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EDUCACION


Enviado por   •  1 de Julio de 2015  •  2.483 Palabras (10 Páginas)  •  162 Visitas

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Acuarela

Respirabas en mí, en mí; pero muy dentro,

como los tiernos brotes de una planta pequeña.

El aire de tu vaho llegaba al pensamiento

dándole vida al canto del pájaro que sueña.

Corrías en la sangre de mis noches ingrávidas

y en los ríos crecidos de minutos sin fin,

también como una lluvia perdurable de lágrimas

caías en el golfo que ronda mi Delfín.

Piel rizada en la tibia caricia de otros labios,

verbo de la neurosis deshecho en el trastorno.

Brújula sin imán, dirigiste mis barcos

en una travesía que no tuvo retorno.

El derecho al amor que ejercían tus ojos

era el escrito largo de una pluma inexperta,

buscando pertinaz, maravillas de un cosmos,

y percibiendo sólo mi geografía desierta.

Las mágicas reuniones de mis dudas antiguas

inexcusablemente llegaban como niños

a desatar la enorme borrasca de tu risa

sobre el casto pelambre de enero y sus armiños.

Debí cansarte mucho, sin notarlo siquiera;

a los reinos de abajo mis reyes han caído.

La historia de sus vidas, las sepultó la arena

del médano más grande que levantó el olvido.

Agonía

Dondequiera, ya no es alguna parte,

ya no es hotel ni plaza ni alameda,

ya no es un restaurante

ni una casa friolenta

donde todos acechan,

amargando el frescor de la sorpresa.

Se terminaron todos los lugares,

los destruyó la vida sin decirme,

los destruyó el destino sin contarme;

los destruyeron para destruirme.

El éxtasis no corre por mi carne,

crucificaron todos los momentos,

y mi vista no es nave

bregando en las ondas de tu cuerpo.

A veces, la llovizna,

trae aroma distraído de tu aliento,

y emigro a los túneles de octubre

a fumar y a degollarme en tu recuerdo.

No ha pasado la crisis,

y no podrá pasar, es lo que siento.

En ninguna parte

te encuentro.

Tenemos que buscarnos mucho, mucho,

con deseo fuerte y pensamiento;

desgarrando las casas con la vista

y viajando en la alfombra del afecto.

Tenemos que buscarnos,

en el pecho y la espalda, si es posible,

del tiempo.

Yo te miraba de reojo,

mostrándome disperso.

El ámbito aceptaba mi soborno,

y sentía que el momento

y la vida...

¡por fin, valían un poco!

Voy a peinar la ciudad de arriba abajo,

voy a poner en la nariz de mi sabueso

la parte tuya que dejaste en mí,

para que rastree tu recuerdo

en la tierra y el cielo,

para ver

si te encuentro.

Deseo

Hoy mi halcón degollador

en las embriónicas aguas

busca espiritosa noche

para clavarle las garras.

El crimen del paraíso

siendo negro y siendo blanco,

es congruente silogismo

entre Sanguinario y Santo.

Tamborilea la lluvia

con deditos de agua clara

hierba nueva en el Edén

y musgo de la esperanza.

Luego, empieza a anochecer

por donde voy caminando;

incompetentes y torpes

salen a brincar los sapos

No culpen la reacción

cataléptica de mi alma,

si mi pico meneador

les destroza la garganta.

La madrugada impostora...

con pisadas de geranio.

turistea en un papel...

donde no puse la mano.

Mi cernícalo reflejo

en pesadilla adversaria

deja un azul Vaticano

para salir a matarla.

Y el cántico de mi halcón

vuelve de nuevo

...

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