El proceso de la escritura

                         EL PROCESO DE LA ESCRITURA 
        Hoy en día, el lenguaje de la escritura es considerado algo primordial para el ser humano, el uso o la aplicación de este, es enseñado desde la infancia en las escuelas primarias y secundarias, para que sea una herramienta a la que puedan acudir, para  expresarse, anotar ideas, tomar apuntes, etc.
 Para poder adentrarnos a este tema, vamos a remontarnos a cómo era la escritura en sus inicios. ¿Era tal cual la conocemos hoy? ¿de qué manera se proyectaba?.
 Para empezar, la escritura, no era de la manera en que actualmente la conocemos, sino que eran grafías, que consistían en la representación de un enunciado, de palabras que alguien decía o quería decir. “La primera grafía (...) que conocemos apareció por primera vez entre los sumerios de Mesopotamia, apenas alrededor del 3500 a.c.” (Diringer, 1953; Gelb, 1963, citado en Ong, 1987:3).
 Algunos pensadores renombrados estaban en contra de esta nueva manera de expresarse y no la consideraban importante. Uno de ellos era Platón, quien cuestionaba diciendo que la escritura destruía la memoria, debilitaba el pensamiento, y que no era capaz de defenderse, ni de cambiar una vez que había sido plasmada. Pero algo paradójico de su manifestación es que había sido presentado por escrito. Otro, quien también argumentaba en contra, era Hieronimo Squarciafico. Este, decía que “la abundancia de libros hace menos estudiosos a los hombres” (citado en Lowry, 1979, pp. 29-31 citado en Ong, 1987:1).
 Por el contrario, investigadores como Clanchy califican a la escritura como una tecnología, al igual que las computadoras y la imprenta, ya que para su funcionamiento necesita de ciertos elementos, los cuales permiten su utilización de manera adecuada (como ser pinceles, lapiceras, papeles, etc.). “En cierto modo, de las tres tecnologías, la escritura es la más radical. Inició lo que la imprenta y las computadoras sólo continúan…” (Citado en Ong, 1987:2 ).
        En la actualidad, con respecto al lenguaje de la escritura, muchos se han especializado en esto, de tal modo que lograron convertirse en grandes escritores reconocidos. Estos expusieron sus investigaciones, historias, teorías, cuentos y novelas, pero, aunque parezca algo sencillo, se hicieron de ciertas técnicas, estrategias, herramientas y métodos para lograr llevarlas a cabo, ya que todas estas reúnen distintas cualidades que los diferencia en el tipo de escritura.
 Diversos escritores han poseído una idea de lo que querían hacer, y para poder plasmarla de manera escrita, debieron acudir a lo que se denomina como “proceso cognitivo” este consiste en tres procedimientos específicos: en primer lugar, la planificación, cómo lo desarrollarían y de qué manera, teniendo en cuenta el público o lector hacia el que se quieran dirigir, pero también, cuál es el contenido a exponer. Luego de todo esto, como segundo tema, la redacción, se debe ser cuidadoso con la ortografía, que el léxico sea adecuado y coherente, y con respecto al texto, este debe reunir las características que determinen su estilo. Como tercera y última temática, la revisión, un análisis, volviendo sobre lo que ya había sido escrito, para identificar si eso que se está forjando era lo que en realidad querían dar a entender (Educere, 2003, pp. 364).
 Más allá, de que algunos escritores usan este modelo como guía para el desarrollo de sus manifiestos, existen “diferencias cognitivas (…) entre los escritores expertos y aquellos que demuestran una competencia inferior, denominados novatos” (citado en Educere, 2003 pp. 365). Los escritores adiestrados o especializados realizan una planificación global de escritura, buscan transformar su conocimiento, saber decir lo que se conoce, en una oratoria extensa y productiva. Sin embargo, los escritores considerados novatos, realizan un “vaciado de la información de la mente (…) hacia el texto” (Educere, 2003, pp. 365)  todo lo que conocen lo expresan de manera rápida sin profundizar, sin una planificación previa, también de una manera incoherente y corta, evitando la utilización de términos específicos con respecto al contenido que su texto tendrá.
 Algo más que los escritores maduro o expertos tienen en cuenta es la importancia de la legibilidad, esto es “el grado de facilidad con que se puede leer, comprender y memorizar un texto escrito” (citado en La cocina de la escritura, 1996, pp. 20), a pesar de la utilización de términos específicos, que resultan difíciles de comprender, buscan la manera de que sus ideas estén organizadas y poder redactarlas de manera clara para que quien sea el lector pueda interpretar e introducirse en ese texto.


BIBLIOGRAFIA
Ong. W. (1987) Oralidad y escritura. FCE.
Educere. (2003) El enfoque cognitivo de la escritura y sus consecuencias metodológicas en la escuela. Reina Caldera.
Cassany, D. (1996) La cocina de la escritura. Barcelona: Anagrama.  

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