La Comunicación.

La Comunicación

Introducción

En la medida en que una sociedad se desarrolla, así mismo aumenta la necesidad de comunicación. Todos los días las personas enviamos y recibimos millones de mensajes para compartir información, para convencer a otros de nuestros puntos de vista y para entenderlos.

El aprendizaje de la comunicación oral, en la actualidad, es indispensable para lograr diversos objetivos, pues tanto hombres como mujeres desean hablar y ser escuchados para obtener los mejores resultados en su interacción. La gran importancia es que se den cuanta lo cuanto irrelevante es la comunicación entre los seres humanos. Así también se darán cuanta que existen muchos tipos de comunicación, las cuales pueden ser utilizados en distintas formas dependiendo de cómo lo utilice el ser humano y para qué.

Aquí se ejemplifican algunas situaciones que demuestran esta necesidad:

• El ejecutivo que necesita convencer a su jefe para que autorice cierto proyecto financiero.

• La madre que desea hacer reflexionar a sus hijos sobre ciertas conductas inadecuadas.

• El abogado que intenta persuadir a un jurado para que otorgue un veredicto a favor de su cliente.

• El administrador que planea convencerá los miembros de un consejo directivo para que se haga una negociación.

• El supervisor que informa a sus trabajadores de las nuevas disposiciones.

• Los amigos que se reúnen para festejar algún acontecimiento especial.

• El estudiante que pide una explicación más amplia para entender mejor algún tema.

Estas personas tienen objetivos para comunicarse, desean hacerlo y tienen aptitudes para ello, pero seguramente no todas lograrán sus propósitos con éxito. Es entonces cuando surge la necesidad de aprender a desarrollar la habilidad de comunicarse oralmente, en forma eficaz.

La gente admira a las personas que tienen facilidad para hablar, y éstas se distinguen fácilmente porque irradian confianza, se muestran seguras y saben cómo expresar sus ideas en forma clara y precisa: en cambio. A otras se les subestima porque se muestran tímidas, nerviosas y, al tratar de hablar, lo hacen con tropiezos, repeticiones, titubeos o simplemente terminan por decir algo diferente de lo que hubieran querido.

En una sociedad todos, todos formamos parte de instituciones y organizaciones con normas, funciones y actividades, en las que para vivir y sobresalir es deseable tener ideas creativas y productivas, presentar en orden cada una de ellas: apoyarlas con razones sólidas y válidas, y expresarlas con voz clara, entusiasmo y palabras que puedan desatar emociones, a la vez que inspiren confianza en los que escuchan. Por algo en Roma, en el siglo I, se enseñaban a los hijos de nobles materias de prestigio, y entre ellas en primer lugar la retórica, 1 pues con ella se trataba de embellecer el alma de los jóvenes, además de ser un signo distintivo de educación y superioridad social.

“El hombre es una criatura que se comunica”2. Así lo afirma H. Dalziel Duncan cuando señala que, por su naturaleza y para satisfacer sus necesidades, el hombre ha debido comunicarse con sus semejantes utilizando algún tipo de señales, movimientos o signos, pues ningún hombre puede existir en un grupo o sociedad sin alguna forma de comunicación.

Comunicar es llegar a compartir algo de nosotros mismos. Es una cualidad racional y emocional específica del hombre que surge de la necesidad de ponerse en contacto con los demás, intercambiando ideas que adquieren sentido o significación

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