LAS CUESTIONES ESPIRITUALES EN ESPAÑA DEL SIGLO XIX: EL CONTACTO CON EL MOVIMIENTO ROMÁNTICO EUROPEO

El siglo XIX halla España entre dos cuestiones morales: por una parte la permanencia a la seguridad del pasado medieval y de la tradición y por otra parte la necesidad de cambiar el clima a través de corrientes liberales y progresistas. Los últimos años del siglo XVIII han estigmatizado tanto el país, con el rígido carácter del absolutismo, aplicando el destierro y la censura, que necesitaba algo nuevo para actuar. El romanticismo, como movimiento cultural y social de su época, pondrá las bases para formar una nueva conciencia individual y libre en España. El siglo XVIII, el de la razón da paso al siglo XIX, el de la originalidad y de la imaginación.

Vilar afirma que ´´las problemas espirituales son consecuencia, como en el siglo XVIII, de un doble conflicto: contra el lastre de la tradición, el deseo de renovación; contra el deseo de renovación, el orgullo de la originalidad nacional.´´

En primer lugar, el movimiento romántico aparece como una manifestación que polemiza la burguesía y sus principios sobre la Razón. Se opone al canon neoclásico, a su simetría y su forma equilibrada y defiende lo irracional y lo subjetivo. Su ideología, de un lado, se expresa como tradicionalista, que sienta nostalgia por el pasado medieval y de otro lado, como liberal y progresista, que apoya los ideales de la Ilustración y de la revolución burguesa.

El movimiento romántico llega a España con bastante retraso en relación con otros países europeos. Es un Romanticismo tardío, que se inicia en la primera mitad del siglo XIX. Su apogeo, dura casi 10 años, entre 1835 y 1845, pero predomina durante todo el reinado de Isabel II.

España, iniciado el siglo XIX, se encuentra entre muchas dificultades tanto políticas como sociales. La invasión napoleónica (1808) y la consiguiente Guerra de la Independencia (1808-1814) se impone, una vez más, el absolutismo con el reinado de Fernando VII (1814-1833). Durante ese período absolutista, el rey rechaza cada forma de expresión liberal y todos los escritores e intelectuales con intensiones liberales se exilien al extranjero. Después la muerte del rey (1833), se recuperó el régimen político y el país entra en un nuevo período liberal, pero también muy conflictivo. Durante ese período, regresaron todos los exiliados románticos e inicia una década de apogeo romántico (1835-1845) bajo el reinado de Isabel II. El gobierno ahora se divide entre los moderados y los progresistas. Inician las guerras carlistas entre los que están en favor de Carlos (hermano de Fernando VII) y los de Isabel II.

La evolución de romanticismo en España se desarrolla en tres etapas. En la primera, se introducen las ideas de los románticos alemanes que se basaban en posiciones tradicionalistas y conservadoras. Se difunden obras como ‘La historia del joven Werther’ de Goethe en la que se comprenden las nuevas ideas románticas (la naturaleza, el destino, soledad,

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