Ensayo producciòn de textos

Implicaciones de la evaluación

Johnathan Alexander Daza Zapata

Ensayo presentado a la Docente Magda Bogotá

Universidad Externado de Colombia

Facultad de Educación

Maestria en Educación

2015

IMPLICACIONES DE LA EVALUACIÓN

        Desde la práctica pedagógica, el aula y las distintas dinámicas escolares, la evaluación aparece en el escenario como una manera de brindar herramientas (al evaluado y al evaluador) que puedan afectar de manera positiva los procesos de enseñanza-aprendizaje no solo en el aula, si no también, a nivel curricular, metodológico, administrativo e institucional. Es por esto que, es relevante reflexionar en torno a la práctica misma de la evaluación, ya que involucra no solo el quehacer pedagógico sino las posibilidades de mejoramiento o retraso ligadas a esta.

Al momento de pensar  la evaluación, es necesario abordar su proceso histórico. El concepto de evaluación, sus enfoques y sus alcances, se han visto afectados por una cantidad significativa de corrientes y pensamientos ideológicos que van desde el positivismo y la medición de objetivos y resultados, hasta el enfoque constructivista; en donde la evaluación es tomada como una herramienta para la construcción que atañe procesos de enseñanza y aprendizaje. (Pavia & Soto, 2006). Todo este proceso de cambio de perspectiva, ha permitido que se considere el tipo de evaluación que  se quiere y como esta responde o no a las necesidades propias del entorno educativo y de los participantes del quehacer pedagógico.

López (2013) en su texto nos aclara que la evaluación para el aprendizaje hace referencia a cualquier evaluación que lo promueva dentro del aula, sin embargo se dificulta el proceso por lo que “las evaluaciones por lo general tienen una connotación negativa, ya que están asociadas con ansiedad, estrés, presión o fracaso”  (Lopez, 2013, p. 11) lo que genera en las personas temores ante las situaciones de evaluación. Saavedra (2001) citado por Avendaño y Parada (2012, p. 340) argumenta que, la evaluación va más allá del rendimiento y los resultados cuantificables adquiridos durante un periodo de tiempo determinado. Lo anterior, da cuenta de los desafortunados procesos de evaluación que tienen lugar dentro del aula de clase que en su mayoría, no pretenden que el aprendizaje se tome como un proceso sino como un fin.

Por otro lado, Verdejo Encinas y Trigos (2011) establecen: “Los alcances de la evaluación facilitan, tanto al evaluador como al alumno, tomar decisiones para emprender acciones de formación, mejoramiento y reformulación de estrategias de solución e intervención” (p.23). Se podría entonces reconocer que la evaluación, a pesar de verse afectada en la práctica por situaciones de orden metodológico,  tiene como finalidad el permitir tanto a docentes como a estudiantes la reflexión en torno a las debilidades y fortalezas de los procesos desarrollados a partir de las relaciones de enseñanza-aprendizaje propias del contexto educativo.

Adicionalmente, hay que tener en cuenta que, la evaluación y la enseñanza son dos procesos integrados, ya que a través de la evaluación se logra observar los alcances de los objetivos planteados en el proceso de enseñanza aprendizaje, debido a ello la importancia de articular estos dos procesos y no dejar la evaluación solamente para el final, ya que se estaría hablando de una evaluación sumativa más no formativa o para el aprendizaje.

En la evaluación formativa se hace fundamental realizar la retroalimentación continuamente a los estudiantes para que así cada uno conozca sus avances o limitaciones, tome acciones correctivas sobre su desempeño orientadas hacía el mejoramiento, situación que ayudará al proceso de aprendizaje y puede llegar a generar motivación en los estudiantes frente a los avances logrados. “de esta manera, una evaluación solo resulta formativa cuando le dice tanto al profesor como al estudiante dónde se encuentran los estudiantes, hacia dónde van y qué necesitan para llegar a esa meta”  (Lopez, 2013 p. 26). Sin embargo, se evidencian en el diario vivir de las aulas algunas situaciones que dificultan el desarrollo de buenas prácticas de evaluación y con las cuales día a día se lucha en las escuelas, tales como número de estudiantes, contextos, motivación, recursos, políticas institucionales, entre otros.

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