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Guion de la historia de un leproso


Enviado por   •  27 de Octubre de 2015  •  Apuntes  •  1.172 Palabras (5 Páginas)  •  441 Visitas

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Guion

  • Narrador: en unos de los estados de Persia, reinaba en otros tiempos un soberano, de origen griego que padecía la horrible enfermedad de la lepra, y sus médicos ya estaban cansados de aplicarle remedios, que no hacían efectos, cuando otro médico muy hábil famoso por sus conocimientos, llamado Duban llego a la corte del soberano.
  • Duban: su majestad mi nombre es Duban y le ofrezco curarle de la forma más sencilla y sin sufrimiento alguno.
  • Rey: si es como usted dice me ofrezco a ello y le prometo colmarle de bienes y fortuna si consigue librarme de la lepra.
  • Narrador: se fue el medico a su alojamiento y mando a construir un mazo de madera cuyo mango estaba hueco con hendiduras para colocar las drogas.
  • Duban: volvió donde el rey y le dijo majestad montad a caballo e id a la plaza a jugar al mallo con vuestros cortesanos, tomad, empujad la bola con este mazo, agitaos mucho y transpirad hasta que vuestro cuerpo este bañado de sudor.
  • Narrador: todo esto era para que  el remedio medicinal que el medico puso en el mango penetrara por los poros del cuerpo del rey ,Duban explicándole las cosas le dijo:
  • Duban: su majestad  después que vuelva  al palacio dese un baño friccionado, os acostéis enseguida y mañana se encontrara  completamente curado.
  • Narrador: hizo el rey todo lo ordenado por Duban y cuando se levantó al día siguiente se encontró completamente limpio y sano.
  • Rey: admirándose y lleno de gran jubilo dijo ya que lo prometido es deuda recompensare  al médico Duban por haberme curado de esa horrible enfermedad.
  • Duban: penetró en el salón y se postro delante del rey con una reverencia.
  • Rey: le dio un abrazo y lo elogio diciendo eres el mejor médico que he conocido y te  invitó a sentarte en la mesa real junto a mí.
  • Rey: medico Duban por haberme curado y para cumplir mi promesa te otorgo una pensión de tres mil zequies mensuales.
  • Narrador: tenía el rey un visir de malos sentimientos, envidioso, avaro y capaz de cometer un  crimen para satisfacer sus perversos instintos.
  • Visir: me da tanta envidia que el rey le otorgue a ese medico tantos obsequios y elogios que hare un plan para calumniarle y así el rey lo haga desaparecer.
  • Visir: fue delante del rey diciéndole: su majestad, tened cuidado con ese médico, porque eh llegado a saber que ha sido enviado aquí por vuestros enemigos, para quitaros la vida, acabar con su estirpe y repartirse después vuestro reino.
  • Rey: no le creo, visir ya vez como en vez de hacerme un mal  me ha curado la enfermedad que me atormentaba, y jamás olvidare este servicio.
  • Visir: cierto es. Majestad, que os ha librado de ese mal, pero, ¿Quién sabe si no ha hecho eso con el objeto de ganarse la confianza de vuestra merced, para después poner fin a su plan?
  • Narrador: el rey se dejó convencer por las calumnias del visir y mando a llamar al médico y cuando estuvo en su presencia le dijo.
  • Rey: ¿sabes para que te he mandado llamar?
  • Duban: majestad, lo ignoro.
  • Rey: pues bien, te lo voy a decir; he llegado a enterarme que eres un emisario de mis enemigos, y que el verdadero propósito de tu presencia en mi corte es el de quitarme la vida; así, que he determinado que te corten la cabeza.
  • Duban: se arrodillo a los pies del rey, y dijo oh su majestad por favor no me mande a cortar la cabeza.
  • Rey: búsquenme al verdugo para que le corte la cabeza.
  • Verdugo: salió del gentío y dijo su majestad sus deseos son órdenes.
  • Narrador: el verdugo le vendo los ojos a duban y ya se disponía este a decapitarlo cuando:
  • Duban: de rodillas le suplico al rey, diciendo ya que no queréis, majestad, anular esta injusta sentencia de muerte, permitidme al menos, que vaya a mi casa, tengo algunos libros preciosos que quiero repartir entre mis amigos, y en especial uno que quiero obsequiar a vuestra majestad.
  •  Narrador: le siguió explicando Duban, al rey, que el libro que le obsequiaría era una joya preciosísima, puesto que entre las infinitas curiosidades que contiene, la más maravillosa es que cuando le cortara la cabeza, poniéndola en una bandeja y el rey abriendo el libro en la página décima y leyendo lo que estaba ahí escrito, la cabeza de Duban respondería a las preguntas que le formulara el rey.
  • Rey: Duban estoy deseoso de ver tal prodigio por consiguiente te concedo lo que me pides.
  • Rey: guardias escóltenlo a su casa.
  • Narrador: y así aparecieron dos guardias del rey y se lo llevaron, mientras tanto se extendió la noticia sobre el reino del prodigio que iba a suceder con la muerte del médico.
  • Narrador: al día siguiente todos los cortesanos y altos mandatarios asistieron al palacio para ser testigos.
  • Rey: guardias tráiganme al médico.
  • Narrador: aparecieron los guardias con Duban.
  • Duban: se postro delante del rey, teniendo en su mano un gran libro.
  • Duban: señor, tomad este libro, hojeadlo bien y después que me hayan cortado la cabeza, mandad que la pongan en una gran bandeja; leed lo escrito en la página décima, y preguntad enseguida lo que queráis; la cabeza responderá inmediatamente, pero aun así le suplico clemencia majestad.
  • Rey: son inútiles tus ruegos; porque aunque fueses inocente, como dices, por solo ver el prodigio de oír hablar a tu cabeza, mandaría que te la cortaran,
  • Rey: enseguida tomo el libro del médico, y le dijo al  verdugo córtale la cabeza.
  • Verdugo: le corto la cabeza a Duban.
  • Cabeza: abra vuestra majestad, el libro.
  • Narrador: el rey así lo hizo, y como las hojas estaban muy adheridas unas a otras, el rey empezó a despegarlas, sirviéndose de los dedos humedecidos por saliva. llego a la décima página y dijo.
  • Rey: aquí no hay nada escrito con un tono eufórico.
  • Cabeza: prosiga majestad hojeando el libro y hallará la maravilla.
  • Narrador: continúo el rey despejando las hojas con las yemas de los dedos, y al despegar la hoja vigésima, se sintió acometido  de repente una convulsión horrible, se le empaño la vista y cayo del trono dando gritos. cuando la cabeza vio que el rey estaba pronto a expirar, por efecto del veneno sutil de que estaban impregnadas las hojas del libro, exclamo con una voz horripilante. mientras  ocurría esto los cortesanos y mandatarios observaban todo lo que estaba sucediendo sin poder hacer nada.
  • Cabeza: ¡tirano! así  concluyen los príncipes ingratos, que abusando de la autoridad, pagan con injusticias los servicios que les hacen, tarde o temprano reciben el escarmiento de Dios. al pronunciar esto cerró los ojos y  ceso de hablar.
  • Narrador: el rey exhalo su último suspiro. de esta manera murió aquel rey malévolo, que si hubiera escuchado los ruegos del médico y le hubiera perdonado, él no hubiera perdido la vida.  

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