PLAN DE GOBIERNO DE CHILE
NIGO25 de Marzo de 2015
3.500 Palabras (14 Páginas)268 Visitas
DOCTORADO EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y POLÍTICAS PÚBLICAS
“CURSO: POLÍTICAS PÚBLICAS I”
DOENTE: DOCTOR CARYL ALONZO
ENSAYO No. 2
“El bienestar, como enfoque e instrumento de las políticas públicas”
Licenciada Noemí Isabel Guzmán Orellana, M.Sc.
Contenido
1. Resumen 3
2. Introducción 3
3. Antecedentes 4
4. Que es bienestar 5
5. Bienestar Social 7
6. Definición de Bienestar social 9
7. Bienestar Políticas públicas y su incidencia en el bienestar de la sociedad. 10
8. Que tienen que ver los gobiernos con las políticas publicas 11
9. Que es una buena política pública 12
10. Características de una política pública excelente 13
11. Familias bienestar de las sociedades 14
12. Problemas no abordados 14
13. Conclusiones 15
14. Referencias Bibliográficas 16
Resumen
En este trabajo se analiza la utilidad que tiene el enfoque del bienestar subjetivo para el estudio, análisis y hechura de la política pública. Se sostiene que el enfoque de bienestar subjetivo ofrece nuevas formas para poner a prueba supuestos básicos del análisis económico y social sobre el comportamiento humano; ofrece herramientas de análisis que dan una perspectiva diferente y complementaria a mediciones y enfoques tradicionales sobre los aspectos que más importan a la población en su proceso de desarrollo; así como también provee un conjunto de reflexiones importantes sobre las implicaciones del estudio de la felicidad y la satisfacción de vida para diferentes tipos de políticas públicas y en distintos ámbitos de la acción gubernamental. Estos aspectos se analizan a partir de un rastreo histórico sobre los orígenes del estudio sistemático del bienestar subjetivo y de una revisión de la literatura para identificar temas abordados, herramientas desarrolladas y políticas públicas implicadas.
Palabras clave: Bienestar subjetivo, políticas públicas, gobierno.
Introducción
El estado guatemalteco ha vivido un proceso de desarrollo democrático inminente,
amenazado por factores internos y externos, que en la vida real las políticas públicas de bienestar o desarrollo social, no han sido construidas, mucho menos desarrolladas; debido a presiones internacionales como la globalización, y los tratados de libre comercio el papel del Estado y las funciones que debe realizar, se han reducido, obligándole a ponerle más atención a actividades orientadas únicamente al apoyo del sector económico y del mercado internacional, disminuyendo las acciones dirigidas hacia los sectores sociales menos favorecidos.
Ningún estado puede abandonar completamente su parte social, porque necesita promover niveles de legitimidad y de gobernabilidad, frente a todos los sectores sociales, por lo que está obligado a implementar acciones públicas que involucren al conjunto de la sociedad, situación que en Guatemala aún no se da, de allí que la hipótesis fue la poca participación de la sociedad, en el desarrollo de las políticas de bienestar social
Antecedentes
En la conferencia internacional organizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se suscribió la Declaración de Estambul, que estableció un conjunto de metas para identificar nuevas mediciones que fueran “más allá del PIB”. La Declaración de Estambul incorporó las discusiones sobre el desarrollo de mediciones de bienestar subjetivo en la agenda pública internacional, como parte del marco más amplio de los debates sobre calidad de vida y nuevas formas de medir el progreso de las sociedades .
Otro momento clave fue la creación, bajo los auspicios del gobierno de Francia, de la Comisión sobre la Medición del Desempeño Económico y el Progreso Social, a cargo de los premios Nobel de economía Joseph Stiglitz y Amartya Sen, y de Jean-Paul Fitoussi.
La Comisión se propuso “identificar los límites del PIB como indicador de desempeño económico y progreso social, incluyendo los problemas de medición; considerar qué información adicional puede ser requerida para la producción de indicadores de progreso social más relevantes; evaluar la viabilidad de herramientas de medición alternativas y discutir cómo presentar la información estadística de forma apropiada” En su reporte final, la Comisión reconoce que tanto las mediciones de bienestar objetivo como subjetivo ofrecen información clave sobre la calidad de vida de las personas, y recomienda: “las oficinas [nacionales] de estadística deben incorporar en sus encuestas preguntas que permitan capturar las evaluaciones que las personas hacen de su vida, sus experiencias hedónicas y sus prioridades de vida” .
En una línea similar, el 19 de julio de 2011, la 65ª Asamblea, votó de forma unánime una resolución que invita a los Estados parte a que “elaboren mediciones adicionales que capturen de una mejor forma la importancia de la búsqueda de la felicidad y el bienestar en el desarrollo, con miras a que sean una guía de sus políticas públicas” . La resolución fue promovida por el gobierno de Bután, el cual posee una medición nacional oficial, el índice de Felicidad Nacional Bruta , que incorpora, entre otros, indicadores sobre satisfacción y felicidad de la población, además de indicadores objetivos, incluyendo el ingreso.
En la actualidad, más de una decena de países, principalmente desarrollados y de Europa, están llevando a cabo iniciativas de medición del bienestar subjetivo a cargo de las oficinas de estadística nacional.
¿Qué es el bienestar?
Analicemos de forma resumida las definiciones de bienestar que se emplean comúnmente en la literatura académica y en los debates de política pública sobre el tema. Dada la amplia diversidad de posturas y definiciones que existen.
El acuerdo en torno al bienestar subjetivo, se ha concentrado en mayor medida en los instrumentos de medición disponibles y en los aportes a la política pública. Ello ha permitido ir construyendo un cuerpo de conocimiento coherente, con resultados comparables en el tiempo y de utilidad para informar la política pública.
Uno de los primeros filósofos en reflexionar sobre el significado y alcance de la felicidad fue Aristóteles, quien sostuvo que la felicidad o eudaimonia era el bien humano más importante y un asunto de virtud: la expresión racional de la actividad virtuosa del alma a lo largo de toda una vida. Esta definición tiene al menos dos implicaciones, una de las cuales abre una pregunta que se mantiene vigente hasta la actualidad, al menos en el terreno de la investigación sobre bienestar subjetivo.
Aristóteles enfatiza que la felicidad sólo se puede valorar tomando en cuenta el conjunto de la vida de una persona, no sólo una parte de ella y mucho menos un momento específico.
En síntesis, la felicidad, a la que también se le equipara con el concepto de prosperidad humana, es el resultado de una vida virtuosa, independiente de la búsqueda y obtención de placer.
En la época de la Ilustración, Jeremy Bentham (1789) propuso una definición de felicidad y bienestar cualitativamente diferente a la de Aristóteles al afirmar en su obra Introducción a los principios de la moral y la legislación que la felicidad es la suma de los placeres y dolores de los individuos.
Bentham se ubica en una postura que destaca la dimensión afectiva e incluso física o sensorial de la felicidad. Si bien las definiciones de Aristóteles y Bentham se pueden ubicar, de forma más o menos clara, aunque esquemática, en los extremos de las posturas sobre qué es la felicidad y el bienestar, conviene considerar que para Bentham la suma de los placeres y dolores constituía algo.
En junio de 2007, en el marco de una conferencia internacional organizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se suscribió la Declaración de Estambul, que estableció un conjunto de metas para identificar nuevas mediciones que fueran “más allá del PIB”. La Declaración de Estambul incorporó las discusiones sobre el desarrollo de mediciones de bienestar subjetivo en la agenda pública internacional, como parte del marco más amplio de los debates sobre calidad debida y nuevas formas de medir el progreso de las sociedades (OCDE 2007).
Otro momento clave fue la creación, bajo los auspicios del gobierno de Francia, de la Comisión sobre la Medición del Desempeño Económico y el Progreso Social, a cargo de los premios Nobel de economía Joseph Stiglitz y Amartya Sen, y de Jean-Paul Fitoussi. La Comisión se propuso “identificar los límites del PIB como indicador de desempeño económico y progreso social, incluyendo los problemas de medición; considerar qué información adicional puede ser requerida para la producción de indicadores de progreso social más relevantes; evaluar la viabilidad de herramientas de medición alternativas y discutir cómo presentar la información estadística de forma apropiada” (Stiglitz et al., 2009). En su reporte final, la Comisión reconoce que tanto las mediciones de bienestar objetivo como subjetivo ofrecen información clave sobre la calidad de vida de las personas,
...