La señorita Julia

La señorita Julia.

La señorita Julia, así solían decirme mis compañeros en el trabajo, eso es lo que recuerdo llevo muchas noches sin dormir, semanas en las que me pregunto. Mi muerte tendrá más sentido que mi vida. Mis mejillas no se ven igual que antes, ya no tienen aquel tono rosado que solían tener pues a hora se me han demacrado. De los pocos recuerdo que aun me quedan por que son de toda mi vida es que tenia una vida tranquila y saludable, eso es lo poco que recuerdo y se que lo olvidare muy pronto. Creo que mis compañeros habían empezado a notarlo, las alarmas se encendieron cuando mi memoria no era como antes pues olvidaba las cosas y me distraía con frecuencia en la oficina. Antes de esto que paso yo era una persona muy activa, fuerte, intachable y con carácter.

Aun recuerdo algunos escritores que leía junto a mis padres antes de que ellos murieran cuando yo era niña, y que también le leía a mis sobrinos cuando me visitaban en la casa que mis padres nos dejaron al morir, el favorito de mi padre era Shelly, pero a mi madre le gustaba más la poesía de Keats, son grandes poetas, pero en lo personal a mi me gustan mas las novelas de las hermanas Brontë. Cuando mis hermanas se fueron de esta casa me e quedado sola, bueno tengo a mi pareja el señor Carlos De Luna, el era contador de la empresa donde trabajaba, el me acompañaba todas las tardes hasta mi casa y a veces se quedaba a tomar café, y también escuchábamos música.

Ya a pasado un tiempo desde que escuche ruidos en mi casa, tal ves el detonante de mi enfermedad, lo recuerdo perfectamente, era como unas pequeñas patadas o tal ves carreras en el techo. Intenté conciliar el sueño sin éxito, entonces decidí levantarme de la cama y buscar la causa de aquel molesto ruido que tanto me atormentaba toda esa noche, y las que estaban por venir, tal vez podrían ser ratas en mi casa. Imposible pues yo siempre he sido cuidadosamente higiénica. Aun así, seguí revisando la casa y sin éxito… al día siguiente sucedió lo mismo y al siguiente así todo un mes harta del ruido decidí contactar a un exterminador, puso trampas y lleno de químicos mi casa aun así, no… no hubo suerte.

Deje de invitar a mi novio Carlos a pasar pues temía que el pensara que la infesta de ratas era provocada por que yo tenia una mala higiene y descuidaba mi casa, aun recuerdo que el y yo siempre íbamos a misa, y después de “la infesta de ratas” solo nos veíamos una vez por semana y eso era por que teníamos que ir a misa yo creía que nuestra relación era fuerte como un roble. Con lo poco que eh escrito no se cuantas veces e roto a llorar, no sé si es porque nunca supe de donde venia aquel sonido que tanto me atormentaba o por que se que voy a morir de una manera tan triste, aunque lo olvidare de todos modos, saben es difícil asimilarlo.

Un día en la oficina, eran como las once de la mañana ya no podía de sueño, baje al baño a echarme agua en la cara, entonces escuche que dos muchachas hablaban en el pasillo por las escaleras.

-¿te fijaste en la cara que tiene hoy?

-sí, fatal un desastre total

-no sé cómo puede presentarse así…

-¿entonces tú crees que?

-¡sí, es muy evidente¡

-lo peor de todo es que se hace pasar por una santa

-a mi me da mucho dolor verla así, se ve que no puede ni con su alma.

Esos comentarios me molestaron mucho, aunque no sabia bien por que lo decían, pero tenían razón con algo. Yo ya no podía ni con mi alma.

Un día me eh quedado dormida en la oficina, alguien me a tocado el hombro y eh despertado un poco exaltada y asustada.

-el jefe la llama señorita Julia.

Aun tenia la baba pegada a la mejilla cuando me á dicho eso, rápido e pasado mis manos por mi cara para quitar la baba, me e dado una ligera cachetada para espantar mi sueño. Después de eso me dirigí rápidamente a la oficina de mi jefe para saber que es lo que necesitaba.

-señor Lemus, vine en cuanto me dijo que ocupaba mi presencia

-buen día señorita Julia

-y bien que necesita señor Lemus

-señorita Julia e notado un cambio drástico en cuanto a su rendimiento, el cual me preocupa su trabajo siempre había sido eficiente y satisfactorio, pero de un momento a otro a decaído drásticamente, me preguntaba si hay algo que afecte ese rendimiento y si puedo ayudarle en algo. También e escuchado de ciertos rumores sobre usted señorita (lo dijo mientras bajaba la mirada)

Mi corazón latía con gran fuerza, me sostuve de la silla para no caer, tuve que salir de hay muy de prisa pues no dije nada en mi defensa por la vergüenza que sentía. Adoraba mi trabajo, pero después de aquella serie de humillaciones y calumnias, algo se ha quebrado.

Mi novio Carlos De Luna ha visto un cambio muy fuerte en mí, no ha querido molestarme o preguntarme pues el tenía la esperanza de que yo por iniciativa se lo contara, él ha ido con el padre de la misa a la que asistimos todos los domingos y han hablado un poco. Saben a mi parecer que otra le quedaba si yo no le e querido hablar y el siente que mi distancia con el se debe a algo personal, también a hablado con mis hermanas, pero el que mayor influencia tuvo a sido el padre, Carlos sabe que es mi sustento espiritual y por eso ha recurrido a él, que han hablado y como lo sé, Carlos me lo conto pues el sabe que lo olvidare muy pronto y no tenia nada que perder, me lo a dicho la ultima vez que lo e visto, tal vez fue la ultima vez que lo vi.

El padre en un inicio le ha aconsejado, deja pasar un tiempo y tal vez se le pase en un tiempo, ella es la que tiene que decidir si te quiere contar lo que esta pasando, y si las cosas siguen igual creo que lo mejor es dejarse. Creo que hubiese echo lo mismo si yo estuviese en su lugar, pero ni él ni yo sabíamos algo, y es que yo tenia Alzheimer, actualmente lo sé, pero es demasiado tarde.

Me a costado tanto escribir hasta donde e llegado pues, mi Alzheimer ya esta algo avanzado al punto de llegar casi a una demencia y depender de medicamentos y doctores, lo peor es que no puedo ver lo poco que queda de mi familia sin olvidarlos.

...