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Don Quijote De La Mancha


Enviado por   •  19 de Marzo de 2015  •  1.283 Palabras (6 Páginas)  •  187 Visitas

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Don Quijote de la Macha

Es la historia de un hidalgo de la Mancha de unos 50 años que tras leer muchos libros de caballería, decide disfrazarse de caballero andante y embarcarse en una serie de aventuras con su viejo caballo Rocinante. Tiene como fin "irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras y a ejercitarse en todo aquello que él había leído que los caballeros andantes se ejercitaban, deshaciendo todo género de agravio y poniéndose en ocasiones y peligro donde, acabándolos, cobrase eterno nombre y fama”. Siguiendo la tradición caballeresca, don Quijote se encomienda a Dulcinea del Toboso.

Una mañana sale de su casa, como caballero andante. Pero le asalta la preocupación de que no ha sido armado caballero y que, en consecuencia, ni puede ni debe entrar en combate con caballero alguno. Mas pudiendo más su locura, decide continuar y hacerse armar a la primera ocasión. Ese primer día no le ocurre ninguna aventura.

En el anochecer, se encontró con una venta que él pensó que era un castillo y en la entrada se encontró con dos mujeres.

Todas las personas que encontraba lo tomaban por loco, pero le ayudaron a quitarse su armadura, lo único que le preocupaba en ese momento es que no había sido nombrado caballero. El ventero, cerciorándose de su falta de juicio, se burla de él haciéndole creer que él también es caballero y diciéndole que sí le armará y aconsejándole que se provea de dineros y de otras cosas necesarias.

Don Quijote vela las armas en un patio del castillo (el corral de la venta). Durante la vela, un arriero, y después otro, acuden al pozo para dar de beber a sus animales de carga, para lo cual deben apartar las armas que don Quijote está velando. Éste defiende la vela y agrede a los arrieros.

Los compañeros de éstos comienzan a arrojar piedras a don Quijote, y el ventero, para evitar más problemas, decide abreviar ceremonias: da por terminada la vela de armas y seguidamente arma caballero a don Quijote, ayudado de las dos mujeres (doncellas; la Tolosa y la Molinera). Don Quijote agradece haber sido armado caballero, y sale de la venta.

Socorre a un muchacho de quince años, criado de un rico labrador de Quintanar, al que éste está azotando por no prestar cuidado al hato de ovejas. Bastará que don Quijote se aleje para que el labrador siga con su castigo.

Pretende hacer confesar a unos mercaderes toledanos que van camino de Murcia que Dulcinea del Toboso es la más hermosa del mundo. Uno de los mercaderes, viendo su locura, se burla de él; don Quijote entonces le acomete, pero tropieza y cae, y un mozo de mulas aprovecha la ocasión para molerle las costillas.

Un labrador (Pedro Alonso), vecino de su pueblo, encuentra a don Quijote malherido, le recoge y lo lleva a su casa, a donde llegan ya de noche. Allí están reunidos el ama y la sobrina de don Quijote y dos amigos suyos: el cura (Pero Pérez) y el barbero (Maese Nicolás) comentando la desaparición de don Quijote y que la culpa de ello es de los libros de caballerías que leía. Por lo que deciden que al día siguiente sean quemados. En ese momento, llega el labrador trayendo a don Quijote, al que acuestan para que descanse. El cura se informa por el labrador de lo ocurrido, y decide que al día siguiente se quemen los libros de caballerías de don Quijote.

Mientras don Quijote duerme, el cura y el barbero, ayudados de ama y sobrina, proceden al escrutinio de su librería, seleccionando unos y mandando arrojar otros al corral para ser quemados, según les parecen buenos o peligrosos para el hidalgo

Don

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