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Ensayo De Español


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2013  •  1.861 Palabras (8 Páginas)  •  217 Visitas

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Antonio Caso nació en 1883 y murió en 1946 en la Ciudad de México. Reconocido filósofo y escritor, su aportación al desarrollo intelectual de México tuvo una decisiva influencia en la filosofía del país y elevó el espíritu académico de la educación mexicana. Recibió el título de Licenciado en Derecho de la Escuela Nacional de Jurisprudencia pero toda su vida se dedicó a impartir cátedras de filosofía, sociología y literatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue director de la Escuela Nacional Preparatoria en 1909, secretario de la Universidad Nacional en 1910, rector de 1920 a 1923, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y fundador del Colegio Nacional en 1943.Las universidades de La Habana, Lima, Guatemala, Buenos Aires y Río de Janeiro le otorgaron el título Doctor Honoris Causa. Promovió las innovadoras tendencias filosóficas contemporáneas, en especial las obras de Henri Bergson y Edmund Husserl en un esfuerzo por alejarse del discurso sistemático y apoyando una tendencia hacia el valor de la intuición. Sus ideas revolucionarias estaban encaminadas a converger la moral, el arte, la ciencia y la cultura como meta del conocimiento filosófico. Entre sus vastas obras, algunas de las más reconocidas son Discursos a la Nación Mexicana (1922), Doctrinas e Ideas (1924), El Problema de México y la Ideología Nacional (1924). Principios de Estética (1925), Historia y Antología del Pensamiento Filosófico (1926), La Filosofía de Husserl (1934), y El Peligro del Hombre (1942).Tuvo una notable influencia en el pensamiento mexicano, fundando en 1906 el Ateneo de la Juventud, junto con José Vasconcelos y Alfonso Reyes, la trinchera desde donde los grandes pensadores de su época lucharon en contra del positivismo imperante y apoyaron el levantamiento revolucionario de 1910. Su filosofía estuvo guiada por un espiritualismo metafísico de raíz cristiana, sintetizado en su obra cumbre: La existencia como economía, como desinterés y como caridad (1946). En esta obra aboca por su máxima, resumida en: “haz al prójimo más de lo que desearías que el prójimo hiciera por ti”. Antonio Caso pugnó por comprender al individuo como un ser indivisible que debe sacrificarse para lograr el desarrollo integral, aspirando siempre al bien común. Sostenía que la superioridad de los humanos evidentemente no reside en su naturaleza biológica, sino en su capacidad intelectual y moral. Partió de la definición del hombre como un ser de múltiples facetas que se van formando a lo largo de su existencia. Caso concebía la faceta espiritual por encima de la psíquica, reconociendo al hombre como un ser creador de valores. Sostenía que la voluntad es requisito para desear instruirse continuamente, en una formación integral que trasciende a la mera instrucción intelectual, porque esta última, por sí sola, convierte a los individuos en seres egoístas y herméticos. En la base principal de su filosofía está la libertad, sin la cual no puede haber educación ni cultura. Este amor a la libertad lo llevó a actuar a favor de los derechos humanos de todas las etnias marginadas de América Latina, luchando por la formación humanista de los pueblos indígenas y procurando la unidad social. De manera natural, en defensa de sus ideales de libertad de conciencia, condenó al totalitarismo y a la exaltación del Estado, por subordinar y menospreciar la voluntad de las comunidades.

Justo Sierra Méndez nació en Campeche en 1848, fue hijo del escritor y novelista Justo Sierra O'Reilly. Estudió en Mérida y fue en la ciudad de México donde se graduó como abogado. Fue alumno de Ignacio Manuel Altamirano, con quien emprendió el camino hacia la vida literaria. Fue también maestro en la Escuela Nacional Preparatoria, subsecretario de Instrucción Pública y Magistrado de la Suprema Corte de Justicia. Tuvo una gran participación en el fomento, expansión y desarrollo de la cultura en México a través de publicaciones como la Revista Nacional de Ciencias y Letras y la dirección de la Antología del Centenario, en 1910, y, sobre todo, en la creación de la Universidad Nacional, también en 1910. Murió en Madrid en 1912.Sierra fue un personaje avanzado para su tiempo, y es importante resaltar cómo supo integrar a su pensamiento valores que antes de él parecían inconexos; el nacionalismo, el universalismo, el laicismo, el igualitarismo, la democracia, la libertad y varios más, en un país que sufría una gran crisis social producto de los conflictos armados. Con respecto a materia educativa, puede decirse que Justo Sierra estaba al tanto de la trayectoria de la Universidad en México, desde sus inicios como la Real y Pontificia Universidad de México, de 1551; por tal razón consideraba que la postura del liberalismo de su tiempo obstaculizaba el desarrollo de una institución que pudiera responder a las expectativas de enseñanza que el país requería. En 1881 Justo Sierra ideó su proyecto de Universidad Nacional, sin embargo, éste no estaba lo suficientemente maduro como para llevarse a cabo, es por eso que después de casi treinta años, en 1910, el proyecto, por obvias razones, ya había sufrido demasiados cambios; por esto es factible hablar de dos proyectos diferentes. La ideología de Justo Sierra puede considerarse como un cúmulo de conocimiento en un reajuste constante, ya que los conceptos de que se compone a veces parecen contradecirse; sin embargo, es la síntesis de dichos conceptos y su evolución lo que conforma el rasgo particular de su pensamiento enfocado a la educación. El progreso fue quizás el punto medular de su pensamiento, tanto material como cultural; es decir, México debía concentrarse en los medios que le permitieran alcanzar los logros sociales que otras naciones más avanzadas ya habían obtenido. Para Justo Sierra era de gran importancia

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