El impacto de la escritura y la lectura en la estructura del conocimiento., se señala que las instituciones educativas adquieren su razón de ser en nuestras sociedades en la medida que se comprometen a iniciar a las nuevas generaciones en los procesos de lector/escritura. Las políticas de gobierno, durante todo el siglo XX, en la medida que apuntaran a la democratización, no dejaron de incluir la alfabetización extendida a mayores sectores de la comunidad. Los especialistas acuerdan en sostener que la aparición de la escritura produce distintas consecuencias: por un lado, la escritura proporciona un medio gráfico de comunicación; por otra parte, dado que es verbalizado -es decir, leído- pasa a ser visto como modelo de esa verbalización. Una vez que la escritura se torna un modelo para el habla, se hace posible incrementar la interrelación entre ellas, hasta permitir una trascripción más o menos cercana entre ambas. De esta manera, la escritura permite que se vaya formando una especie de "yo narrativo", de "sujeto", que comienza a hacer aparecer la noción de estado mental y subjetivo como el reservorio de las ideas, las pasiones y las emociones. Es evidente que la escritura propicia el relato narrado desde un yo, y esto comienza a constituirse en Grecia durante el período clásico. Nuestros procesos cognitivos se han ido modificando por el uso de la escritura alo largo de la historia. La cultura escrita ha tenido efectos decisivos en el desarrollo de nuestros modos de leer y describir el mundo. Gracias a la escritura conoces la historia desde hace millones de años, por ellas, hasta permitir una trascripción más o menos cercana entre ambas. De esta manera, la escritura permite que se vaya formando una especie de "yo narrativo", de "sujeto", que comienza a hacer aparecer la noción de estado mental y subjetivo como el reservorio de las ideas, las pasiones y las emociones. Es evidente que la escritura propicia el relato narrado desde un yo, y esto comienza a constituirse en Grecia durante el período clásico. Nuestros procesos cognitivos se han ido modificando por el uso de la escritura alo largo de la historia. La cultura escrita ha tenido efectos decisivos en el desarrollo de nuestros modos de leer y describir el mundo. Gracias a la escritura conoces la historia desde hace millones de años, por ello los antiguos se afanaban con el objeto de dejar testimonio de lo que era su generación, fue la manera de difundir el conocimiento, quien abre un libro, abre un mundo. Haciendo estos análisis de la escritura, se deriva de los mismos que existe una vinculación estrecha entre los modos de la cultura, la escritura y la forma de pensar.
LA HISTORIA DE LA ESCRITURA
Hace unos 35.000 años (Paleolítico superior), el homo sapiens adquirió la habilidad para representar, en las paredes y techos de las cuevas donde vivía, figuras de animales, manos y símbolos estilizados que, presumiblemente, hacían referencia a algunos ritos que realizaban. Eran dibujos y, en algunos casos, grabados hechos rascando la piedra; los colores que utilizaba eran ocre, rojo y negro. Para hacer estos dibujos debieron usar carbón, magnesio, óxido de hierro y tierras que mezclaban con grasa de animales.
No era escritura, propiamente dicha, sino de los primeros pasos de la expresión escrita. El arte prehistórico abarca un período enorme, entre 11.000 y 25.000 años, evolucionando en la perfección de los temas representados. Hacia el final de este enorme período, los dibujos eran más complejos y representativos hasta que, ante la necesidad de ampliar las posibilidades de expresión, fueron derivando en lo que llamamos pictogramas (4.000 a. de C.).
Se hacían sobre tablillas de arcilla que luego cocían para endurecer. Hacían una especie de muescas con una caña cortada en bisel y representaban cantidades de cosas (cereales) y de animales (ganado).
En Mesopotamia, de las primeras formas pictográficas (3000 a.C.), se fue pasando a una representación más cuneiforme de esos pictogramas (2400 a.C.) para desembocar, hacia el siglo VII a.C., en la escritura silábica cuneiforme.
Al mismo tiempo, en Egipto, desde el año 3100 a.C., se desarrolló la escritura jeroglífica. Se escribía de izquierda a derecha o al revés, así como de arriba hacia abajo, encuadrando casi siempre los símbolos; si escribían el nombre de un dios o un rey, lo ponían en primer lugar y situaban el resto de los signos en función de este nombre.
En muchas ocasiones, también, alteraban la dirección de la escritura en función de la estética general de todo el grupo de símbolos. Es, a la vez, una escritura ideográfica y consonántica, reforzando con algunos signos la pronunciación o el concepto. La paleta de Narmer, datada hacia el año 3000 a.C., es uno de los primeros ejemplos de escritura jeroglífica. La belleza de esta escritura es evidente, tanto por su estética
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