Analisis La Señorita Julia, Strindberg

La Señorita Julie, August Strindberg:

Como resumen del análisis diremos que esta obra de Strindberg fue escrita en el verano de 1888 y publicada en el mismo año. En La Señorita Julie se describe la lucha entre la clase alta y la baja; pero se entrelaza también la lucha de sexos. Su contenido es más psicológico y fisiológico.

Ubicación en tiempo y espacio:

La acción transcurre en la noche de San Juan (festividad muy antigua en la cual se festeja el solsticio de verano). Para celebrarla se enciende una hoguera que cumple una función purificadora para las personas presentes. El encuentro entre la señorita y Jean en el cual se desarrolla la escena transcurre en la cocina cuando ella ingresa de una fiesta que se estaba realizando en otra parte de la casa. En el ambiente estaban presentes Kristin y Jean. La señorita insiste para bailar con él. Jean se había resistido anteriormente, pero en esta oportunidad toma la invitación como una orden y la saca a bailar. De esta manera comienza una mezcla de clases sociales en la noche de San Juan. La señorita se encarga de decir que en esa fiesta las categorías no cuentan, y es la primera en darlo a entender bailando con un criado y provocándolo de varias maneras, por ejemplo al preguntarle a Kristin si Jean es su novio o halagando el baile al hombre y sus características personales. Esta fiesta la realizan tanto la gente de clase alta como la de clase baja. Con este motivo en común Julie intenta comenzar una relación distinta a la que tenía con el criado a través de bailar con él o hablarle de una manera más relajada. Hay que tener en cuenta también a lo largo del relato, que gran parte del quiebre entre la formalidad que los separaba antes a los personajes y la cercanía que frecuentan en escena puede atribuirse tanto a la alegría de la celebración, al alcohol y a la noche (con su oscuridad y su facilidad para pasar desapercibido, por ejemplo para escaparse).

Análisis desde el punto de vista del autor:

El siguiente análisis de la obra teatral “La señorita Julie” de August Strindberg tiene como objetivo destacar los caracteres del personaje Jean. Para lograrlo se tienen en cuenta la introducción, el prólogo, las acciones y diálogos del personaje y los textos segundos. A su vez se analizan las circunstancias previas y la veracidad de los hechos.

En primera instancia se puede resaltar de la introducción que el mismo autor declara haber creado los personajes “sin carácter” por motivos que detalla a continuación (dice: “En resumen, que no me gustan los caracteres teatrales”). Líneas después escribe: “he hecho a mis personajes más vacilantes, desequilibrados, mezcla de viejo y de nuevo”. Otra frase del autor que refleja los caracteres de Jean (aunque Strindberg asegure que no los tienen) es: “he dado un poco de génesis, al hacer que él más débil robe y repita palabras del más fuerte, al dejar que los espíritus absorban <>, sugerencias, como se suele decir, unos de otros”.

En la parte en la que el autor habla de Jean asegura que su supervivencia se debe a su capacidad para vivir sin honor, lo que califica como una ventaja. Le dedica unas líneas a este personaje, el criado, en las cuales lo describe como “el iniciador de una especie, en el que se perciben diferenciaciones”. Habla de sus comienzos como jornalero, su educación a sí mismo y su objetivo, o uno de ellos, que es llegar a ser señor. Comenta también sobre su buen gusto, sus sentidos refinados, su asenso social (lo que lo hace despreciar su propio ambiente) y su fortaleza a la hora de la manipulación. Con respecto a las relaciones con sus pares dirige los pensamientos de ellos hacia la envidia y el acecho de sus intenciones. Los coloca como enemigos más que como compañeros.

Strindberg reconoce a Jean como un hombre de “carácter doble, indeciso, vacilante entre la simpatía y el odio hacia los que están por encima de él”. También lo define como educado pero basto en su interior. Hace hincapié en el miedo por Kristin, el respeto por Julie, su insensibilidad mediante la cual consigue varios propósitos y su dureza (lo que delata su falta de delicadeza). Un aspecto importante de Jean que se nombra en la introducción y que se ve repetido en varias ocasiones durante el desarrollo del texto es su capacidad para salir ileso de las luchas. Más de una vez durante las discusiones, ya sea con la señorita Julie o con Kristin, Jean logra alterar la dirección original de la conversación, modificándola así a su favor. Es debido a su capacidad de oratoria tal vez, que logra finalmente dar él las órdenes a su superior, indicándole no sólo qué hacer sino hasta en qué momento. Es así como presenciamos en plena escena un ascenso (efímero o no) en su calidad de autoridad.

Un aspecto importante de Jean es su hipocresía o falta de verdad a la hora de esbozar una opinión; dice lo que le conviene por sobre lo que piensa verdaderamente. Con una fuerte iniciativa en todo lo que emprende, a este hombre se le puede justificar su inferioridad “más que nada a una situación social que se encuentra por azar” lo que logra generar en él un fuerte instinto de esclavo, reflejado en su reverencia por el conde (su respeto continua incluso después de haber conquistado a su hija) y su superstición religiosa.

El autor sueco coloca en una posición superior a este personaje por sobre la señorita Julie “no solamente porque se encuentra en plena ascensión, sino también por ser hombre”. De esta manera Strindberg naturaliza la dominación masculina. Piensa que no puede surgir ninguna relación amorosa entre Julie y Jean aunque este crea en el amor más allá de las circunstancias sociales.

Por último, con lo que respecta a la composición, Strindberg platea todo en un solo

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