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Pensamiento critico


Enviado por   •  6 de Octubre de 2015  •  Ensayos  •  12.398 Palabras (50 Páginas)  •  212 Visitas

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SEGUNDA PARTE

EL ENSAYO ACADÉMICO

Tomado de:

Díaz Rodríguez, Álvaro (2014). Retórica de la escritura académica (pensamiento crítico y argumentación discursiva). Universidad de Antioquia.

3. UN ACERCAMIENTO AL ENSAYO ACADÉMICO
4. LA TESIS DEL ENSAYO ACADÉMICO
5. HECHOS Y OPINIONES EN EL ENSAYO
6. ESTRUCTURA DEL ENSAYO ACADÉMICO

3

UN ACERCAMIENTO AL ENSAYO ACADÉMICO

Ante la diversidad temática, retórica y formal de los ensayos, y el hecho de que muchos ensayistas y docentes de composición prácticamente tengan su propia versión de lo que es este tipo de texto, resulta prácticamente imposible ofrecer una definición de este género que cobije todos los textos clasificados como tal.

Esta incómoda situación, ligada a la enseñanza de la escritura, ha llevado a que en talleres de redacción, el término ensayo (lo mismo que ocurre con otras categorías relacionadas con la lengua escrita: texto, párrafo, oración) sea utilizado como una categoría ad hoc, es decir, un concepto que, aunque difícil de definir, resulta imprescindible para abordar el estudio de esta modalidad textual expositiva-argumentatativa en prosa. Así las cosas, más que ofrecer una definición de ensayo, preferimos señalar los rasgos relevantes que caracterizan en particular al ensayo académico.

El hecho de que numerosos poetas, narradores y filósofos recurran al ensayo en sus más diversas formas para abordar temas que no pueden tratar desde la ficción, lleva a pensar a muchos que el ensayo tiene que ser escrito con pretensiones literarias y filosóficas. Brillantes ensayistas como Octavio Paz, Jorge Luis Borges, José Ortega y Gasset, Alfonso Reyes, Mario Vargas Llosa, etc., han dejado esa impresión a los no familiarizados con el género. Pero el ensayo no necesariamente tiene que ser de carácter literario o filosófico. Cualquier área del conocimiento es apta para expresarse en este género discursivo, con la condición de su autor no se limite a consignar información factual sin una interpretación personal de los datos expuestos.

Germán Arciniegas (1963, citado en Willis, 1981), uno de los mayores ensayistas de Colombia, aclara que "El ensayo entre nosotros no es un divertimiento literario, sino una reflexión obligada frente a los problemas que cada época nos impone". Del mismo modo, Jaime Alberto Vélez, destacado profesor de la Universidad de Antioquia y estudioso del género que nos ocupa, justifica la necesidad de concebir el alcance del ensayo más allá de los parámetros propios de la literatura y la filosofía, y considerar, además, otros saberes no literarios: "Si se redujera la noción de este género de modo exclusivo al ensayo literario, no solo se dejaría por fuera de su denominación a una cantidad significativa de ensayos provenientes de disciplinas no literarias, sino que tal limitación lo ahogaría en un recodo bastante estrecho del saber" (Vélez, 1998: 68).

Por eso, es muy natural que en periódicos, revistas y textos académicos pululen ensayos concebidos sin pretensiones literarias, escritos por periodistas, psicólogos, sociólogos, juristas, lingüistas, etc. El gran ensayista, en consecuencia, posee en alto grado las virtudes que suelen Así las cosas, cualquier área del conocimiento es apta para expresarse en esta modalidad textual con la condición de que en el tratamiento del tema su autor no se limite solamente a confirmar información factual, sino a ofrecer una interpretación personal sobre ella en un discurso esmeradamente argumentado, cuidándose de no caer en "La petulancia, la ostentación, y en general todas las formas conocidas de exhibicionismo intelectual, son impropias del ensayo. acompañar al interlocutor amistoso" (Vélez, 2000: 33).

El francés Miguel de Montaigne (1533-1592), considerado históricamente como el pionero del género ensayo, escribió numerosos textos breves sobre diferentes temas que a él le interesaban a los cuales denominó essais (ensayos), con la connotación de sopesar, sondear ideas.

Aunque en los tiempos actuales el ensayo ha evolucionado en su concepción, estructura y tratamiento del tema, la esencia de la concepción de Montaigne aún se mantiene: un texto en prosa, de una extensión moderada, en el cual su autor plantea un conjunto de reflexiones e impresiones a favor de un punto de vista sobre algún aspecto o situación de la realidad material, sociocultural o psíquica. En el ensayo, su autor explica, justifica, discute, evalúa, analiza o interpreta algún aspecto específico de un tema general. Pero asumir como ensayo cualquier exposición que se limita a parafrasear información tomada de diversas fuentes, sin una actitud crítica y sin aporte alguno que enriquezca la interpretación de los datos reseñados, entraña una inexactitud.

Al respecto, Jaime A. Vélez (2000: 11) dilucida así el valioso aporte de Montaigne:

Si en Montaigne pervive un escritor "de todas las épocas" —como suele afirmarse—, esto no se debe propiamente a sus opiniones (muchas de las cuales nadie se atrevería hoy a tomar en serio), sino a la manera como se relaciona con un lector intemporal. Lo perdurable no reside tanto en lo que dice, como en el punto de vista y en el tono que asume para decirlo. Y en esto radica, justamente, una de las claves del gran ensayo de todas las épocas.

La reflexión de Vélez identifica rasgos relevantes del ensayo en manos de Montaigne. En nuestra época, el ensayo ha experimentado un proceso de reconceptualización en el ámbito académico asociado con textos expositivo-argumentativos en los cuales se expone y argumenta a favor o en contra de un punto de vista a partir de una interpretación de datos, una tesis que expresa el punto de vista que se adopta y una sustentación constituida por razones y evidencias. Todo esto, mediante una cadena de argumentos informales expresados en un lenguaje agradable, claro, coherente y preciso.

Por necesidades provenientes del campo de la educación, el ensayo se ha constituido en el más valioso instrumento pedagógico en las cinco últimas décadas para el desarrollo del pensamiento crítico a través de las diversas asignaturas que constituyen el currículo académico y la evaluación crítica. Ante este hecho, en los ambientes académicos se ha acuñado la categoría ensayo académico como una modalidad textual basada en estándares retóricos y de pensamiento crítico (ya abordados al final de la primera parte del texto), que lo diferencian de cualquier exposición de información en forma acrítica.

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