La Aventura De Ser Maestro

Resumen: La aventura de ser maestro

José M. Esteve

Nadie nos enseña a ser profesores y tenemos que aprender por nosotros mismos por ensayo y error, con el paso del tiempo, ganas la libertad; de estar en clase con seguridad en sí mismo, de decir que pienso, de ensayar nuevas técnicas para explicar un tema, de cambiar formas y contenidos. Llego la alegría; de sentirse útil, la alegría de una alta valoración de mi trabajo.

Pensar y sentir

“Era su vida pensar y sentir y hacer pensar y sentir” Miguel Unamuno y su preocupación por alcanzar pensamiento y sentimiento.

Fernando Corbalán, un profesor de secundaria, tras hablarnos de que en clase tenemos que divertirnos, buscar el ansia del saber y proporcionar una atmosfera de diversión. Debemos enseñar que todas las ciencias tienen en su origen a un hombre o a una mujer preocupados por desentrañar la estructura de la realidad, la tarea básica del docente es recuperar las preguntas, las inquietudes, el proceso de búsqueda de los hombres y mujeres que elaboran los conocimientos que ahora figuran en nuestros libros. Hay que volver las miradas de nuestros alumnos hacia el mundo que nos rodea y rescatar las preguntas iniciales obligándole a pensar.

La renovación pedagógica es una forma de egoísmo; del deseo de mejorar, como un deseo personal para investigar nuevas formas de comunicación, nuevos caminos para hacer pensar a los alumnos.

Identidad Profesional

Cambiar tu mentalidad, desde la posición del alumno, “el buen profesor debe motivar a sus alumnos”, pese que una de las principales tareas a desarrollar en su trabajo será la enseñanza de la lectura y la escritura, muy pocas diplomaturas de maestro incluyen un curso de lectoescritura, mientras que es frecuente que se dediquen a cursos enteros al aprendizaje de la fonética.

El profesor novato se encuentra que con que tiene claro el modelo de profesor ideal, pero no sabe cómo hacerlo realidad, desde esta perspectiva pensamos, si las cosas salen mal es porque yo no valgo, porque no soy capaz de dominar la clase; y de esta forma, los profesores novatos se ponen en sí mismos en cuestión. ¿Cómo reconocer ante otros qué yo tengo problemas en la enseñanza, si el “buen profesor” non “debe” tener problemas en clase?, el profesor novato tiene que volver a estudiar temas y estrategias de clase.

Nuestros profesores de secundaria se forman en unas facultades universitarias de Ciencias y Letras que, que ni por asomo, pretendían forman profesores. Este profesor es un medievalista es capaz de descifrar documentos originales, descubre horrorizado que los alumnos no tienen el menor interés por la Historia, y que temas claves de su especialidad –como el apasionante tema de su tesina-, se despachan en dos

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