La muerte Quiroga

La muerte para Quiroga

¿Cómo es la muerte en las lecturas? La muerte es un tema complejo, misterioso y hasta cierto punto, desconocido. Estos cuentos abordan la muerte, pero no todas se dan de la misma manera. Horacio Quiroga procura que la muerte sea un momento de profunda reflexión; sitúa a sus personajes en escenarios tranquilos o a lo que podríamos llamar paisajes, para dejarlos morir con la esperanza de que alguien los ayude a salvar sus vidas.

Cuando los personajes están a punto de morir, comienzan a pensar en momentos de sus vidas, en sí algo será diferente si ya no están o simplemente en lo aterrador de la situación en la que se encuentran. Intentan pensar e idear maneras de salvarse de su inevitable destino, pensando en la posibilidad de encontrar a alguien que pueda hacer algo por ellos. Aunque durante la incertidumbre, los personajes encuentran calma y mueren o en el caso de “La miel silvestre” Benincasa muere devorado por las hormigas. (Quiroga, 1917: pág. 5)

Para la mayoría de nosotros, es interesante la manera en la que aborda la muerte de cada uno de sus personajes, pues escapa de lo que nosotros consideramos normal, pero cada una de las muertes, adquiere una cualidad única y auténtica dentro de lo natural. Algo característico de sus textos son los ambientes que maneja, desde una el clima, la fauna, la naturaleza, los personajes que crea son en su mayoría valientes y aguerridos, y al congeniar todos estos elementos en un mismo texto, las consecuencias de la muerte de los mismos no se considera tan injusta.

La cotidianeidad con la que cuenta este autor para narrar es impresionante; el salir a trabajar como todos los días o embarcarte a una nueva aventura sin pensar que sus vidas no serán las mismas, o simplemente que ni siquiera habrá vida al final del día. Conforme se desarrollan las historias vemos como se frustra la esperanza de que sus vidas sean tal y como esa mañana. Hoy en día tenemos muchos ejemplos sobre esto, uno de ellos es cuando una mujer sale a la calle, con dirección a la escuela, trabajo, casa, reunión; pero en el camino se encuentra en una situación de peligro y desgraciadamente pierde la vida.

Horacio Quiroga fue un escritor maldecido, puesto que gran parte de su vida fue desarrollada en Argentina, en donde vivió una larga sucesión de desgracias. Se dice que estas desgracias comenzaron cuando su padre, Prudencio Quiroga, se pegó un tiro en la cabeza en un accidente de caza, este acontecimiento no le afectó directamente, ya que aún no tenía la suficiente conciencia de lo que ocurría; pero la desgracia regresó a él cuando su padrastro Ascencio Barcos, el cual estaba semiparalizado, estando frente a Horacio tomó la escopeta y se pegó un tiro en la frente, según los relatos, Horacio contaba con 16 o 17 años y presenció dicho acto.

En 1908 se muda a la selva junto a su esposa Ana María Cires, pero ella sintiéndose incómoda de vivir en este lugar se suicida ingiriendo líquido para revelar fotos; es así como continúan las tragedias en la vida de Quiroga, una tras otra, sin esposa, con una mala relación con sus hijos, la soledad no fue su mejor compañera, su salud comenzó a decaer, finalmente muere un 19 de febrero de 1937, en Buenos Aires, Argentina. Una  particularidad de la vida trágica de Horacio Quiroga es que aún después de su muerte, los suicidios se siguieron produciendo en algunas de las personas que más estimaba, en ese mismo año su hija, Eglé, se suicida y en 1951 su hijo Darío también se suicida.

En el texto de Quiroga, “A la deriva”, podemos ver la lucha de un hombre por sobrevivir y su la agonía, lo que significa lucha. Esta lucha desesperada por ganarle a la muerte unos instantes más de vida, por no entregarse aunque todas las circunstancias estén así dadas. La naturaleza, se muestra como el verdugo y la tumba de un hombre, que nada puede hacer en su soledad contra la muerte. Vemos a un hombre solitario, indefenso y sin un rumbo cierto, entregado a las circunstancias de lo que le toque vivir.

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