LO GROTESCO EN EL CUENTO EL MATADERO DE ESTEBAN ECHEVERRÍA.
Indira Velásquez PérezEnsayo16 de Abril de 2018
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LO GROTESCO EN EL CUENTO EL MATADERO
DE ESTEBAN ECHEVERRÍA.
En primera instancia es necesario aclarar el concepto de “Estética literaria” para así llegar al concepto de lo grotesco que se va a resaltar a lo largo de este trabajo con el fin de entender la importancia de lo feo o la fealdad (Proceso de ser feo, mediante la deformación), del lenguaje grotesco (uso de apodos y groserías) o de la cultura popular dentro de la literatura, en el cuento: El Matadero de Esteban Echeverría.
El autor utiliza el recurso descriptivo para resaltar lo grotesco, conmover y mantener la trama del lector y la tensión en el cuento. Con ello, se describen situaciones, lugares y personajes con los cuales se evidencia la presencia de este recurso estético, además el uso del sarcasmo y la ironía que se enfocan directamente a lo grotesco como recurso narrativo.
Defínase Estética como ciencia de la percepción sensorial como lo plantea Baumgarten (citado por: Spang, s, f.) por ende, la estética literaria consiste en todas las percepciones sensoriales que puede producir un texto en el receptor o lector; en el caso de El matadero son: horror, asco, repudio, fealdad, espectacularidad, sensaciones particularmente desagradables, deformidad, barbaridad y bestialidad, entre otras; atropellando o interpelando al lector de manera negativa (Bajtín, 1987). Los anteriores rasgos serán mostrados fundamentalmente en el presente análisis y a su vez ese cuestionamiento con respecto a la percepción e interpretación que se tiene frente a la obra literaria.
Lo grotesco hace parte de la estética literaria como lo menciona en la siguiente cita Bajtín: “las imágenes grotescas conservan una naturaleza original, se diferencian claramente de las imágenes de la vida cotidiana, preestablecidas y perfectas. Son imágenes ambivalentes y contradictorias, y que, consideradas desde el punto de vista estético «clásico», es decir de la estética de la vida cotidiana preestablecida y perfecta, parecen deformes, monstruosas y horribles” (Bajtín, 1987, pág. 22). La importancia aquí radica en la percepción de lo grotesco, en cómo también hace parte de lo sensorial y la estética, en El matadero este es el principal recurso literario, porque se encuentran fragmentos que ponen en evidencia sus características y rasgos.
Inicialmente se observa una situación de lo feo como se evidencia en el siguiente apartado: “Siguió la matanza y en un cuarto de hora cuarenta y nueve novillos se hallaban tendidos en la plaza del matadero, desollados unos, los otros por desollar.” (146-148) [1] aquí se evidencia lo feo como características de lo grotesco, pues produce la sensación de desagrado, ya que la sangre de los animales, el olor y el mismo cadáver son perturbadores para la imaginación del lector, hacen parte de lo inmundo, lo deforme y lo esperpéntico, por el producto de las deformidades en la matanza de los novillos. Esta característica es tan poderosa en la percepción sensorial que se imaginan incluso cosas que no salen del papel.
Después de esto, el autor plantea otra situación que hace parte de algunas de las características grotescas: “El espectáculo que ofrecía entonces era animado y pintoresco aunque reunía todo lo horriblemente feo, inmundo y deforme de una pequeña clase proletaria, peculiar del río de la plata.” (148-150) Esto era un hecho de cultura popular con una analogía envuelta en la situación social que el pueblo argentino vivía con la dictadura de Rosas (El Restaurador). También está la espectacularidad del Realismo Grotesco aludidas a las imágenes que el lector se hace de ese supuesto espectáculo popular; aquí es necesario contextualizar que la población de este cuento estaba necesitada de carne roja por el tiempo de cuaresma, siendo esto el detonante de que las personas vieran en lo feo de la muerte animal, el placer.
Estaban Echeverría describe a El matadero de la Convalecencia como una playa rectangular situada al extremo de dos calles; en esta playa hay un zanjón donde corren las agua pluviales y a su vez hay cuevas de ratones; aquí hay rasgos grotescos debido a que en la plaza donde es sacrificado el ganado hay roedores que se relacionan con lo sucio, entonces la repulsión no solo viene de la escena del croquis del matadero sino de la sensación de comer esa carne pisada y tocada por ratones; al llover corre por el zanjón toda la sangre seca y reciente del matadero (152-158), el recurso descriptivo hace parte de esas sensaciones grotescas que al ser tan minuciosas se convierten en algo más enfático e impactante para mostrar así la fealdad. Se evidencia que el narrador se convierte en espectador pues deja ver su opinión de lo que esta pasando (narrador testigo) y hace que la descripción sea realista, pues cuenta las cosas como son, sin maquillar lo grotesco y repulsivo.
Dentro de esta descripción dice que hay corrales donde es almacenado el ganado, los cuales en tiempo de invierno son lodazales en los que los animales están apeñuscados, quedando sin movimiento; son cuestiones que demuestran las condiciones precarias en las que vivían los novillos; también se asocia o se relaciona con la forma de vida del pueblo argentino por la dictadura de dicha época, haciendo uso de la ironía como recurso literario, porque resalta la situación de la gente, diciéndolo con otras palabras que literalmente se refieren al ganado, pero quieren decir otra cosa.
Dentro de la descripción de los corrales de El matadero, habla de una casilla donde se hace la recaudación de impuestos y se cobran las multas por la violación de reglamentos, es el lugar de permanencia del juez del matadero, que ejerce la suma del poder en aquella pequeña república; la persona que maneja el corral es el que imparte la justicia en El matadero, el caudillo de los carniceros era lo que los Federales (delegación del Restaurador) representaban para el pueblo argentino. (163-169). Aquí se evidencian simbolismos, analogías e ironía; la casilla a la que se refiere podría ser la sede del gobierno argentino (Federales), porque impone autoridad dentro de El matadero, que claramente representa al pueblo (ironía).
De no ser por lo mencionado anteriormente y por los letreros rojos sobre la casilla como: “viva la federación”, “viva el restaurador y la heroica doña Encarnación Ezcurra”, “Mueran los salvajes unitarios” y de no estar asociado con el “terrible” juez, la casilla sería insignificante, pues esto, revela el horror que vivía la comunidad con la imposición de justicia al que no estuviera de acuerdo con lo que impartía el juez, este, sería masacrado y violentado como muestra de respeto al poder; es el caso de los unitarios, partido político opuesto, que estaba en desacuerdo con la dictadura y velaban por la liberación de la misma.
Después, Echeverría señala o exalta a la esposa de El restaurador, doña Encarnación Ezcurra: “la tal heroína es la difunta esposa de El restaurador, patrona muy querida por los carniceros, quienes, ya muerta, la veneraban por sus virtudes cristiana y su federal heroísmo, en la revolución contra Balcarcel” (176-179). El lenguaje grotesco juega un papel importante cuando dice: “la tal heroína” interpretándose como un apodo, agregando también un señalamiento despectivo y sarcástico, porque ridiculiza e insulta a este personaje; cuando hace referencia a “su federal heroísmo” usa la ironía como recurso narrativo marcando que el federalismo estaba salvando al pueblo, cuando no fue así.
Es necesario profundizar en el personaje de doña Encarnación Ezcurra, debido a que este afronta una situación paradójica. La historia cuenta que cuando estaba Balcarcel un general argentino, enemigo de Rosas, al poder; ella apoyaba al pueblo y visualizaba a Rosas como la solución a los problemas del anterior mandato, Encarnación estaba del lado del pueblo pero una vez, Rosas subió al poder, siguió el pensamiento represivo federal. Otro punto que se analiza, es la significación de la palabra “encarnación” en su nombre, que significa “vivir en carne propia”, entonces, ella hizo honor a su nombre al estar en la paradoja de tener ciertos ideales, pero pasar por encima de ellos por su matrimonio.
El autor pone en evidencia uno de los ejemplos de la veneración hacia las proezas de este personaje, como celebrar el aniversario de la memorable hazaña de la Mazorca con un espléndido banquete en la casilla de la heroína en la cual su hija en presencia de otras señoras federales ofreció a los carniceros en un ceremonioso brindis su apoyo federal, por cuyo motivo ellos la proclamaron como patrona del matadero, dejando su nombre en las paredes de la casilla hasta que lo borre la mano del tiempo (179-185). En estos fragmentos del cuento aparece una de las particularidades del realismo grotesco en la veneración como acto colectivo y festivo, al celebrar un banquete en un matadero (recurso estético); según Bajtín (2005: 23-53), en su libro cultura popular en la edad media y en el renacimiento, (…) las imágenes se relacionan con un carácter colectivo festivo y alegre que degrada o rebaja lo elevado, culto, espiritual, ideal y abstracto, conservando su carácter ambiguo que es lo que se hace en las líneas anteriormente del cuento.
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