EL SUEÑO AL QUE QUEREMOS LLEGAR

Desde que todas entramos al colegio, muy pequeñas, que nuestros papas nos ayudaban a entrar nuestros bolsos porque en algunos casos el bolso era más grande que nosotras, algunas con sus dos colitas de caballo y otras con las trenzas que nuestras mamás con mucho esfuerzo nos hacían, siempre entrabamos con un sueño en común, llegar algún día a ser las niñas más grandes del colegio, para que nos llamaran PROM. Pero el camino para hacer realidad ese sueño ha sido largo, y el sueño que algún vez lo vimos tan lejos, está más cerca que nunca o más bien a punto de terminar, porque dentro de unos cuantos meses estaremos, como algún día lo soñamos, vestidas con nuestras togas, recibiendo nuestros diplomas y medallas, y lo aún más soñado, lanzando nuestros birretes al aire.

Este camino al gran sueño no ha sido fácil y nos hemos enfrentado a muchos obstáculos, los desacuerdos, conflictos, alegrías y buenos momentos han marcado nuestra historia en el paso por el colegio. Aunque muchas de ustedes han compartido por más de diez años, las que hemos llegado al pasar de los años sentimos que por todo lo que hemos pasado juntas, pareciera que hubiéramos estudiado todos los quince años juntas.

En este último año todas teníamos la incertidumbre al principio de año si nos revolverían o nos dejarían con las mismas del años pasado, cuando salimos del auditorio a ver las listas muchas decían “No nos revolvieron, nos pegaron una revolcada” , muchas lloraron porque las habían separado de sus amigas, pero también habían otras que estábamos muy emocionadas porque después de tantos años nos dejaron junto con nuestras amigas, pero no solamente se miraba si el nombre de cada una estaba en la lista, cuando llegamos al salón se empezaron a ver las cara de las compañeras de nuestro último año y en mucho rostros se miraban que no estaban a gusto con algunas de las compañeras con las que les había tocado, pero como algunas niñas dijeron, “Tan solo la conozco de cuando me la encuentro en los descansos, tal vez sea diferente en el salón”, y algunas se dieron cuenta que si era cierto eso, y también, que en todas las compañeras podía contar. Días después nos pusimos de acuerdo con nuestra blusa de Prom, aceptamos unas ideas que tenían y pudimos ver el diseño que nos tenían, y para nuestro retiro la pudimos estrenar y nos sentimos orgullosas de llevar.

A los pocos días empezamos los ensayos para una sorpresa que queríamos dar en la fiesta, ensayábamos en las mañanas y en las tardes, y gracias a Dios el día que nos presentamos nos salió bien, y quedamos muy contentas por el agrado que tuvo la gente que asistió a la fiesta con nuestro baile y todo el aspecto que tenía la fiesta.

Pasado dos meses después, ya todas pensábamos en las vísperas, nuestras últimas vísperas como estudiantes del Colegio María Auxiliadora, y empezamos con nuestros ensayos, aunque tuvimos desacuerdos,

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