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La Generación Del 27, Un Puente Entre La Tradición Española Y Las Nuevas Tendencias Literarias.


Enviado por   •  21 de Febrero de 2014  •  1.847 Palabras (8 Páginas)  •  548 Visitas

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La renovación de la poesía española, que en el último tercio del siglo XIX se encontraba en un callejón sin salida, parecía algo acuciante. El modernismo y la generación del 98 en primer lugar lograron resucitar las letras españolas, mientras que más tarde, en una época de transición, los movimientos de vanguardia rompieron con la tradición realista y renovaron estéticamente sobre todo la poesía “consagrada” de aquella época, “creando un arte completamente inédito”. En particular, el ultraísmo y el creacionismo fueron el revulsivo eficaz para la poesía de los años siguientes e influyeron a finales de la segunda década del siglo XX a un grupo de poetas, denominado como “la Generación de 1927”1, que aunque al principio tenía concomitancias con la Vanguardia, con el paso del tiempo logró obtener su propia identidad, ofreciendo un abanico de posibilidades expresivas y dando a la literatura española un nuevo momento de esplendor gracias a su excelente producción poética.

Pese a las diferentes nomenclaturas que se han dado para caracterizar este conjunto de autores y su obra poética, no cabe duda de que podemos hablar de una generación literaria, de acuerdo con los requisitos establecidos por Petersen. En primer lugar, casi todos los poetas nacieron en fechas próximas, entre 1892 y 1905, y procedían de familias acomodadas- de clase medía y alta burguesía. Eran de ideología liberal, tenían inquietudes similares y habían recibido una sólida formación universitaria -exceptuando a Rafael Alberi-, acudían a las tertulias y exposiciones que se realizaban, colaboraban en las mismas revistas literarias y desempeñaban profesiones de prestigio social. A todos los miembros del grupo les unían fuertes lazos de amistad- de hecho, muchos de ellos se comunicaban con cartas epistolares- y frecuentaban la Residencia de los Estudiantes en Madrid, centro fundado por la Institución Libre de Enseñanza, un organismo educativo de inspiración krausista que defendía la libertad en la educación.

La aparición de la generación del 27 estuvo marcada por la primera guerra mundial y su evolución fue frenada por la cruel guerra civil española (1936-1939). No obstante, el acontecimiento cultural que contribuyó a la unión y configuración del grupo fue la conmemoración del tercer centenario de la muerte de Góngora, celebrado en Sevilla en 1927, al que dedicaron ensayos, libros, poemas. Aparte de la influencia y la admiración gongorina los poetas jóvenes se inspiraron en sus inmediatos predecesores españoles, como Unamuno, Machado, Rubén Dario y Bécquer; se sentían más identificados, sin embargo, con la poesía pura y las directrices de Juan Ramón Jiménez, al que se le considera el guía de aquel grupo y “una especie de puente entre el modernismo y la generación del 27”.

Se ha discutido mucho si hubo un lenguaje generacional, es decir ciertos rasgos comunes en el estilo y la técnica entre los poetas integrantes del grupo. Es verdad que cada poeta labró su propio estilo y manera expresiva, pero todos tenían ciertas afinidades estéticas y tenían como propósito común la renovación del lenguaje poético; en efecto, todos se interesaron por el perfeccionamiento de la forma -a costa del contenido- , rechazaron la retórica y los sentimentalismos, cultivaron con abundancia metáforas e imágenes para encontrar la belleza y usaron un lenguaje hermético. Todos los poetas, además, trataron una gama amplia de temas, metros y formas, empleando las corrientes vanguardistas -sobre todo surrealistas- y respetando al mismo tiempo la tradición literaria española.

La mayoría de los críticos sostienen que en ningún momento se produjo parálisis o decadencia de la generación anterior, dado que tanto los autores del 98 como los de la generación del 14 escribían y publicaban a la vez con esos jóvenes poetas en aquel período. Es verdad que esta nueva generación “no se alzó contra nada”, tampoco rompió con las generaciones anteriores, pero, al contrario, respetó las grandes figuras precedentes, aún cuando algunas de ellas habían desaprobado sus actividades. No obstante, aunque las generaciones y los movimientos anteriores influyeron de manera catalítica en la evolución del grupo poético del 27, a partir de 1920, su sistema literario ya no respondía al deseo de la modernidad e innovación que la generación del 27 quería establecer en España, por lo que sí se puede hablar del anquilosamiento de las generaciones antecesoras.

Aunque Damaso Alonso, defensor de la existencia de la generación, destaca también la coetaneidad y el compañerismo de este conjunto de poetas, el discutible término de “generación” para designarlos no ha sido aceptado por la mayoría de la crítica que se inclina más por el término de “grupo del 27”; no obstante, aceptemos o no dicha denominación, es evidente que el talante común de aquellos poetas era crear una poesía rica, con rasgos modernistas y surrealistas y de gran variedad temática.

En efecto, en sus obras encontramos su interés por todos los grandes asuntos humanos- menos el tema religioso; como tema principal destaca el tema amoroso- profundamente influenciado por Bécquer- en todas sus fases: amor esperanzado (Amor, amor, catástrofe de Salinas), amor pasional que se entremezcla con elementos de Naturaleza (Se querían de Aleixandre), amor prohibido y sin rémoras (Si el hombre pudiera decir, No decía palabras de Cernuda), “la muerte del amor y del amor de la muerte, como una huida final” (Donde habite el olvido de Cernuda). También no podía faltar el tratamiento del tema del contraste entre ciudad y naturaleza: se exalta el desarrollo de la ciudad, los avances tecnológicos y los artilugios de la modernidad (como se ve en Navacerrada, Abril de Cernuda), pero por otra parte se critica la crueldad y la visión negativa de la ciudad, como foco de injusticias sociales (La Aurora y el rey de Harlem de Lorca). Cabe añadir que la generación del 27 da mucha importancia al tema de la muerte y a su significado (el moribundo de Aleixandre, canción de jinete, muerte de Antoñito el Camborio de Lorca) y al similar tema del paso del tiempo y de la infancia,

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