Diatriba De Amor

DIATRIBA DEA MOR CONTRA UN HOMBRE SENTADO

Es de noche Graciela raya un fosforo en las tinieblas para encender un cigarrillo, en su habitación, en el extremo derecho, sentado en un sillón ingles en traje oscuro y con cara oculta detrás del periódico que finge leer, esta el marido inmóvil. Es un maniquí. El drama transcurre en una ciudad del caribe después de que Graciela y su marido regresan de una cena informal poco antes del amanecer del tres de agosto de 1978.

Graciela se queja diciendo que nada se parece tanto al infierno contra un matrimonio feliz, tirando el bolso de mano en un sillón quejándose entonces sigue diciendo que es una estupidez haber recibido y gozar durante veinticinco años mortales, todo hasta un hijo seductor y holgazán mujeriego como su padre; se sienta a fumar, se quita los zapatos, se sumerge en una reflexión profunda y reanuda el sartal de reproches interminables; decía entonces a su marido que si creía cancelar a ultima hora la fiesta mas hablado del año y que la villana del cuento fuera ella, el marido no dijo ni una sola palabra, y Graciela opto porque el silencio fuera una respuesta y decía que podía quedarse el ahí sentado hasta el final de los siglos y que a final de cuentas se aguantaría a oírla, sus reproches se basaban en lo siguiente hablando así: “a la noche estará aquí todo lo que vale y pesa en este país ósea todo el mundo menos los pobres, tal como tu mismo lo anunciaste hace veinticinco años cuando juraste que consagrarías cada minuto de la vida a preparar las bodas de plata del matrimonio mas feliz sobre la tierra”.

“Ahí esta, dios mio ya va a amanecer, miércoles tres de agosto de 1978 quien nos iba a decir que veinticinco años después de casados iba a haber todavía un tres de agosto, un día como hoy, a esta hora salimos de la ermita, tu con una camisa blanca y yo con un vestido de novia dos veces mas ancha que yo para que no se me notara que estaba embarazada”. Graciela miraba a su marido ¿esperas que te agradezca por lo que hiciste por mí? ¡Se nos fue la vida! ¡Carajo!

Graciela se levanta los senos y explica que eran así ase veinticinco años comienza, entonces a quitarse el maquillaje y lloraba y se hablaba a si misma. “sino fuera por los amaneceres seriamos jóvenes toda la vida, porque uno envejece cuando amanece”

Se sentía muy desgastada y acabada por la vida tan infeliz que llevaba y recordaba los tiempos pasados cuando había ido a roma, recordando que cenaron pero se daba cuenta que amanecía y se miraba al espejo y envejecía cada vez, un día y para ella eran como cinco años pasados y que las mascarillas de pepino que se ponía cada noche ya no le hacían efecto sin dar para mas.

Mira por la ventana y se da cuenta que esta amaneciendo y recuerda lo felices que en su matrimonio habían sido en el pasado, y reprochaba entonces a su marido que si algún día llegaban a condenarlo seria por que jamás había valorado el amor que ella le daba, también recordaba y al mismo tiempo se arrepentía por no haber escuchado a su madre cuando la advertía que la felicidad del olvido era la única que no se pagaba, y que al mismo tiempo le advertía y decía pestes de aquel muchacho del que Graciela se había enamorado, tenia dos caras una buena la que siempre solía reflejar ante la sociedad, y la mala que no mostraba a los demás y que solo el conocía y que aun así a ella jamás le importo y que era lo mas perfecto posible, claro decía ante de descubrir la verdad.

“No tenia nada pero renuncie a todo por ti”, se dirigía a su marido y con una profunda mirada decía que aquello nunca lo había valorado ni por lo mas mínimo que fuera, y que todo el mundo decía que aquello que decía sentir por él era un simple capricho que tarde o temprano se le pasaría y que cuando se diera cuanta se arrepentiría, y según ella aseguraba con tal desfachatez que si un día había tomado la idea de irse o fugarse con él había sido solamente para llevarle la contra a su propia madre.

Entonces se llegó a la conclusión de que ambos repudiaban a sus padres y aun así habían sido felices, porque en ese entonces tenia lo mejor, el amor y que nada les faltaba, y que por lo contrario ahora nada les faltaba a excepción del amor.

“Lo cierto es que la felicidad no es como dicen todos que es que solo dura un instante y que no se sabe que se tuvo sino hasta que se ha terminado”

Y pensaba que la vejez la hacia mas celosa, le puso entonces a su marido un ejemplo, aquel de cuando un día había llegado a casa a las

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