La importancia del rol del hombre en la familia

La importancia del rol del hombre en la familia

¿Es imprescindible la figura paterna? ¿las circunstancias bajo las cuales se desarrolla el individuo, influyen en su personalidad? En las diferentes culturas la crianza ha sido en el hombre un factor de su desequilibrio y agresión emocional, causándole múltiples daños a nivel psicológico y social, pero, ¿Cómo afecta su conducta en la familia? Frente a este asunto Walter Riso en su libro “Intimidades Masculinas” específicamente en el capítulo dos expresa que a diferencia de lo que antes se pensaba en psicología, hoy sabemos que la asistencia y el cuidado paternal son determinantes en las primeras etapas del desarrollo infantil, tanto en animales como en humanos. Lo que me ha llevado a enfrentar distintas opiniones.

A la hora de formar un individuo psicológicamente sano, la conexión y unión de ambos padres, hombre y mujer, complementa la personalidad del niño. Pero para muchos los hijos son mejor educados por una madre por su biología y por la falta de afectividad del hombre. En cambio, en la teoría de la agresividad de Winnicott son ponderosas las funciones de la madre, sin embargo, en un texto dedicado a las relaciones entre el hijo y la familia destaca la importancia del padre de apoyar a la madre para que ella se sienta cómoda en el desempeño de su rol y pone los límites a la agresividad del niño hacia su madre. El trato del hombre hacia su esposa es el tipo de comportamiento que el niño ira aprendiendo, porque en el padre él se ve así mismo, a otro como el, por consiguiente, si el niño observa un comportamiento de agresión e ira de su padre, creara una conducta agresiva.

Las generaciones anteriores creen que el padre tiene que salir de casa a producir para que su familia este bien atendida económicamente. Muchos padres se centran en esta función y no se implican en atender las demandas de carácter más emocional de sus hijos. El hombre antisocial y desconfiado, es producto de un padre fantasma, que solo está económicamente ligado al hijo. El niño lo ve como su igual y al no lograr una amistad con él, no encuentra en su hogar un sentimiento de seguridad y por tal razón no sabe cómo comportarse a nivel social, desarrollando una nube de desconfianza y protección hacia sí mismo, no se fía de contarle sus problemas a terceros y no permite que se le aconseje jamás, a menos que lo pida. Es por esto que considero que al padre se le ha dado, erróneamente, un papel secundario o antagónico en la familia y la crianza de los hijos.

La sociedad presenta al hombre como un ser insensible y que no muestra ni la menor señal de “debilidad”. En contraste, David Lewis, quien estuvo al frente de un estudio sobre las emociones del hombre explicó que: “estereotipos de género sobre los hombres insensibles y mujeres emocionales se refuerzan con las interacciones sociales y de mercado del día a día. Tendemos a simplificar o sobredimensionar las diferencias entre géneros, el estudio demuestra que los hombres sienten igual o hasta más que las mujeres, pero ellas lo expresan abiertamente, mientras que el hombre se siente cohibido de hacerlo debido a la presión social”. Considerando esto, esta es la causa por la que sufren de un desequilibrio emocional que con el tiempo cuesta balancear, creando un hombre cerrado a sentimentalismos por culpa de una sociedad estereotipada y una paternidad machista.

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