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El Glosario


Enviado por   •  28 de Enero de 2013  •  Informes  •  1.471 Palabras (6 Páginas)  •  405 Visitas

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Un capitán del ejército, viajaba solitario por un desolado camino que lo ha de conducir al lejano pueblo al que ha sido enviado, mientras cabalgaba el atardecer lo alcanza y muestra el hermoso paisaje con los bellos colores de la naturaleza, así mismo ve a los animales beber en arroyos que bajaban de las colinas.

II

Esa era la tarde del 25 de diciembre, y los recuerdos de la infancia no se hicieron esperar, de inmediato regreso en el tiempo a la época en la que aun siendo un niño, acompañado de sus hermanos y de su madre acudían a la pequeña iglesia de su pueblo, donde cantaban alegres villancicos y recordaban a aquel niño que había nacido hace ya mucho tiempo en un humilde pesebre.

III

Después de los recuerdos de la niñez, vinieron los de su juventud en la ciudad, una época en la que había estado rodeado de extraños y amigos y además donde había tenido sus primeros amoríos, aquí acudió a las posadas y anduvo por las plazas llenas de gente y rodeadas de puestos que ofrecían golosinas a la muchedumbre, esto le causaba nostalgia, ya que recordaba, también en ese entonces, a su familia y a su pueblo tan humilde y sencillo.

IV

Regreso a la realidad, y entonces vio a su criado, que se había adelantado, regresar a todo galope, este le dijo aun fatigado que mas adelante del camino se encontraban el cura del pueblo al que se dirigían y su ayudante, recordó entonces que le habían dicho que el pueblo era muy pobre, pero sus habitantes eran muy amables con los viajeros, apresuraron el paso y los encontraron en poco tiempo.

El sacerdote al ver al capitán llegar, se quito el sombrero respetuosamente y lo saludó cordialmente, enseguida se presento y los invito las celebraciones que se llevarían a cabo esa noche en el pueblo, el capitán acepto sin chistar, durante el trayecto platicaron largamente, y cuando el capitán se sintió con mas confianza, preguntó al religioso porque el siendo español y con una notable educación, se encontraba en ese lugar tan alejado de su país y de la civilización en si, a lo que este respondió que si el capitán quería, le contaría brevemente si historia.

V

Había llegado de España a México a trabajar con un tío adinerado en el comercio, pero este vio que tenía más vocación para las letras y la lectura que para el dinero, así que pregunto que era lo que quería hacer, como este desde pequeño había mostrado interés por ser sacerdote, pidió a su tío que lo ingresara a una escuela de este tipo, el aceptó. Poco después sobresalió de los demás y fue nombrado fraile y residió en varios conventos.

Pero el no quería quedarse encerrado, lo que realmente deseaba, era convertirse en misionero y predicar la palabra de dios por los lugares mas recónditos del planeta, así que mando cartas a sus superiores, pero lamentablemente le respondían negativamente y cuando al fin consiguió el permiso del papa, sufrió una enfermedad que le impedía viajar grandes distancias, los médicos le recomendaron reposar en un lugar con clima frió para que pudiera recuperarse mas rápidamente.

Así llegó al pueblo montañés en el que actualmente residía, el cual antes de su llegada estaba lleno de carencias y limitaciones, que con el tiempo fue ayudado a combatir, orientando a los campesinos para mejorar sus escasas cosechas y su descuidado ganado. El solo recibía a cambio de su ayuda, algunas donaciones de semillas que lo ayudaban a sobrevivir holgadamente, trataba de no ser una carga para el pueblo, ya que el también cosechaba sus alimentos y realizaba las funciones de doctor y maestro, además de que no cobraba por bautizar o casar a las personas.

Al escuchar esto el capitán no pudo contener las lágrimas ya que muy pocas veces se encontraba con una persona de esta categoría tan humilde y estrechando su mano, agradeció haberlo encontrado, el cura dijo que solo cumplía con su deber.

VI

El capitán recordó que solo otros dos personajes lo habían conmovido hasta el llanto y al mismo tiempo lo había hecho sentir tan dichoso, uno era Vicario de Aldea, de un libro de Enrique Zschokke y el otro era el P. Gabriel de Eugenio Sue.

VII

Llegaron por fin al pueblo, que estaba lleno de jardines,

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