La Niña Vendedora De Fosforos

La vendedora de fósforos

Personajes:

La vendedora de fósforos

La madrastra

La abuela

El niño

Escena I

Narrador: _ En medio del frio y la oscuridad una pobre niña paso por la calle con la cabeza y los pies desnuditos. Era un día muy frio, caía la nieve y la noche se venía encima. Era el día de Nochebuena.

Niña: _ ¡Que frio tan atroz!

Niño: _ Es cierto ¿Dónde están tus zapatos?

Niña: _ Cuando salí de mi casa los traía pero como eran un poco grandes porque eran de mi mamá, los perdí al atravesar la calle para evitar que me atropellaran los carruajes.

Niño: _ Tus pies están rojos y azules del frio ¿Qué llevas en tu delantal?

Niña: _ Son fósforos que es vendiendo.

Niño: _ ¿Y has vendido?

Niña: _ No, hoy no ha sido un buen día. Tengo hambre y frio.

Niño: _ Hoy es Nochebuena está nevando, mira como está cubierto tu cabello con copos de nieves.

Narrador: _ Se veía follir las luces a través de las ventanas, el olor de sados se percibían por todas partes. Era Nochebuena y en esta festividad se la pasaba la infeliz niña.

Escena II

Narrador: _ Se sentó en una plazoleta y se acurruco en un rincón entre dos casas. El frio se apoderaba de ella y entumecía sus miembros; pero no se atrevía a presentarse en su casa; volvía con todos los fósforos y sin una sola moneda. Su madrastra la maltrataría y además también en su casa hacia mucho frio.

Niña: _ (Entra asustada a su casa) Ya llegue madre.

Madrastra: _ (Enojada) ¡Vendiste algún fósforo!

Niña: _ (Asustada) No madre no vendí, es que todos estaban en sus casas celebrando.

Madrasta: _ (Enojada) Entonces ¡No regresas aquí hasta que hayas vendido un solo fósforo!

Niña: _ (Asustada) Pero está nevando y esta mucho frio

Madrastra: _ (A punto de explotar) ¡No me importa lárgate de mí vista!

Niña: _ (Sale de la casa) ¿Y ahora que hare?

Escena III

Narrador: _ La niña salió de su casa triste y con mucho frio y se fue a un callejón entre dos casas.

Niña: _ (Prende el primer fósforo) ¡Rich!

Niña: _ ¡Que luz tan hermosa! Parece que estoy sentada enfrente de una chimenea de hierro.

Narrador: _ Pero todo acaba en el mundo. La niña extendió sus piececillos para calentarlos también; más la llama se apagó: ya no le quedaba a la niña en la mano más que un pedacito de cerilla.

Niña: _ (Prende el segundo fósforo) ¡Rich!

Niña: _ Que habitación en que la mesa estaba cubierta por un blanco mantel resplandeciente con finas porcelanas, y sobre el cual un pavo asado y relleno de trufas exhalaba un perfume delicioso. ¡Oh que sorpresa y que felicidad!

Narrador: _ De pronto tuvo la ilusión de que el ave saltaba de su plato sobre el pavimento con el tenedor y el cuchillo clavados en la pechuga, y rodaba hasta llegar a sus piececitos. Pero la segunda cerilla se apagó, y no vio ante sí más que la pared impenetrable y fría.

Niña: _ (Prende el tercer fósforo) ¡Rich!

Niña: _ Que magnífico pesebre: era más rico y mayor que todos los que había visto en aquellos días en el escaparate de los más ricos comercios.

Narrador: _ Mil luces ardían en los arbolillos; los pastores y zagalas parecían moverse y sonreír a la niña. Esta, embelesada, levantó entonces las dos manos, y el fósforo se apagó. Todas las luces del nacimiento se elevaron, y comprendió entonces que no eran más que estrellas. Una de ellas pasó trazando una línea de fuego en el cielo.

Niña: _ Esto quiere decir que alguien ha muerto.

Niña: _ (Prende el cuarto fósforo) ¡Rich!

Narrador: _ La niña creyó ver una gran luz, en medio de la cual estaba su abuela en pie y con un aspecto sublime y radiante.

Niña: _ (Feliz)

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