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EL PETIT HAITI


Enviado por   •  15 de Mayo de 2015  •  1.913 Palabras (8 Páginas)  •  164 Visitas

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DESARROLLO

BREVE RESUMEN DE LA OBRA DE LA PARTE QUE LE TOCO.

EL PETIT HAITI

Irena iba vestida con una túnica de paños orientales. El Barrio chino era a lo largo de la calle del hotel y llegaba hasta el centro del Petit Haití, desde el trayecto en la Benito González. Así vestida de esa forma caminaba por las calles que estaba pobladas de mirones que provocan escándalo. Era una negra con apariencia de china en el vestir, para todos los comerciantes era algo extraordinarios que todos querían ver.

Cerca de la joyería había un almacén de mercancía importadas de Haití. En aquel lugar había un grupo de marchantas que cargaban y descargaban de los camiones que se parqueaban en la Benito González.

Carina era testigo de los movimientos desde el balcón de su casa. La cual presentía que con la aparición de los haitianos llegaba una avalancha de gusanos verdes, gruesos y afligidos, que penetran en la casa y llenaban los jardines y los patios.

El joyero y Carina tenían nauseas, les daban ganas de vomitar los extraños, veían en ellos la peste de los gusanos en cada paso que daban.

Al joyero se acordó una vez que el barrio se lleno de cangrejos en una oleadas del mar. La misma situación de los cangrejos se prestaba con los haitianos.

Cuando el vio venir esa impresionante mujer se le olvido el asunto de los cangrejos. Irena avanzaba frete a la joyería y se detuvo a ver un letrero de la llave de oro. Fue la primera vez que la vio su mirada quedo atrapada hacia ella, vio que se detuvo a mirar con interés la joyería. Desde el mostrador observo como el veterano le dio la bienvenida a la joven. El se adelanto a recibirla por la grata presencia de la mujer. Irena entraba a su joyería a contemplar la rica mercancía de la vitrina. El joyero busca el su memoria cuando fue la ultima vez que vio un cuerpo d mujer así pero no encontró antecedentes cercanos en ese momento su mente de joyero se le lleno de una prenda desconocida, impresionado solo se acertó a decir usted no es de aquí, ¿de donde viene? Irena le hablo en francés, soy de port au prince, llegue hace poco de turista.

Este le dijo haitiana turista quedo perturbando y la invito a mirar de cerca y tocar la prenda. Ella le dijo si soy turista y estudiante de arquitectura y vengo a ver si puedo continuar aquí mi estudio por la causa de cómo esta la situación política en mi país, me ha dichos que aquí hay universidades muy buena. Mientras seguían en la conversación ella le pregunto por el precio de una prenda en francés y el le dijo usted es haitiana, pero habla francés o patuà.

Ella había despertado el instinto animal del joyero, pero ella lo miraba como un viejo chiflado. El la despidió de una forma muy amables esta joyería esta a tu pies, para ti no hay precio. El joyero sintió temor de acompañarla a la acera si mi mujer se entera, pero el sabia que ella no se encontraba por los alrededores, el coqueteando con una haitiana.

Carina no quería saber nada sobre su hermano, se negaba a encontrarse con el.la vendedora de flores solo se limitaba a escucharla, desde que tuvo ese malo entendido temía opinar ya que ella era solo la vendedora y los clientes eran los clientes. Pero ella quería desahogarse. Era demasiado un Santillana con una haitiana.

Crucita guardo silencio era la comidilla del la esquina, que esta repletas de comentarios sobre esa unión escandalosa y otros acontecimiento del momento.

Decían que no era extraño que el ingeniero se haya fijado en ella. Paseaba sus coquetería delante los hombres y cualquiera quería echársela. Era una mujer apetitosa. Se hablaba de los polvos mágico y bebedizo que las mujeres le daban a su marido para retenerlo. M´a Guiselle defendía a Irena, ella sabia que su naturaleza no era de esa estirpe sabia de poder femenino que tenia.

Los traficantes estaban dentro de los mismos que los perseguían, como se explica que todos se trasladen libremente exclamo M´a Guiselle que culpa tiene uno que lleva años vendiendo te en la misma esquina, de los que hagan los demás haitianos. Pero los que mas le molestaba era la pelea entres los hermanos Santillana, decía que esa pelea entre hermanos no son buena a Dios no le agrada y con esto se alegra lo malo.

El asesinato de una mujer a manos de los haitianos puso rodar la organización de La Mano Negra.

La marca de la misma quedaba evidente por las últimas victimas. Eran crímenes horribles y extraños. Brujería, hechicería, eran cosas que se asociaban con degollamiento, decapitación de los inocentes.

Nadie era responsable de la leyenda negra.se sospechaba del joyero porque este vei desde la joyería la brigada de haitianos que vaciaban el tercer piso.

Los haitianos trabajaban y Vivian en las torre. El ingeniero le había construido un dormitorio, ahí tenia de todos los que necesitaban para vivir, el trabajo en la construcción era con todos incluidos.

El joyero no era el dueño de la leyenda negra, pero era un canal. Todos los que se sabía en la esquina de M´a Guiselle se propagaba como eco en la joyería. Así pudo enterarse de la finalidad de la torre que el ingeniero había iniciado con los haitianos que se lo confeso un empresario que fue a comprar un collar de oro.

El quiso contárselo a Carina pero ella se limito no confiaba en alguien que se acostara con una haitiana.

La Duartes estaba en el Petit Haití. Era una calle repleta de haitianos que habían atravesado la frontera cargado de ropas, perfumes y pedrería barata. En otra calle había venta de cosméticos y zapato sin marcas, fritura y chuchería.

Eso se le había hecho evidente a Carina, que por la ausencia de clientes no visitaba la joyería. El joyero pasaba su día amargado desde que el abría la puerta del negocio observaba la multitud de haitiano que extendían su mercancía en misma será de la joyería, la calle de Benito Gonzales ya no era la misma,

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