LA REALIDAD DEL MUNDO EN QUE VIVIMOS

PENSAMIENTO SOCILOGICO

LA REALIDAD DEL MUNDO EN QUE VIVIMOS

OCTAVIO VILLA PELAEZ

Docente

JOSE RICAUTE LOZADA RAMIREZ

CORPORACION UNIFICADA DE EDUCACION SUPERIOR

ADMINISTRACION PUBLICA

Febrero de 2015

LA REALIDAD DEL MUNDO EN QUE VIVIMOS

El mundo en que nos ha tocado vivir es una mezcla extraña de desarrollo y deterioro extremo al mismo tiempo. Se habla de grandes avances y descubrimientos científicos, innovación tecnológica como nunca antes la humanidad había logrado; sin embargo nos estamos destruyendo a nosotros mismos. En el afán de alcanzar lo inalcanzado nos estamos distanciando entre nosotros mismos y olvidando de cosas sumamente importantes como son la naturaleza y la vida misma del planeta. Estamos muy enfocados en lo material y hemos olvidado a la persona humana. Hoy tiene más valor una máquina que una persona, muchos llegan a amar más su carro que su propia esposa e hijos, a tal punto que un padre puede golpear a su hijo severamente y sin piedad solo porque en su inocencia le ha rallado el carro.

Y de la naturaleza ni que hablar porque en ese sentido sí que hemos sido más desproporcionados, nos está interesando más la ciencia, la tecnología y ante todo los dividendos económicos que las especies, o la naturaleza.

Es en este punto y sobre lo cual Manfred Max Neef, habla de la inteligencia con capacidad de manipulación física que nos ha llevado a adaptar nuestros entornos a nuestros anhelos, perspectivas e ideas propios de la realidad y del mundo, llevándonos a fragmentarnos de manera trágica, como textualmente lo cita diciendo que la fragmentación es tal que hoy tenemos un lugar donde trabajar, otro donde dormir, otro donde se educa, otro donde se sana, otro donde se divierte, otro donde se relaciona con sus amistades etc.

Hoy estamos experimentando fenómenos nunca antes visto en casi todos los aspectos de la vida y naturaleza, cosas como por ejemplo el clima de nuestras regiones está totalmente impredecible al punto que ni los científicos del tema pueden ya predecir los cambios climáticos abruptos e inesperados que cada día se presentan; cuando ellos dicen que va a llover hace verano, y cuando predicen verano cae nieve o llueve con intensidad. Uno no puede explicar cómo una madre puede asesinar a sus propios hijos o un padre o abuelo violar a sus propias hijas o nietas, la verdad es impresionante y a la vez desconcertante lo que se está viviendo. La pregunta que uno se hace es: ¿Estas cosas corresponden a una sociedad tan “avanzada” como la que tenemos hoy? O más bien ¿Parece que estuviéramos viviendo en la edad de piedra?

Manfred dice que hay una falencia en esta sociedad y es el deseo de conocer más al mundo, menos que entenderlo y creo que el punto de equilibrio seria conocerlo para comprenderlo ya que esto daría resultados mucho mejores a los que hemos cosechado hoy con el solo descubrir inusitado que hasta hoy tenemos.  Esa disociación del conocimiento con la realidad vívida es lo que hace que las grandes personalidades de la política y/o gubernamentales a nivel mundial no actúen de forma adecuada, pues ellos poco o nunca han experimentado lo que siente una madre que vive en una pocilga con unos cuatro hijos que no sabe cómo alimentar, no sabe lo que se siente ser un campesino en tierras remotas donde solo ve y experimenta la naturaleza a su alrededor, trabajando duro bajo el crudo clima para poder hacer sus sustento; ellos están siempre con todas las comodidades del caso y nunca sienten lo que se siente vivir en esas condiciones, solo conocen datos estadísticos que le dicen que el desempleo y que la pobreza está bajando o tiene tanto porcentaje, y se conforman con lo poco o nada que hacen para mitigar las crisis que viven miles de familias en el mundo de hoy. Por eso vivimos en pueblos o ciudades donde en un radio de no muchos metros se ve la extrema pobreza y a la vez la extrema opulencia y el derroche de dinero, sin observarse la más mínima consideración hacia el necesitado. No en vano dicen las Sagradas escrituras en el libro de Romanos capítulo 1: versículo 22 Profesando ser sabios, se hicieron necios.

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