LIBRO PIOJOS
8 de Junio de 2015
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14 Trucos para resolver conflictos
En todas las aulas que existen alrededor del mundo hay conflictos: los conflictos con y entre tu alumnado son inevitables y no son "malos". Lo que sí puede ser malo es un inadecuado modo de solucionarlos; aquí tienes 14 consejos para la clase (y para la vida, en general). Un artículo de Katie Lepi para Edudemic
1. Mira a tus alumnos y alumnas con buenos ojos
¿Verdad que tratamos a las personas que nos caen bien de una forma diferente a las demás? Somos más comprensivos, nos enfadamos con más dificultad, somos más pacientes... Nadie te obliga a "amar" la resolución de los problemas y conflictos de tu alumnado, pero si logras desarrollar una actitiud de disposición y agrado hacia ellos y ellas, contribuirás a minimizar sus comportamientos infantiles y el número de incidencias del aula.
2. Mensajes "yo"
Este mensaje es muy conocido: enseña a tu alumnado a usar mensajes "yo" y úsalos tú. Por ejemplo, "me siento triste cuando...", "me siento confusa cuando...". Evita una "escalada" dentro de las discusiones y te pone en sintonía con tus emociones y las de tu interlocutor/a, dando una vía constructiva y empática para dialogar y cambiar de conducta, argumentando y sin imponer ni juzgar.
3. Escucha activa
A menudo, los niños y niñas solo quieren llamar la atención para reclamar aquella que no reciben en su casa: si un niño o una niña provoca problemas continuamente, dale la oportunidad de decir lo que piensa - sin que resulte insistente - y, posiblemente, su conducta empezará a mejorar.
Emplear técnicas de escucha activa demuestra a tu alumnado que realmente te importa oir lo que te dicen: reitera lo que te han dicho (¡Cuidado! ¡No lo hagas con los adultos y adultas: notarán que es un "truco"!). De este modo, también practican para trabajar en sus problemas y conflictos, aprendiendo a expresarlos adecuada y claramente.
4. Estilo de resolución de conflictos
Si eres una persona tímida y reservada e intentas resolver un conflicto en el aula de un modo fuerte, brusco, tu intento va a resultar hueco, poco convincente, sobreactuado, impostado. ¿Cuáles son tus puntos fuertes y débiles?
5. Fija un "zona tranquila"
Dependiendo de la edad, podríamos poner ahí lápices para colorear, bolas antiestrés... Tener esa zona envía un mensaje muy importante a los/as estudiantes: la ira es una emoción aceptable y, sencillamente, hay que saber manejarla adecuadamente.
6. Adelántate
Debemos estar atentos/as a situaciones potencialmente "peligrosas" y adelantarnos, abordando el tema con antelación para tratarlo antes de que se produzca y lograr evitarlo. Es mucho más fácil, por ejemplo, explicarles que van a tener que compartir un juguete en clase antes de que se produzca una discusión por compartir un juguete que sermonear sobre las bondades de la generosidad y la solidaridad tras la pelea.
7. Cuenta hasta 10
Si te enfadas, detente y tómate tu tiempo: respira y cuenta hasta 10. Por supuesto, no pongas en peligro tu puesto de trabajo. Mantén la calma
8. Dilo con una sonrisa
Hay un consejo muy viejo: "los maestros y las maestras no deben sonreir hasta Navidad", si quieren que los /as estudiantes se tomen en serio su clase. ¡Espeluznante! Obviamente, depende de la persona, depende del aula y depende de muchas cosas, pero un/a docente sonriente contagia, bajo condiciones "normales", su sonrisa.
9. Un buen clima
Ya hemos hablado muchas veces de la importancia de un buen clima de aula: es, incluso, absurdo, porque el buen clima es todo. Si hay buen clima, los conflictos se resuelven
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