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Enviado por   •  25 de Mayo de 2014  •  679 Palabras (3 Páginas)  •  1.418 Visitas

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En el ensayo Los hijos de la Malinche del libro El laberinto de la soledad, Octavio Paz aborda el tema del mexicano pero en relación con uno de sus más grandes complejos: el ser hijo de la Malinche, de una mujer violada, traidora y figura mítica de "la madre chingada", su relación con esa "madre chingada", las múltiples acepciones de la palabra "chingar", el machismo y la mujer como enigma e imagen de la fecundidad y la muerte.

Primeramente Paz nos dice que "el mexicano es un ser insondable, enigmático. Insondable por el misterio que encierra y enigmático ante los extraños y ante nosotros mismos". (1)

Paz prosigue su ensayo aclarando que México es un país que ha estado marginado de la historia del mundo. Más adelante aborda la concepción tan peculiar que el mexicano tiene del trabajo. El mexicano tiene gran habilidad pero su característica más importante es "la lentitud y el cuidado por la tarea, el amor por la obra y por cada uno de los detalles que la componen, el buen gusto. Sobresalimos en el arte difícil de vestir pulgas", dice Paz con cierta ironía.

El carácter del mexicano que lo lleva a la desconfianza, al disimulo, a la reserva cortés, a la ironía son "rasgos de gente dominada que teme y finge frente al señor", gente que "solamente en la soledad se atreve a ser" y es "producto de las circunstancias sociales en nuestro país y en la historia".

Del devenir histórico heredamos una figura mítica: "la chingada". La chingada es la madre y también representa la Malinche. Los "hijos de la chingada" (o también de la Malinche) son -asegura Paz- "los extranjeros, los malos mexicanos, nuestros enemigos y rivales". Mientras que las figuras religiosas de Tonantzin y Guadalupe (a veces identificadas en una sola por los peregrinos indios), representan a la madre virgen, que representa el contrario de "la chingada", que es la madre violada.

La vida del mexicano se resume, según Octavio Paz, en "chingar" y "ser chingado". La palabra "chingar" tiene múltiples acepciones. Es "una voz mágica. Basta cambiar de tono, una inflexión apenas para que el sentido varíe". Así podemos utilizar los términos: chingón, chingaquedito, chingadera, chingada, chingar, chingarse, chingoncito. Paz aclara dentro de este ensayo que "su poder mágico nace de su carácter prohibido. Nadie lo dice en público. Chingar lleva consigo la idea de fracaso". Quiere decir violar, desgarrar, matar, destruir, humillar, castigar, ofender y también "indica el triunfo de lo cerrado del macho, de fuerte".

Por otra parte, el ser chingado o lo chingado es lo pasivo, lo inerte y abierto, por lo tanto, peligroso, ya que "chingarse" significa "salir burlado, fracasar". El mexicano es producto de "la violencia sarcástica humillación de la madre y en la no menos violenta afirmación del padre: yo soy tu padre". Esta relación violenta se bifurca en dos polos, dos extremos: el chingón que es el macho, el activo, el poder agresivo, lo cerrado, lo cínico, un ser que impone su "superioridad para humillar", es el "gran chingón" que es "un humorista como acto de venganza", cuyo abuso y utilización de las pistolas y los característicos albures esconde quizás "ciertas inclinaciones homosexuales"; mientras la chingada, el otro polo, es la hembra que incita y repele, imagen de la fecundidad y la muerte, una figura mítica, la pasividad pura, lo inerme ante el exterior, es la madre violada, en suma, es la nada, es decir, una negación. Por eso la frase "vete a la chingada" quiere decir, vete a "un espacio lejano, vago e indeterminado" y ese espacio es la nada. Octavio Paz concluye este ensayo con una afirmación por demás inquietante: "el mexicano no quiere ser indio ni español". Estas reflexiones fueron hechas por Paz hace casi sesenta años. Muchas de ellas nos siguen sorprendiendo por su claridad para entender al mexicano. Sin embargo, no nos queda más que preguntarnos sobre todo en afirmaciones como la última que hemos mencionado. ¿Podemos aceptar a fines de la primera década del siglo XXI que nuestra identidad sigue estando tan ambigua, tan indefinida, tal como la planteó Octavio Paz en 1950?

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