Ingeniero Industrial
dianafonseca1812 de Abril de 2013
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Cocina
La cocina puede ser el sitio, el aparato, o el proceso (arte y técnica). Los alimentos se cocinan para que
sean más digestivos (fisicoquímica), más inocuos (biología), y más apetitosos (olor).
Los procesos de cocina son procesos térmicos de materiales biológicos. Los procesos pueden clasificarse
de diversas maneras:
Según el tipo básico de proceso:
o Físicos: calentamiento, enfriamiento, cambio de fase, mezcla, separación.
o Químicos: disolución, separación, reacción química (e.g. caramelización, combustión).
o Biologicos: anabiosis (preservación en frío o en seco), pasteurizado, desnaturalizado,
esterilizado.
Según su temperatura: <100 ºC (calentar platos, sopas instantáneas, infusiones), 100 ºC-200 ºC
(hervidos), >200 ºC (sólo superficial: asado, grill, parrilla).
Según la transmisión de calor: radiación de infrarrojos, convección por aire, convección por
vapor, convección por agua líquida, convección por aceite, radiación de microondas.
Según la fuente de calor: llama, eléctrica (resistencia, halógena, inducción).
Según la mezcla de ingredientes: hervido (de verduras, pescado, arroz, pasta), sopa (líquido de un
hervido de vegetales, carnes o pescados, con ingredientes propios o ajenos: e.g. con huevo, pasta,
arroz), caldo (sopa sin tropezones), puré (sop
Electrodomésticos. Etiqueta Energética
Se acostumbra a dividir en:
Pequeños electrodomésticos (o línea marrón), como estufas, tostadoras, aspiradoras, planchas,
cafeteras, batidoras..., y todos los equipos de comunicaciones y ocio (radio, TV, PC...).
Grandes electrodomésticos (o línea blanca), como el frigorífico, la lavadora, el lavavajillas, el
horno, la cocina, la caldera...
Cada gran electrodoméstico vendido en la UE después de 1995 debe presentar en lugar visible su Etiqueta
Energética, que informa sobre la eficiencia energética del aparato y su consumo medio anual con un
código de letras (en Estados Unidos el código es de estrellas). Partiendo de un sistema de identificación
por letras, la A significa que el aparato consume menos del 55 % del consumo medio de un aparato de
similares características y volumen. La B equivale a un gasto de entre el 55 y el 75 % del consumo medio,
la C entre el 75 y el 90%, la D entre el 90 y el 100%, la E entre el 100 y el 110% de consumo medio, la F
entre el 110 y el 125%, y la G equivale a más del 125% del consumo medio en el año. Estos datos se
consiguen sobre el consumo de energía en kWh por año testado sobre 24 horas de funcionamiento en
condiciones de ensayo normalizadas, aunque lógicamente el consumo real dependerá siempre en último
término del uso y la localización del aparato que decida el consumidor. Un frigorífico congelador de clase
A consume aproximadamente 450 kWh de electricidad menos al año que un aparato de características
similares de clase G, proporcionando un ahorro en la factura eléctrica que puede llegar hasta las 8.000
pesetas anuales.
En 2012 la UE modificó las etiquetas energéticas de todo tipo de refrigeradores, lavadoras y lavavajillas,
para añadir clases más eficientes que la A (A+, A++, A+++) y para introducir pictogramas que faciliten la
comprensión de los datos.
Es importante tratar de secuenciar los grandes consumidores de potencia eléctrica (lavadora, lavavajillas,
horno, plancha...) para distribuir mejor la curva de demanda y no tener que contratar una potencia pico
excesiva (recuérdese que se paga por ambos conceptos: energía consumida, y potencia máxima
contratada).
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