Por Amor Al Deporte
fermario6 de Julio de 2014
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POR AMOR AL DEPORTE
Había una vez un adolescente llamado Julio de 14 años. Él vivía junto con sus padres y su hermano. A Julio y su hermano les gusta mucho el deporte, más que todo el fútbol. Los hermanos quieren ser como el mejor jugador de fútbol que ahora se llama Lionel Messi, pero para llegar a esa meta saben que deben entrenar arduamente y no deben descuidar sus estudios. Ellos fueron a decirles a sus padres que querían ser grandes deportistas.
Sus padres les dijeron:
- Queridos hijos, ahorita no tenemos dinero para inscribirles en una academia de fútbol, así que… no podemos.
Entristecidos se fueron a la cancha que estaba a dos cuadras de su casa y allí jugaron un partido de fútbol. Un señor que pasaba por ahí observó como Julio y su hermano dominaban el balón y la forma en que se divertían jugando fútbol. El señor se les acercó y les dijo:
-¿Ustedes quieren pertenecer a un club de fútbol muy conocido?
Julio contestó:
-Sí, pero mi papá dice que no tenemos dinero suficiente para entrar a un club de fútbol.
El señor sonriente replicó:
-Eso no es problema porque pueden entrar sin pagar .Viéndolos como dominan el balón me convencieron, pero eso sí, no deben faltar a entrenar.
Julio y su hermano corrieron a avisar a sus padres:
-Papá y mamá ¡vamos a pertenecer a un club de fútbol!
Sus padres sorprendidos, contestaron:
-¿Pero cómo?, si no tenemos plata.
Julio contestó:
-Un señor vino a decirnos que no vamos a pagar porque dominamos bien el balón.
-¿Cuándo va a venir el señor?-preguntaron los padres.
-Mañana vendrá a llevarnos al estadio para entrenar.
Al día siguiente, los dos hermanos se levantaron temprano y junto con el misterioso personaje se fueron a entrenar .Los chicos se entusiasmaron al ver un estadio tan grande y con tantos jugadores .Dentro de unos meses comenzaban a jugar en campeonatos locales, nacionales e internacionales. Ellos entrenan arduamente y sin descanso durante un mes.
-Por fin, ahora sí nos vamos a Lima porque hemos sido invitados por la Academia Cantolao del Callao- Aseveró Don Martín abrazando a Julio y a su hermano que se llamaba Arturo.
Don Martín era uno de esos mecenas que tienen buen corazón y buen ojo para apoyar a deportistas. Se dedicaba al comercio gracias a la Zona Franca de Tacna y además ha formado una pequeña empresa que confecciona ropa deportiva y lo exporta hacia Chile y Bolivia. Sus buenas ganancias le permite fomentar el deporte en nuestra ciudad, que tiene estadios y bastantes lozas deportivas, pero las autoridades se olvidan de usarlas para la práctica del fútbol, futsal y de cualquier otra disciplina.
-¡Chicos deben ponerle un mayor entusiasmo también a sus estudios para no tener problemas más adelante! - invocó Don Martín a los muchachos - ¡ya me han contadooo!
-¡No se preocupe Don Martín!- contestó Arturo – me han elegido como capitán del equipo y como tal, hemos prometido mejorar en nuestros estudios…¡Sí o no campeones!.
- ¡Síí! – contestaron a una sola voz los integrantes del equipo.
-Bien, les tengo una sorpresa – dijo Don Martín - ¡ el equipo que gane en Lima se irá a España a conocer a Messi!.
- ¡Yee! –gritaron los adolescentes y se fueron presurosos a seguir entrenando.
Llegó el día; el campeonato de la Academia Cantolao confirmó el buen momento del equipo de la academia Tacna, que llegó con mucho esfuerzo a la final. El partido fue muy intenso. A Julio le hicieron una falta. El árbitro no la cobró. Pero el entrenador Tito Reyna, un veterano jugador del fútbol tacneño y peruano, pidió tranquilidad al equipo.
-Cálmense chicos, no caigan en la
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