Literatura Nahuatl
lite0819 de Noviembre de 2011
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“Yo doy placer a tu corazón, oh Dador de la vida”
Introducción
La literatura mexicana tiene un importante antecedente en las creaciones literarias de los pueblos precolombinos. Los aztecas apelaban a la poesía como ritual, al entonar cantos divinos (teocuícatl) y guerreros (yaocuícatl). Los poemas eran escritos por los sacerdotes y los gobernantes, como Nezahualcóyotl.
La literatura náhuatl, que hace referencia a la lengua uto-azteca hablada en Centroamérica y en México, fue clave en el desarrollo literario mexicano. Su fin era conservar el saber acumulado de generación y generación, para proteger la memoria del pueblo.
El texto que será analizado es un poema, es decir una tipo de discurso literario o artístico que se rige por una singular disposición rítmica y por la relación de equivalencia entre sonidos e imágenes.
El poema puede estar escrito en verso o en prosa, siempre que mantenga los rasgos distintivos del lenguaje poético que, a diferencia de la narración, tiende más a la creación de una atmósfera de imágenes y sensaciones que a la inclusión de una historia. Por lo que en el análisis general del poema Yo doy placer a tu corazón, oh Dador de la vida omitiremos las partes que se refieren al narrador, los personajes y la trama. Además de que por ser un canto divino no nos da indicios sobre el tiempo y el espacio en que se desarrolla.
Análisis general:
Momento histórico. ¿Cuándo se escribe?
La palabra náhuatl deriva de nāhua-tl (“sonido claro o agradable”) y tlahtōl-li (“lengua”, “lenguaje”). Los nahuas son un grupo étnico de filiación lingüística yuto-azteca. Su presencia en la región central de México puede documentarse, por lo menos, desde la época de los toltecas hacia los siglos X y XI d.C., aunque hay indicios de que algunos grupos nahuas habitaron asimismo en Teotihuacán.
Existe una rica literatura en lengua náhuatl, tanto de tradición prehispánica como producida en el periodo colonial. Durante los primeros años de la conquista y colonia, los frailes hicieron una buena cantidad de documentos que fijaron en caracteres latinos la tradición oral de estos pueblos. Gracias a la labor de estudiosos contemporáneos, como Angel María Garibay y Miguel León Portilla, podemos acercarnos a esta manifestación artística de los pueblos prehispánicos.
La actividad poética en náhuatl era conocida como in xóchitl, in cuícatl (“flor y canto”). De esta forma, la poesía náhuatl se presentaba con un diálogo con lo divino, con el mundo y con el pueblo. Los principales referentes poéticos de dicha sociedad eran los monarcas y los sacerdotes.
Aunque las historias y los cantos solían ser aprendidos de memoria por los pobladores, se utilizaban grandes carteles con diseños y signos fonéticos que permitían al sacerdote señalar cómo debía entonarse cada poema en los rituales.
La poesía náhuatl contaba con composiciones de distintos géneros: los Teotlatolli, que se centraban en el origen del mundo y el universo divino; los Teocuícatl, que eran himnos dedicados a los dioses; los Xopancuícatl, cantos a la alegría y la belleza; los Xochicuícatl, que exaltaban la amistad y la nobleza; los Yaocuícatl, con referencias heroicas y guerreras; y los Icnocuícatl, que expresaban angustia, tristeza y reflexiones sobre la muerte.
Análisis del lenguaje
En este poema se repiten varias frases para darles cierto énfasis a lo que el autor nos quiere dar a entender, que principalmente son setimientos, como por ejemplo : “te ofrezco flores, te ofrezco cantos”, “oh Dador de la vida” los cuales nos demuestran que se tiene mucho respeto a la divinidad ; por otro lado: “Por esto lloro, por esto peno”, “¿Se vive verdaderamente aquí?”, “¡Tu que eres desdichado, tu que me eres adverso, saborea el infortunio!” nos dan
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