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El Dinero

ferxl26 de Septiembre de 2013

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El dinero y sus funciones

Se entiende por dinero a cualquier bien que se amplia y comúnmente es aceptado como medida de valor y como medio de pago en contraprestación por bienes y servicios recibidos o prestados. Visto de otra manera, el dinero es el instrumento que tiene valor fijo dentro de un país, y es el principal instrumento para realizar compras de bienes o pagos de servicios.

Adam Smith explica en su obra La Riqueza de las Naciones que, como consecuencia de la división del trabajo, la capacidad de intercambio de los seres humanos se enfrento en un primer momento a numerosos obstáculos. Tal capacidad fue adoptando formas sucesivas que se fueron adaptando al avance de la sociedad. Así, antes de llegar al dinero tal como lo conocemos hoy en día fue necesario transitar por distintas fases históricas las cuales son:

El trueque: Surgía de la necesidad de obtener bienes que un individuo requería pero que no podía obtener con su propio trabajo. Se trataba de intercambiar directamente unos bienes por otros, sin que interviniera en el proceso algún medio de cambio distinto a las mercancías que estaban pasando de las manos.

Para poder intercambiar mercancías debía existir una doble coincidencia entre necesidades que pretendían satisfacerse. Es decir, que era necesario que ambas partes requiriesen lo que la otra estaba ofreciendo. Para que el trueque pudiera satisfacer las partes, las mercancías a intercambiar debían tener idéntico valor o al menos reportar a cada una de ellas una utilidad equivalente a la que sacrificaban al desprenderse de la mercancía que estaban dispuestos a entregar.

Un problema que se generaba a la hora de realizar el trueque era la indivisibilidad de las mercancías. Si una persona requería de un bien pero a cambio solo podía entregar otra que evidentemente era mayor, resultaba frecuentemente que el intercambio se frustrara, ya que la división del bien a su disposición le restaba valor al mismo, lo que causaba un saldo desfavorable a uno de los cambistas.

Dinero-mercancía: Debido a las dificultades que se causaban para realizar trueques surgió la necesidad de que el intercambio de bienes no se realizara directamente sino a través de un sistema de “doble transición”. Allí se recurre al dinero en cualquier forma en que éste fuera concebido, la operación de intercambio se podía desbordar en dos momentos diferentes: una venta actual a cambio de la cual se percibía algún objeto al que se le atribuía un valor determinado y, en segundo lugar una compra futura que podía pagarse entregando el mismo objeto o dinero-mercancía que antes se había recibido.

A medida que las sociedades fueron evolucionando, los metales se impusieron como el denominador común mas frecuente utilizado para cumplir las funciones de dinero-mercancía. Los metales cumplían con dos requisitos fundamentales que facilitaban su uso: en primer lugar eran pocos perecederos y en segundo lugar eran relativamente fácil de dividir en cualquier número de partes sin pérdida de valor, o bien dichas partes podían ser unidas nuevamente mediante la fusión del metal.

A medida que avanza el tiempo algunos metales fueron prevaleciendo sobre otros. La plata y el oro llegaron a ser muy apreciados a la hora de intercambiar bienes. Otro bien que fue utilizado a modo de mercancía fue la sal, la cual reunía el requisito de su amplia aceptación, siendo particularmente demandados por los pueblos que se encontraban geográficamente alejados del mar.

El cuño: Debido a los problemas que surgían a través del intercambio dinero mercancía (tales como el de transportarlos, pesarlos e identificarlos adecuadamente) para obviar esta problemática algunos comerciantes comenzaron a acuñar algunas piezas de metal; los cuales eran simples sellos que garantizaban la pureza y el peso del lingote.

Una vez introducido el cuño se elimino la necesidad de pesar el metal, pero las monedas acuñadas estaban referidas al peso que contenían de los mismos. Con la acuñación monetaria se facilita también la aplicación del concepto del valor nominal. Ya no era necesario intercambiar unos bienes por otros, ni pesar los metales que se iban a utilizar en una operación cualquiera de intercambio; bastaba asignarle un valor nominal a un articulo determinado.

Dinero-papel: También llamado papel moneda, debido a los inconvenientes de llevar consigo o transportar físicamente los metales preciosos y posteriormente las monedas acuñadas, surgió la costumbre de depositar dichas posesiones en sitios seguros tales como orfebrerías, templos, casas comerciantes o traficantes reconocidos. Quienes recibían el depósito lo hacían con fines de custodia de manera que al requerirlo su dueño se comprometían a devolver físicamente el mismo objeto que originalmente habían recibido. Para garantizar tal devolución, se le entregaba al dueño un recibo o certificado donde constaba la promesa de devolución.

El sistema dinero-papel se basaba en la confianza en que el depositante tenía en el depositario. De esta forma cuando el dueño del depósito debía realizar alguna adquisición, le bastaba con presentarse al depositario para que este le devolviera su oro o su plata. A medida que se fue generalizando el uso de estas operaciones se llego, en medio de un proceso de evolución natural, a comprender que se podía retirar y transportar físicamente el metal. Al comprador de algún objeto le bastaba con transferir el recibo del depositario. Para que el sistema funcionara, el vendedor tenía que tener plena confianza de que el depositario le pagara aquella cantidad de oro cuando se la pidiese. Este tipo de operaciones ya eran frecuentes en Babilonia, Grecia y Roma puesto que ya los comerciantes habían llegado a aceptar que aquellos recibos o promesas de pago eran tan buenos como el oro, ya que eran convertibles en dicho metal con solo presentar el recibo al depositario.

A medida que el comercio internacional comienza a intensificarse, surge la necesidad de que los certificados emitidos en un lugar fueran aceptados en otro. De esta manera los bancos de Hamburgo, Venecia, Suecia e Inglaterra, entre otros, comprendieron que resultaba indispensable buscar algún mecanismo que les permitiera agilizar las operaciones comerciales, las cuales se veían entorpecidas por la necesidad de recurrir la moneda de distintos países, con características y pesos diferentes y regidos por leyes diversas. De esta forma comenzaron a emitir certificados de depósito que eran transmitidos mediante un endoso.

El uso de los billetes se fue generalizando y perfeccionando con el paso del tiempo. Ya en el siglo XIX el papel moneda era emitido generalmente por los bancos comerciales, quedando respaldado por las reservas de cada uno de ellos. En Gran Bretaña surgió otra modalidad la cual era emitir billetes que estaban respaldados por las reservas de oro del país.

De acuerdo con el respaldo que le corresponda, el papel moneda en la actualidad puede clasificarse bajo diversas modalidades. Ellas son:

Representativo: Son los billetes respaldados en un 100% de su valor en oro o plata, metales por los cuales podían ser convertibles en cualquier momento. Se trata de un simple certificado que sustituye a su equivalente metálico.

Fiduciario: Cuando se trata de emisiones monetarias en forma de billetes realizadas por algún estado. Conllevan una promesa de pago en cualquier otro tipo de moneda legalmente emitida por la tesorería del país.

Fiat: Este tipo de billetes no tiene respaldo metálico ni conlleva el compromiso del estado que los emite de convertirlos en alguna otra forma de moneda nacional. La ausencia de un respaldo metálico y la no convertibilidad de la moneda, son los dos elementos fundamentales de un sistema monetario fíat.

En la actualidad constituye una práctica universalmente aceptada que las emisiones de billetes estén en manos de los bancos centrales, de esta forma los particulares no pueden crearlos.

Dinero bancario: Dentro de estas categorías pueden incluirse modalidades como las de las cuentas corrientes, que no son otra cosa que una forma de pago recurriendo al expediente de girar un cheque contra un deposito existente en un banco para ser pagado por otro banco, sin que en la practica ni el comprador que pago la mercancía con un cheque, ni el vendedor que al recibir el cheque depositó a su vez dicho instrumento en su propia cuenta corriente, hayan tenido que recurrir a la utilización de billetes, monedas, metálico ni ninguna otra forma de pago tradicional.

Dentro de la misma categoría de dinero bancario también entran por ejemplo los cheques de viajeros, tarjetas de crédito, tarjetas de debito, entre otros.

En realidad la única limitación que tienen los bancos en su capacidad de crear dinero es la obligación de mantener unas reservas que alcancen por lo menos a un porcentaje de sus depósitos. Estas reservas, que se conocen con el nombre de encaje legal (e), oscila por lo general oscila alrededor de un 10 a un 20% de los depósitos. En Venezuela era tradicionalmente de un 15%, con lo cual, por cada bolívar recibido en depósito, los bancos podían crear aproximadamente siete bolívares de dinero bancario.

Conviene detenernos en este punto para comprender mejor el mecanismo a través del cual los bancos siguen en la práctica creando dinero. Por ejemplo: Supongamos que un banco recibe un depósito por la cantidad de 1000 bs. Si en encaje legal fue de un 20% esta obligado a retener la cantidad de 200bs. Ahora bien, los restantes 800bs los puede prestar a un tercero que a su vez los depositara en una cuenta en el banco. De este nuevo monto de 800bs el banco debe retener por concepto de encaje legal un 20%, es decir,

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