Proyecto Farenheit 451 Literatura

Farenheit 451

Proyecto Farenheit 451

Literatura

Pocos meses después de que acabara la pandemia por el COVID 19, los gobiernos del mundo crearon la Organización Mundial para el Progreso (OMP). Este organismo surgió con la finalidad de encontrar una forma rápida para acabar con el estancamiento económico que dejó la cuarentena.

Sus medidas fueron rechazadas por muchos integrantes de la sociedad debido a la deshumanización que proponían. No podemos olvidar que, a partir del primer encuentro, las jornadas laborales se duplicaron. En la mayoría de los casos, las personas apenas si tenían un día a la semana para descansar. Quien más padeció esto fue la clase trabajadora, evidentemente.

Las redes sociales ayudaron a crear una rebelión a nivel internacional. Tuvimos éxito. Entonces los gobiernos sostuvieron una reunión de emergencia que duró siete días. Fueron momentos de incertidumbre, pero también de festejo. Creímos que habíamos ganado. Supusimos que en su encuentro reflexionarían sobre la rigidez impuesta. No fue así.

Únicamente los representantes de cada nación y los altos empresarios pudieron acudir al llamado. Nadie supo dónde fue. Ni siquiera sabemos si realmente fue en alguna sede. También desconocemos lo que se habló detalladamente. Solo logramos leer un documento confidencial en el que se habla de la destrucción del arte. Este contenido fue filtrado.

Todo contenido artístico en las redes sociales fue censurado y penalizado. No hay música, cine, literatura, pintura... Solo sobrevivió la televisión. Los programas emitidos son proporcionados por cada gobierno. Gracias a esta programación, las personas han caído en un estado vegetativo. Les han hecho creer que solo son máquinas al servicio de la economía.

No obstante, poco antes de que llegara la censura, consolidamos Farenheit 451. Nuestro deber no es quemar libros, sino quemar el sistema. En este proyecto se distribuyeron diversas manifestaciones artísticas para preservarlas en la memoria y en el tiempo. En el caso de México, se nos asignó el resguardo y la divulgación de las pocas obras literarias que pudimos rescatar.

En cada país hay diversas personas que se encargan de ser los líderes del proyecto. Ellos tienen la misión de orientar a quienes se van integrando a esta causa. La misión es, por lo tanto, compartir las obras literarias. Debemos protegerlas del olvido. Si todo marcha bien, los integrantes pueden ser los líderes que necesitamos para combatir la rigidez de la OMP.

Creemos que la literatura, en nuestro caso, les dará la fuerza necesaria a las personas para romper con las ideas sembradas por la OMP a través de la programación televisiva de cada nación.

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