ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Ecologia.


Enviado por   •  22 de Enero de 2014  •  Síntesis  •  845 Palabras (4 Páginas)  •  265 Visitas

Página 1 de 4

En 1854, el presidente de los Estados Unidos ofreció comprar una amplísima extensión de

tierras indias, prometiendo crear una "reservación" para el pueblo indígena. La respuesta del jefe

Seattle, que transcribimos a continuación, ha sido descrita como la declaración más bella y más

profunda jamás hecha sobre el medio ambiente. Por otra parte, muestra la diferente concepción del

mundo entre los pieles rojas -para los cuales la naturaleza es sagrada- y la civilización moderna, que

ve las cosas en términos económicos.

La dramática sentencia del gran jefe indio: "Termina la vida y empieza la supervivencia", resultó

profética y alcanzó incluso a su propia hija. Alrededor del año 1890, en la propia ciudad de Seattle, el

fotógrafo norteamericano Edward S. Curtis, cuya meta personal era retratar a "la raza en extinción"

en el ocaso de su gloria, obtuvo la primera fotografía de una larga serie que más tarde alcanzaría la

fama. La modelo fue casualmente la princesa Angelina, hija del jefe Seattle, en cuyo honor se le dio

nombre a la ciudad. Consumida por el paso de los años y por la miseria, ella aceptó humildemente el

dólar que Curtis le ofreció por posar para la fotografía

Si no atendemos al mensaje del jefe Seattle, la humanidad entera se convertirá en una doliente

princesa que, como la legendaria Angelina, pose humildemente ante la lente del futuro...sin la

esperanza de sobrevivir.

Carta del Jefe Piel Roja See-elth al Presidente de los Estados Unidos

"Jefe de los caras pálidas: ¿Cómo se puede comprar el cielo o el calor de la tierra?. Ésa es para

nosotros una idea extravagante. Si nadie puede poseer la frescura del viento, ni el fulgor del agua,

¿cómo es posible que ustedes se propongan comprarlos?. Mi pueblo considera que cada elemento

de este territorio es sagrado. Cada pino brillante que está naciendo, cada grano de arena en las

playas de los ríos, los arroyos, cada gota de rocío entre las sombras de los bosques, cada colina y

hasta el sonido de los insectos, son cosas sagradas para la mentalidad y las tradiciones de mi

pueblo.

La savia circula por dentro de los árboles llevando consigo la memoria de los pieles rojas. Los

caras pálidas, olvidan a su nación cuando mueren y emprenden el viaje a las estrellas. No sucede

igual con nuestros muertos, nunca olvidan a nuestra madre Tierra. Nosotros somos parte de la tierra,

y la tierra es parte de nosotros. Las flores que aroman el aire son nuestras hermanas. El venado, el

caballo y el

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (5.1 Kb)  
Leer 3 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com