Museo De Las Culturas Aborígenes
pichu21 de Noviembre de 2011
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MUSEO DE LAS CULTURAS ABORÍGENES
El museo se encuentra localizado en el barrio de Todos Santos, en la intersección de la calle Larga y Mariano Cueva. Presenta una muestra de gran valor arqueológico de distintos periodos históricos del Ecuador. Además posee una selecta colección de pintura y artesanías de la época Colonial.
COLECCIONES AL INTERIOR
Ingresamos al Museo de las Culturas Aboríge¬nes por la sala de lítica, en la que hallamos eviden¬cias del periodo Paleoindio, el del poblamiento de América y del Ecuador; de las etapas de la cacería y la recole¬cción. Pero hay también objetos de piedra tallada y pulida en distintos mo¬mentos del paleolítico y neolítico, en tiempos más cercanos: puntas de flecha, azadones, hachas, esculturas zoomorfas y antropomorfas, litófonos y enceres a los que llamaríamos suntuarios: collares y espejos de obsidiana.
Segunda sala.- En la sala siguiente es¬tamos ante los vestigios de las culturas protoagrícolas y alfareras (3.500 a 500 A.C.) o del Formativo. Es remarcable el conjunto proveniente de la Cultura Valdivia, la re-presentación de las famo¬sas Venus, presuntos ex¬votos ligados a la fecundi¬dad, que empiezan tallán¬dose en piedra y acaban generalizándose en cerá¬mica, y entre los que po¬demos encontrar desde lo refinadamente realista hasta lo muy estilizado.
La muestra se completa con arte¬factos ce¬rámicos de toda clase, realizado con la particular riqueza de técnicas: inciso (el punzón cava la superficie), exciso (se extrae material al formar las figuras decorativas), punteado, estampado, etc., técnicas que son explicadas por el director o por algún guía especializado, con gran dominio del tema.
Hallamos asimismo un grupo pequeño de enceres que provienen de Machalilla, en la provincia de Manabí. Los expertos se¬ñalan que son muy raros en todo el país y no solo en esta colección, pero que los recipientes exhibidos – caracterizados por la vertedera y el asa lateral dan idea de la transición entre Valdivia y Chorrera.
Esta revela una rica variedad de diseños en cerámica fitomorfa, zoomorfa y antropomorfa.
Hallamos también ejemplos de la transición Chorrera - Bahía. Y pasa¬mos luego, en el mismo ámbito, a admirar las muestras del Formativo de las provincias de Cañar y Azuay y su continuación en un vasto proceso cultural que empieza con Narrío, sigue Tocalzhapa y Cashaloma, y culmina en la cultura Cañari.
Juan Cordero habla de la poca importancia que se dio hasta ahora a Tacalzhapa y de su reva¬lorización actual. Detalla la trascendencia de la abundante muestra de Cashaloma, con su rica gama de diseños en toda clase de piezas cotidianas, ceremoniales, ornamenta¬les; y se detiene en las imaginativas obras de los Cañaris, especialmente en los adornos de hueso y asta y en los rucuyuyas, mara¬villosos exvotos funerarios en concha, material ajeno a la zona e introducido en ella a través el comercio.
Tercera sala.- En la tercera sala en¬contramos la presencia de dos culturas de la Costa: Jama-Coaque y Guangala, destacándose en ambas los sellos cilindricos y planos, respectivamente, con los que se realizaban ritos de carácter mágico, tanto en el cuerpo como en la tierra, cuando se la tenía como sagrada; y una cerámica pintada, colorida y rica en adornos superpuestos -en una suerte de pastillaje-, imaginativos, de un exotismo y una vistosidad sorprendente, se diría que barrocos.
Cuarta sala.- La cuarta sala ofrece a la vista un conjunto es¬pléndido de la Tolita, qui¬zás el más espectacular del museo, conformado por culturas antropomorfas, maqueta de casas, cabezas trofeos- antecedentes en cerámica de la tzantza-, máscaras funerarias o ce¬remoniales, moldes en positivo y negativo, artefactos utilitarios (rallos, por ejemplo); otros,zoomorfos, presumiblemente rituales, que representan aves y tres clases de animales ligados a esta
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