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El destino como fuerza antagónica para el amor de Romeo y Julieta


Enviado por   •  1 de Febrero de 2020  •  Ensayos  •  1.660 Palabras (7 Páginas)  •  1.307 Visitas

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           Universidad Técnica De Manabí     

          Centro de Promoción y Apoyo al Ingreso

Carrera:

  Trabajo Social

   Título del Ensayo:

El destino como fuerza antagónica para el amor  de Romeo y Julieta.

Docente:

Lcda. María Liliana Álava García

Periódo Académico:

Nivelación De Carrera-2018 s2

Autor:

Rodríguez Macías Gilda Lisbeth

Paralelo:

4M19

 “Si algo está destinado a suceder, no tendrás que perseguirlo, ese algo te perseguirá a ti” (Frases del destino, s.f.)

Cuando se ama a alguien se llega a sentir mucho más que eso, se busca comprensión, respeto y disposición para darlo todo por el bienestar del ser amado, esto y más es la bella pero lamentable historia de amor de Romeo y Julieta, con la que el trágico inglés William Shakespeare inmortaliza a los amantes de Verona a través de los lineamientos de tiempo y espacio, pues es casi imposible que alguien no tenga conocimiento de este relato, dado que se ha convertido en un símbolo de inspiración desde su creación en 1594-1595 hasta la actualidad para diversas disciplinas del arte como la ópera, el cine, la música, la pintura e incluso la danza. Esta magnífica tragedia está presidida por la muerte de sus personajes principales, así dichas muertes vienen dadas por la acción de una fuerza que a pesar de no ser visible es la responsable de esta fatalidad que impide entre los jóvenes un “vivieron felices para siempre”. Pues desde las primeras palabras de la obra se advierte este suceso lamentable que involucra a Romeo y Julieta, cuyo fin muy a pesar de esquivarlo tarde o temprano termina por alcanzarlos porque en el destino de ambos estaba escrito ser un alma partida a la mitad.

Meditar sobre el destino de Romeo y Julieta es pensar en él como una “fuerza voluble que a veces nos favorece y a veces actúa en nuestra contra, siempre sin motivo aparente y sin que nadie pueda escapar a sus designios” (Shakespeare, 2003), tal y como se muestra en la obra mediante una serie de acciones y decisiones por parte de los personajes que traen consigo consecuencias contrarias a las esperadas, orillando a todo el que se deja llevar por la historia a preguntarse ¿por qué sucedió así? ¿acaso estaba predestinado? Es sumamente impresionante la manera auténtica de Shakespeare para anticipar la tragedia de Romeo y Julieta a través de premoniciones, dado que, principalmente en los diálogos de sus protagonistas se advierten ciertas anticipaciones del destino que les espera, mostrándose como barreras que impiden su felicidad por completo. Así por ejemplo, en la escena IV, del acto I, Romeo se pronuncia diciendo:

…Mi alma presiente que algún suceso, pendiente aún del sino, va a inaugurar cruelmente esta fiesta nocturna su curso terrible y a concluir, por el golpe traidor de una muerte prematura, el plazo de esta vida odiosa que se encierra en mi pecho. El que gobierna, empero, mi destino, que arrumbe mi bajel… (Shakespeare, 2003).

Aflorando en el joven hidalgo temor por lo que pueda llegar a pasar en la fiesta que oficiaban sus enemigos, porque Romeo es llevado por la anhelación de conseguir el amor de Rosalinda, pues claramente se percibe que su vida cuelga en un hilo al no poseer el amor de esta muchacha y que su destino es ser infeliz, sin embargo, al evaluar la escena V, que es la del baile de máscaras, esta percepción puede cambiar, es decir, la mirada enternecedora e inocente de una joven entre la multitud ha deslumbrado ante Romeo, haciendo olvidar por completo el reflejo de lo que él creía amor por Rosalinda y asegurando que nunca hasta ese momento ha sabido lo que es el amor verdadero. Entonces, el presentimiento al que Romeo hace referencia se puede interpretar como la mágica forma en que la belleza de Julieta logra atraparlo en el mundo del amor y este suceso de la manera en que lo expresa el joven es lo que arrastrará a la muerte prematura de los enamorados, pues es lo que tiene preparado el destino para poner  fin al apasionante amor de Romeo y Julieta. De manera que, al fusionar ambos pensamiento se puede llegar a la conclusión que Rosalinda es el medio del cual se vale el destino para cumplir con sus designios, porque es evidente que si el muchacho no se hubiera ilusionado con esta señorita, no hubiera asistido al baile y no hubiera conocido a la que si iba a ser su verdadero amor más allá de la muerte, Julieta, en otras palabras todo estaba compaginado para que las acciones transcurriesen de este modo, incluso es el destino es el que se interpone justo cuando los protagonistas creen que podrán gozar plenamente de su amor.

Una vez comprendido esto, en el acto tercero es donde más tensiones se vive en la obra, en primera instancia la decisión precipitada de casarse por Romeo y Julieta en el acto II, podría hacernos pensar que con ello ya no había paso atrás y al fin podrán gozar de su amor, sin embargo en el acto III, un conjunto de disensiones serán el arma que use el destino para impedir la continuidad de dicho amor, de ahí que, en la escena I de este acto, a pesar de los intentos fallidos de Romeo por discernir las diferencias que constantemente se presentaban entre Mercurio y Teobaldo, este terminará asesinando al fiel amigo del joven Montesco, por lo que Romeo al enterarse pronunciase: “El negro destino de este día a muchos más se extenderá, este solo inaugura el dolor, otros lo darán fin” (Shakespeare, 2003) asumiéndose con ello que, una gran tormenta se avecina y que la muerte de Mercurio solo son las primeras gotas de lo que sucederá posteriormente, ya que, el muchacho es conducido por la rabia y el dolor de haber perdido a quien consideraba como su hermano, para cobrar venganza contra el primo de su amada dándole el mismo fin que su mejor amigo, lamentablemente con esta apresurada resolución lo único que ha conseguido es su destierro inmediato de la ciudad, que los obliga a separarse y una vez más se refleja como una obstrucción para su propósito de amor. Sin embargo, horas antes de la partida de Romeo a Mantua los ahora esposos se animan a consumar su matrimonio como símbolo de su apasionante historia y al alba en la despedida Julieta expresa un aspecto muy claro: “…Tengo en el alma un fatal presentimiento, ahora que abajo estás, me parece que te veo como un muerto en el fondo de una tumba…” (Shakespeare, 2003), que de un plano superficial se entendería que Romeo se encuentra lleno de temor y de incertidumbre por lo que se aproxima, pero en realidad esta manifestación va más allá, porque Julieta sospecha la cercanía de la muerte de su amado, pues Shakespeare nunca pierde la dirección para enfatizar la contraposición del destino para con la realización del amor duradero de Romeo y su Julieta, porque de esta manera, hace un avance de lo que ocurrirá, pues con la partida del hidalgo a Mantua ambos sufrirán por su lejanía y, sabiendo que no pueden vivir el uno sin el otro idearán la forma para volver a estar juntos, lo que nos sitúa entre los actos IV al V, cuando debido a la separación de los amantes y al haber sido Julieta prometida a París por su padre ha decidido pedir ayuda a Fray Lorenzo, de modo que al fingir su muerte Romeo no logra enterarse del plan por intersección de las hazañas del destino, por el contrario la noticia que ha llegado hasta él es la de la muerte de su amada y con ello se desencadena su trágico final, pues Romeo no podía existir sin Julieta ni Julieta sin Romeo, porque a través de toda la trama el destino se empeñó indirectamente en ser el rival de amores de esta enganchadora historia.

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