Los Muertos Ttambien Viviran

Esta historia se desarrolla en tres actos por José Revueltas “los muertos vivirán”

Primer acto

La historia comienza en la casa de Gregorio un hombre socialista, en un cuarto pobre, de ahí en una de las ventanas se encuentra Porfirio observando la calle, a un lado de él se encuentra una mesa con tasas vacías donde se encuentra Elisa (mujer de Gregorio) acomodando objetos dentro de una maleta, en eso camina hacia el buro y toma un oso de peluche en eso Porfirio se lo quita con suavidad, lo deja sobre una masa mientras Elisa continua arreglando la maleta en eso llega Nana Casilda del cuarto de los niños, lleva una jaula entre sus manos n en ella contiene dos pájaros, en eso Porfirio les dice que esa jaula no puede ir con nosotros que tienen que llevar lo necesario ya que será un largo camino.

Nana Casilda quiere ayudar a los pobres pájaros, en eso guardan un poco de silencio, Elisa camina hacia Casilda y le quita la jaula con suavidad, Porfirio se enoja porque por esos pájaros puede ocurrir alguna estupidez y los puedan atrapar, de repente se enoja ve una cubeta llena de agua y sumerge la jaula, las dos mujeres lo contemplan. Porfirio se cerciora de que los pájaros se habian muerto y deja caer la jaula para que ruede, ve al oso lo quiere aventar pero se arrepiente y lo deja en una silla, en eso Nana Casilda sale tras la puerta.

Después de un rato de silencio Porfirio se pone de pie, se guarda el osito en la bolsa del abrigo, camina hacia la chimenea donde se encuentra Elisa donde se encuentra quemando los retratos Porfirio le quita uno de los retratos y le dice, “que eso no lo queme” ,y se guarde el retrato. De un momento a otro Porfirio descubre una foto que le llama la atención le dice a Elisa “Esa foto que hace aquí” en lo que Elisa le responde “la maldita foto la debí quemarla hace tiempo”, Porfirio agarro la fotografía y empieza a quemar donde se encontraba dueñas y después la parte de donde estaba Gregorio.

Porfirio va hacia la cómoda, abre le cajón izquierdo se inclina sobre el saca una camisa de Gregorio y se la da a Elisa para que se la ponga. Porfirio saca un plano de su bolsa lo coloca sobre la mesa le empieza a explicar lo que han planeado para hacer explotar la planta de energía eléctrica. Después de un momento Porfirio saca de debajo de su abrigo una pistola que se la ofrece a Elisa ella asiente y guarda la pistola. Porfirio desaparece de la ventana y se dirige hacia la puerta donde se queda inmóvil, Elisa le dice que valla a su lado en eso lo besa pasionalmente en los labios al desprenderse allá le dice que cuando abra la puerta devuelva el beso que lleva guardado a su esposo. Porfirio abre la puerta y se va.

Segundo acto

Interior de una casa de campo improvisada como cuartel general de la guardia negra y la Liga de la Democracia, sentado ante el escritorio se ve a Felipe dueñas. Suena sordamente un timbre son signo largo y dos cortos a tiempo que sobre el escritorio se enciende una pequeña lámpara de color donde oprime un botón. En el punto de piso donde Dueñas tiene la mirada se levanta una trampa, que comunica con el subterráneo y emerge el doctor Montaño, la trampa vuelve a cerrarse a sus espaldas.

Después de un rato de platicar Montaño se detiene y examina a Dueñas con preocupación le dice a Dueñas que está muy fatigado va hacia su maletín para aplicarle morfina pero Dueñas se niega. Evidentemente Dueñas desfallece, se oprime las sienes con las manos y vacila sobre sus pies, suena el teléfono. Dueñas toma el auricular pero se arrepiente y tapa la bocina con la palma. Conteste usted doctor. Montaño dirige a Dueñas una mirada inquieta y toma luego el auricular.

Les avisaron que el jefe del sector 18 que solicitaba confirmación de la hora convenida, por si se presentaba la eventualidad de un cambio. Dueñas camina hacia el sitio donde se encuentra el plano de la ciudad señala con el índice el sector 18, le dice a Montaño que lo comunique con el sector 18, Dueñas se acerca al teléfono, cuelga violentamente, hacia Montaño. Casi vencido por la fatiga, se deja caer en el sillón.

En eso Dueñas comienza a explicarle al doctor que esta así no tanto por el agotamiento si no por el prisionero y los gritos de dolor en eso le pregunta ¿Cuánto tiempo lleve aquí el prisionero? A lo que Montaño responde me fue llevado a las siete cuarenta y cinco hora que me indico el teniente Marcos

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