El abuelo que saltó por la ventana y se largó
christian4321Resumen4 de Noviembre de 2015
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EL ABUELO QUE SALTO POR LA VENTANA Y SE LARGÓ
16
Allan Karlsson después de tantas aventuras memorables e increíblemente ciertas terminó de nuevo en su natal Suecia, sentado en una banca del parque;
Good Afternoon le dijo alguien al oido, invadiendo su taciturno día.
Aquel saludo inusual donde el idioma concluía que aquel misterioso hombre no era ni sueco, y según la política contemporánea el hecho en deducirlo como norteamericano no era una buena referencia en aquella época, prefirió mantener una conversación poco trascendental y concreta.
El misterioso hombre le reveló que su jefe lo necesitaba y sin detalle alguno, Allan en un tono irónico proseguía escuchando; ante la insistencia del interlocutor terminó aceptando.
La vida de Allan nunca había sido planificada así que ni siquiera se molesto en ir a recoger sus pertenencias en el hotel donde se hospedaba.
Después de viajes en limusina de ciudad en ciudad, algunos kilómetros a pie, incluso un viaje en submarino y por supuesto conversaciones amenas junto a revelaciones políticas, terminaron justo con el gran líder de URSS en una cena muy interesante.Pero en el viaje Yuli Borísovich, así se llamaba el hombre misterioso, le contó sobre las labores requeridas;
le contaba sobre el Mariscal Beria, el líder máximo Stalin, y la guerra.
He ahí donde entraba Allan, después de colaborar con Alemania, EEUU y China, ahora sus conocimientos como físico nuclear empírico eran necesarios en el eje de ataque de la URSS
El mariscal Beria anteriormente había intentado secuestrar al mismísimo Albert Einstein; vaya metedura de pata cuando después de cruzar el Atlántico y recorrer miles de kilómetros descubrieron que no habían secuestrado a Albert sino a su medio hermano Hebert Einstein,viva copia de Albert, en el físico por supuesto, ya que su inteligencia era comparada con la de una zanahoria.
Una historia dramática de telenovela surgía mientras el pobre Hebert Einstein intentaba explicar lo sucedido con su medio hermano, al final terminaron encarcelándolo con un juicio que muy probablemente lo llevaría a la muerte
La gran bomba atómica era la razón porque Allan estaba junto Stalin en aquella cena; en la cual hablaban de muchísimas cosas, disfrutaban una velada llena de chistes, de licor de vodka y sobretodo de risas, canciones y carcajadas por doquier.
Tan diversa era aquella cena que pasaron hablando desde licores hasta de teatro, de ópera; Allan de ver que el anfitrión de aquella velada expresaba tantos rasgos de cultura; llego recordar aquel poema que lo habían obligado a memorizar cuando era niño y asistía a la escuela primaria,
Todos se quedaron atónitos después de terminara Allan de recitar el poema; el intérprete que casi se desmaya; Yuli Borísovich entristeció al instante y el mismo Stalin estaba furioso después de su inoportuna intervención.
¿Qué ocurrió entonces?
Tantos eran los complejos y los prejuicios de la revoluciones que surgían en Europa, en América y absolutamente todo el mundo; Stalin además de ser un líder muy reconocido era un hombre muy culto, Y además era poeta; conocía muchísimos autores; Y para infortunio de Allan también conocía al autor del poema que el recitó.
Era un hombre no muy loable y de poca gracia para Stalin, debido a las contradicciones políticas y sociales que este autor tenía hacia la URSS Y el socialismo.
El líder Stalin se enfureció y comenzó a hablar y gritar sobre todo; comenzó un interrogatorio tenaz y aquel escenario de comida de festejo de dádivas y alegría; dio una vuelta increíble hacia la furia , la tristeza y más revelaciones.
Allan termino revelando sobre sus historias con los gobiernos norteamericanos; de Asia y Alemania, enemigos acérrimos de la URSS, lo decía con un tono tan normal y natural, Como si no le importara que estaba hablando del agua frente al aceite.
Stalin siempre ha tenido un carácter increíblemente orgulloso.
Se negó a recibir la ayuda de Allan para la construcción de la bomba atómica; y lo envío a una celda.
El día de sU juzgamiento fue sentenciado a uno de los campos de de trabajo de la URSS; sorprendentemente era el mejor de los campos ya que el clima era un poco más cálido.
Fueron trasladados decenas de presos y absolutamente nadie sabía ninguno de los idiomas que Allan conocía. Pero un hombre que si bien no sabía español; sabía algo de italiano y pudieron comunicarse.
Alan dedujo que aquel hombre con el cual estuvo hablando se llamaba Hebert Einstein.
Llegaron al campo de trabajo y Hebert Einstein le comentaba siempre sobre su desafortunada vida y se quejaba absolutamente todos los días.
Ambos trabajaban juntos; y los guardias nunca se dieron cuenta que el desafortunado hombre nunca lo hacía; pues Allan trabajaba muy duro y aquel trabajo parecía el de dos personas a la vez, prometió no decir nada si Hebert prometía no volver a comentar sobre los infortunios de su vida.
Así pasaron los días en los campos, a Allan no importaba absolutamente nada lo único que necesitaba era un sitio para dormir, comida y de vez en cuando una copita de vodka.
El trabajo existía; también tenia un sitio para dormir y la comida nunca faltaba.
Pero la copita de vodka era imposible
Aquel día después de muchísimo tiempo Alan le dijo su amigo
—Quiero tomarme un trago y aquí no hay manera, así que es hora de espabilar.
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Benny, la Bella Dama, Bose,Allan y Gäddan continuaban escondidos
Allan estaba en una silla mecedora junto al herido que se sentía igual al centenario; los demás fueron al pueblo en busca de provisiones y se llevaron una sorpresa cuando notaron que la ciudad estaba empapelada con titulares sobre la desaparición de Alan, la vinculación Benny y la Bella Dama; a Gäddan lo daban por muerto; y Bose era el único del que no se hablaba
Volvieron a casa, convocaron a una reunión en la cual explicaron lo sucedido y propusieron solucionar el tema
Quedaron en que el único que podría salir era Bose, que esconderían el camión amarillo y el asunto del dinero lo dejaran para otro día
18
Pasaron los años y la vez la historia mundial continuaba forjándose en día a día a través de las decisiones de unos cuantos enternados en despachos de las naciones atacantes.
Aquellas noticias le llegaron a los barracones, a través de los nuevos prisioneros que ingresaban a los campos de trabajo.
Habían transcurrido mas de 5 años y Allan ya estaba cansado.Ideaba un plan para escapar, no sabía si solo o acompañado; de quién ¿de Hebert? pues si, él era la persona ideal. se había ganado la fama de despistado y de poco cerebro entre los guardias del campo. Usualmente se perdía entre los barracones y en la fila para comer; así que podría ir al almacén donde guardaban los uniformes de guardias y volver sin que nadie sospechara nadie de él.Tan raro este singular personaje que cuando uno de sus compañeros era acribillado, sentía tristeza, pero tristeza porque se murió su compañero y no él que tanto deseaba la muerte
Hebert aceptó, en vista del largo viaje y de las pocas posibilidades de sobrevivir.
Al día siguiente Allan le dio indicaciones a Hebert de “perderse” en la cola de la comida e ir a parar en el almacén. vaya sorpresa esperada, por primera vez hace mucho tiempo terminó en la cola de la comida y no perdido, bueno esto es relativo; Allan volvió a darle indicaciones y Hebert terminó en el lavadero.Afortunadamente ahí se encontraban varios uniformes recién planchados.
Hebert tomo dos.
Continuando con el plan, Hebert consiguió unas vengalas para que Allan las incendiara junto a los contenedores que llegaban periódicamente
Así sucedió, Allan incendió el contenedor con miles de mantas y el fuego se propagó hacia los demás que para por desgracia o fortuna tenían granadas y bombas detonantes, que lanzaron los contenedores por los aires.
Ambos huyeron junto a varios presos, pero cada cual por su rumbo, Allan y Hebert partieron con un rumbo claro a Corea del Sur, caminaron mucho y varios kilómetros luego vieron un coche pasar, que a pocos metros con vista a la Bahía se detuvo.
Era un Mariscal de la URSS y su ayudante de campo, Allan y Hebert les quitaron muy amablemente sus ropas y el coche.
El nuevo Mariscal Hebert Einstein y su ayudante de campo Allan Karlsson se dirigían prontamente a su destino.
“”El Mariscal” y su “ayudante” burlaron todas las seguridades y los puestos oficiales de seguridad, hasta llegar a Corea del Norte, pero era imposible que les dejaran pasar así como así a a corea del sur; entonces se les ocurrió que deberían pedirle ayuda al Presidente Kim Il Sung, el el Mariscal se lo pediría . Continuaban su viaje y ambos se enfrentaban a un puesto de seguridad en el cual les harían un cuestionario de horror; Hebert estaba entrenado para nombrar su rango y solicitar le dejasen ver al líder de aquella nación.
...