Fracaso escolar
sergiochavezz051 de Julio de 2015
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1- Introducción
“Fracaso escolar” es un término que usamos muy a la ligera en el ámbito educativo actual. Con él nos podemos referir a diversas situaciones, no obstante, todas ellas implican una resignación y un abandono por parte de alguna o todas las partes implicadas (escuela, alumnos, padres...).
Por lo tanto, éste es un término, cuanto menos, discutible. Para empezar porque estamos dando al alumno la falsa imagen de que ya ha perdido la oportunidad de intentar conseguir el éxito académico requerido o deseado y, consecuentemente, provoca un abandono del interés o el esfuerzo del educando en toda práctica educativa. Podemos decir que el fracaso escolar solo engendra más fracaso escolar.
Por otro lado, con este veredicto, estamos dando al alumno una imagen distorsionada y negativa del mundo que puede provocarle problemas de autoestima y de inseguridad que conllevarán ciertas trabas para poder progresar en un futuro tanto laboral como personalmente. Una persona a la que se considera fracasada se verá incapaz de asumir ciertas responsabilidades y retos que, en otras circunstancias, hubiese sido total y plenamente capaz de realizar.
Además, generalmente se culpabiliza esencialmente al alumno cuando el problema no yace solamente en un solo foco sino que existen otras partes implicadas que, en mayor o menor medida, son, también, responsables del resultado. Así, debemos pensar, que no solamente el alumno es el afectado y el centro de lo que llamamos “fracaso” sino que la escuela, la familia, el ambiente social, las relaciones sociales, la situación económica o cualquier factor que pueda afectar al proceso de enseñanza-aprendizaje influye en el resultado académico del discente.
Hasta ahora nos hemos fijado en la idea de “fracaso escolar” con el alumnado como centro de la cuestión. Pero el fracaso escolar no solamente se refiere al individuo que aprende sino al entorno en el que se aprende. Por lo tanto, también la escuela, los padres, el profesorado y la sociedad son (o pueden ser) víctimas del fracaso escolar.
En lo que respecta a la escuela, hablamos de fracaso escolar cuando no alcanza los objetivos fijados o no resulta ser lo que se espera de ella. Factores como las financiaciones, el profesorado, el estado físico de la escuela, la colaboración por parte del alumnado y las familias o incluso los medios para garantizar la educación y las actividades que quieren llevarse a cabo en ella pueden conducir a una situación de fracaso y abandono. Esto conlleva que la escuela termine sufriendo una ausencia grave de interés y de resultados.
La sociedad también es un factor importante que puede desembocar en fracaso. Es conocido por todos que en todas las ciudades hay lo que conocemos como “zonas buenas” y “zonas malas”. A simple vista vivir en un barrio estable, comercial y con unas características socioeconómicas aceptables parece ser un billete directo hacia el éxito escolar, educacional, profesional y social. En estos casos encontramos una mayoría de adolescentes escolarizados, con perspectivas de continuar los estudios, con una educación más amplia y con más posibilidades de prosperar.
En el caso de las “zonas malas” es frecuente encontrar una mayoría de personas sin estudios universitarios, niños sin escolarizar, niveles de vida precarios que hacen que los niños y adolescentes no conciban un cambio de vida de la que han estado viendo hasta ese momento. El interés y el esfuerzo que conocen han acabado en fracaso o en estilos de vida nada atractivos y, por lo tanto, asumen esa situación como el único y factible futuro al que pueden aspirar y, por lo tanto, no encuentran práctico esforzarse para conseguir alguna otra cosa que o creen imposible de alcanzar o simplemente desconocen.
El profesorado no está excluido de esta problemática. La situación actual de los docentes es bastante complicada y afecta de sobremanera alaumento del fracaso escolar. El alumnado presenta varias problemáticas mientras que el docente no puede interferir o no tiene suficientes medios por las lagunas legales y la falta de ayuda y cooperación tanto de la administración como de las familias en muchos casos. Es por todos conocido que el nivel de bajas por estrés de los maestros y profesores ha subido alarmantemente en los últimos años. Este hecho provoca que los maestros y profesores dejen de ver su profesión como algo bonito, artístico y de gran valor y la vean como una simple responsabilidad para cobrar el sueldo que necesitan para vivir. La educación requiere una
implicación importante, un interés y esfuerzo para conseguir no solo la adquisición de conocimientos sino una formación humana y social. Eldocente, para luchar contra el virus del fracaso escolar, debe buscar la manera de formar personas, de inculcar hábitos, de suscitar el interés por saber, por ser y por conocer cada día más acerca de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.
Así, reuniendo todos estos factores de la educación y las características de la situación actual es completamente comprensible que el fracaso escolar sea uno de los problemas más frecuentes de la sociedad.
Hemos pasado la barrera de lo estricto y la disciplina hacia la falta de reglas y de moral (entendiendo moral como las mínimas normas de convivencia que permiten que la sociedad progrese y pueda ofrecer a sus integrantes un mejor nivel de vida). Hemos perdido los valores, el interés, la implicación en lo que somos y creemos.
La escuela es un lugar para aprender a pensar, para aprender a vivir y para adquirir los conocimientos necesarios para alcanzar las metas que nos proponemos. No debe ser un lugar negativo, un lugar estresante donde no demos rienda suelta a la mente sino que la cohibamos con veredictos de fracaso y falta de esfuerzo frente a las dificultades frente a esta situación.
Entonces, ¿qué se es el fracaso escolar? ¿Realmente es algo tan irremediable?
El informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) divide el fracaso escolar en tres dimensiones:
Alumnos con bajo rendimiento, es decir, aquellos que durante la escolarización no han alcanzado el nivel de conocimientos suficientes o esperados.
Alumnos no titulados, es decir, aquellos que terminan su escolarización sin obtener el graduado escolar o que abandonan los estudios antes de conseguirlos.
Las consecuencias sociales de aquellos adultos que no obtuvieron el graduado y se ven afectados en su vida laboral y social.
Las tres dimensiones están muy relacionadas aunque el momento en el que se produce (durante la escolarización, al finalizar los estudios o posteriormente) es diferente y, por lo tanto, sus implicaciones también lo son.
En la actualidad, la sociedad requiere profesionales altamente cualificados para el mercado de trabajo. La renovación tecnológica, los cambios en la sociedad, el avance de la medicina, las técnicas arquitectónicas y todos aquellos aspectos en los que la sociedad sigue avanzando sin parar (pues la evolución sigue adelante) exige trabajadores con ciertas habilidades, con un aprendizaje mínimo necesario para desempeñar las tareas que a día de hoy son necesarias en la sociedad.
No obstante, aún siguen ofertándose trabajos poco cualificados, lo que permite integrar a las personas que no han terminado sus estudios en dicho mercado. Consecuentemente, se entiende, que la sociedad opina que seguirá habiendo fracaso escolar y que es una situación inevitable.
No obstante aunque hay un porcentaje de los alumnos que fracasan en la adquisición de sus habilidades cognitivas que se integran en el mercado laboral hay que ser conscientes de que las posibilidades de progresar socialmente y de hacer cambios laborales son mucho más escasas.
No solo son habilidades cognitivas lo que se necesita para acceder a trabajos cualificados sino que también son necesarias las habilidades humanas, las habilidades para enfrentarse a riesgos, para poder integrarse con los demás. La escuela debe plantear una sociedad heterogénea y preparar a los alumnos para ella, son todas las diferenciaciones entre los diferentes grupos y las posibilidades de cada uno.
Por lo tanto, el fracaso escolar no afecta únicamente a los aprendizajes cognitivos sino que también a los socioafectivos y personales. Hay que tener en cuenta estas dos dimensiones e intentar obtener un éxito en ambas.
Y, si la sociedad es más exigente y son necesarias más habilidades para integrarse en la sociedad, ¿Por qué el fracaso escolar ha aumentado?
Bien, respecto a esta pregunta hay varias teorías. Si bien es cierto que el fracaso escolar aumenta cada año, también es conveniente echar un vistazo a la historia de la educación reglada en los últimos años.
En 1945, el 80% de los jóvenes de 14 años dejaban la escuela para ir a trabajar mientras que, en 2002, el 80% de los jóvenes de 17 años siguen estudiando. Siguiendo la historia de la educación y la escuela, comprobamos que las exigencias en lo que a aprendizajes cognitivos se refiere, año tras año, han ido aumentando. Por lo tanto es de esperar que el fracaso escolar, siguiendo su línea, paralelamente, también lo haya hecho. Los alumnos que en 1945 alcanzaban los objetivos previstos en la escuela podrían ser una víctima de fracaso escolar en la actualidad. Así como se podría pronosticar otro aumento entre la situación actual y la de dentro de 20 o 40 años.
Es evidente
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