LA EXPRESIÓN ORAL Y ESCRITA EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA Y DE APRENDIZAJE

El texto hace un tratado sobre la experiencia de maestros y alumnos en la clase de español en secundarias del estado de México, con respecto a la lectura y la escritura.

Los maestros se quejan constantemente de que los alumnos “no saben leer ni escribir”, pero en realidad el alumno sí sabe, pues ha tenido seis años previos de experiencia de lectura y escritura, mas bien a lo que los maestros se refieren es a la comprensión lectora y a la escritura gramaticalmente correcta y el uso adecuado de reglas ortográficas. Pero también su proceso de alfabetización no termina en primero de primaria.

El alumno no se interesa en desarrollar estas habilidades porque no encuentra usos y función social del lenguaje en ello, pues los maestros se limitan únicamente a poner ejercicios escolares sin mostrarles la aplicación de tales elementos teóricos. El alumno necesita familiarizarse con aspectos que se centren en el lenguaje escrito para que domine de a poco esta habilidad comunicativa, produciendo, interpretando textos.

La finalidad de la escuela básica es aportar los elementos básicos que permitan a los educandos moverse con confianza y eficacia en actividades de interpretación y de producción de una variedad de textos en diferentes ámbitos. El objetivo de la asignatura de español de secundaria es que los alumnos consoliden su capacidad de expresión oral y sus competencias y hábitos de lectura y escritura.

Pero el sondeo realizado por el autor, arroja que los maestros dicen que “no saben leer ni escribir” y no les agrada hacerlo. Entonces el objetivo planteado en secundaria es enseñar a leer y escribir bien. En lo referente a la lectura, los maestros ven que el alumno no tiene el hábito de tomar un libro y leerlo, sólo utilizan los libros de texto para realizar ciertas tareas que le son requeridas.

Los maestros hacen revisión de lectura dos o tres veces por semana, para verificar que el alumno está leyendo periódicamente. También dicen que cuando leen no comprenden y no les gusta, prefieren aquellas revistas de moda en las que se habla de los artistas. Pero hay quienes si leen y los libros que tienen se los recomiendan y prestan entre compañeros, el maestro no aprovecha esta oportunidad para utilizar este tipo de interés de la lectura en clase.

El maestro se ciñe a lo establecido, no se atreve a romper paradigmas, claro siempre y cuando sea en beneficio del educando, en lo referente a que los maestros no les dan ciertas libertades que como por ejemplo para escoger el libro que ellos deseen y lo disfruten. El profesor prefiere que el alumno comience con algo más clásico, puesto que el uso del lenguaje es más “refinado” en comparación de la literatura de best sellers.

Con lo referente a la escritura, se analiza cómo escriben, para qué y para quién escriben los alumnos. Se dedican a escribir principalmente apuntes por mandato de sus maestros, así lo prefieren porque es más fácil evaluar con preguntas como por ejemplo con un examen que con escritos de los mismos alumnos, la práctica entonces se anula. Hay quienes califican la legibilidad, el tamaño, el espaciado, la forma, la limpieza, etc. y se evalúa a través de ejercicios como las copias.

Los textos que el alumno registra en su cuaderno son de apuntes carentes de funcionalidad comunicativa. Los ejercicios libres son redacciones que los maestros piden para aplicar alguna norma gramatical u ortografía. Los textos semi-libres. Son textos en cuya solicitud incluye alguna restricción en cuanto a la forma.

Los objetivos de la enseñanza del español ya no son la alfabetización, a pesar de eso no se han erradicado las prácticas tradicionalistas como la copia y las planas como si esto fuera necesario para mejorar la escritura. Los alumnos están en contacto con la lectura y la escritura mediante actividades de corte escolar, aunque lo ideal sería que los alumnos lo

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