La vida de Kal. La vida de Kal.

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Universidad Autónoma de Nuevo León

Preparatoria N.4

Nivel Medio Superior

Cuento

Literatura

Profra. Laura Patricia Saldaña Saldaña

Santiago García Franco
Alfonso Elian Oviedo de la Cruz
Estefanía Pérez Ibarra
Frida Sofía Zamora Sánchez

3° “B”

Linares, N.L. México 28 de agosto, 2016

La vida de Kal

Hace mucho tiempo, un día como cualquier otro, nació un pequeño panda en las afueras de la ciudad llamado Kal. Su familia era tan humilde como las demás en la aldea donde se encontraban, su papá un noble carpintero que era un maestro trabajando el bambú y la madera de tronco de árbol, mientras que su mamá era una cosechadora de frutos y plantas con propiedades curativas, y sus dos hermanos mayores, el más grande llevándole 5 años y el segundo tan solo 3. Su infancia fue como la de cualquier otro niño, fue feliz jugando con los demás, con sus hermanos, con su padre, descubriendo los secretos de la aldea donde vivían, acompañando a su madre a conseguir lo que hiciera falta en su cabaña, ayudando a su padre en el trabajo y muchas cosas más, fue un alegre pandita muy activo, extrovertido, amable y simpático, más sin embargo, todo cambió el día en que creció lo suficiente para comenzar a trabajar. Usualmente cuando los pandas de la pequeña aldea Kakabu, donde vivía Kal, llegan a cierta edad, empiezan a trabajar ya sea siguiendo la tradición familiar del legado de los padres y madres o en alguna otra actividad que se realice dentro de ella. Todos escogían alguna de esas opciones desde hacía siglos, pero Kal fue la excepción.

Durante su infancia aparte de andar fuera ayudando o jugando se tomaba un tiempo para ver la TV o leer el periódico y siempre se encontraba con los nuevos avances en la ciudad, el progreso de la educación en el país; realmente Kal nunca tuvo alguien que le enseñara lo básico ya que no era necesario en la aldea, lo que es leer, escribir, y demás lo aprendió solo gracias a programas educativos que transmitían, más nunca lo supieron sus familiares ya que lo veían de mala manera, como nunca se necesitó lo consideraban como algo para sentirse superior, pero Kal no lo vía así, él simplemente lo tomaba como aprendizaje y conocimiento y vivió soñando y anhelando con que un día él pudiera ir a la ciudad a desarrollar lo que con el tiempo fue adquiriendo con la práctica y observación. Ese día había llegado. Sentados a la mesa estaban todos de la familia para cenar juntos y su padre decidió tocar el tema.

• Kal, bien sabemos que estás en edad suficiente para comenzar a trabajar, es necesario que tomes una decisión, ¿quisieras seguir con el negocio familiar o tienes alguna otra idea?

Kal estaba muy nervioso y su padre lo podía notar, conocía a su muchacho perfectamente.

• Descuida hijo, tranquilo, la decisión que tomes la aceptaremos tu madre y yo.

Esas fueron las palabras de la cabeza de la familia y todos estaban de acuerdo, entonces fue cuando Kal habló:

• Quiero ir a la ciudad y entrar a la escuela, quiero estudiar y después trabajar como químico para desarrollar medicinas que curen las enfermedades.

Hubo un silencio prolongado, su papá lo miraba fijamente mientras su madre sollozaba y sus hermanos se quedaban anonadados, ninguno habría esperado esa respuesta.

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